Kevin Spacey dar¨¢ vida a las esculturas de Warhol y Koons
El actor y director unir¨¢ teatro y artes pl¨¢sticas en el Old Vic londinense
Poseedor de dos oscar y de la condici¨®n de superestrella de Hollywood, Kevin Spacey siempre ha declarado que su verdadera vocaci¨®n reside en el m¨¢s discreto ¨¢mbito del teatro. Por ello lleva casi un lustro viviendo en Londres, en donde es director art¨ªstico de uno de los escenarios m¨¢s legendarios de la ciudad, el Old Vic, al tiempo que disfruta de la ampl¨ªsima oferta art¨ªstica de esta capital universal. El actor estadounidense se dispone a fusionar el pr¨®ximo oto?o esos dos mundos, el teatro y las artes pl¨¢sticas, en el estreno de una obra que integrar¨¢ en su puesta en escena algunas de las esculturas m¨¢s famosas del siglo XX.
Las cajas de Brillo, de Andy Warhol, el Conejo, de Jeff Koons o los Cuatro cubos, de Barbara Hepworth no se limitar¨¢n a ejercer de mera escenograf¨ªa en la trama de la comedia Four Queens, cartel de una noche de gala en el Old Vic, el 12 de octubre, con fines ben¨¦ficos. Esas piezas, junto a las figuras filiformes de Giacometti, se erigir¨¢n en protagonistas absolutas de la obra, gracias a un sofisticado sistema que las mover¨¢ por el escenario con control remoto, al tiempo que una compa?¨ªa de actores, con Spacey al frente, les procuran voz y personalidad.
Referente en Kubrick
"Las esculturas discuten qui¨¦nes son y qu¨¦ hacen en el escenario", ha explicado Spacey, al admitir que su propuesta pretende emular en cierto modo las performances que suelen organizar las galer¨ªas de arte, aunque con el aliciente a?adido de ser "una obra incre¨ªblemente divertida". Su reputada condici¨®n de brillante figura cinematogr¨¢fica le permite, adem¨¢s, afirmar que su referente est¨¢ en la pel¨ªcula de Stanley Kubrick 2001: Odisea en el espacio: "Hal [un ordenador inteligente] no era humano, pero reun¨ªa las cualidades que configuran una personalidad".
La obra elegida por Spacey est¨¢ firmada por el d¨²o de artistas pl¨¢sticos Michael Elmgreen e Ingar Dragset, quienes han considerado una bendici¨®n poder trabajar entre bambalinas con un grupo de actores "que permanece en silencio mientras contemplan c¨®mo act¨²an en el escenario las esculturas mec¨¢nicas".
La apuesta se presenta compleja, pero Kevin Spacey quiere demostrar que es un artista tan comercial como arriesgado. Capaz de lanzar la f¨¢cil reposici¨®n de Historias de Filadelfia en el Old Vic, para engrasar la taquilla, y de suscitar el aplauso general por su transmutaci¨®n en el Ricardo II shakespeariano, ahora quiere dar vida a las figuras inermes m¨¢s famosas del ¨²ltimo siglo.
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