El jazz de Diana Krall encandila al p¨²blico coru?¨¦s
La artista canadiense sorprendi¨® al auditorio por su cercan¨ªa
La sorpresa no fue musical en el esperado concierto de una de las m¨¢s grandes interpretes contempor¨¢neas del jazz. Sin improvisaciones en el repertorio, la canadiense Diana Krall regal¨® el jueves a un auditorio entregado de antemano en A Coru?a lo mejor de su talento de pianista sublime y cantante de voz inconfundible.
La artista desvel¨® algunos detalles de su vida y agradeci¨® la "c¨¢lida acogida"
Lo extra?o y hasta desconcertante fue descubrir a una estrella parlanchina, una artista de fama mundial contar, entre canci¨®n y canci¨®n, detalles de su vida cotidiana y llevarse al p¨²blico hasta las puertas de su dormitorio. "Pues s¨ª, tengo una vida real", brome¨® una declarada orgullosa esposa de otro grande de la m¨²sica, aunque en el g¨¦nero pop-rock, el brit¨¢nico Elvis Costello. Y es que hasta a la propia Krall, seg¨²n confes¨®, le cuesta a¨²n creerse que est¨¢ casada con ese artista que ella ya admiraba cuando era una anodina adolescente. A falta del marido, "tambi¨¦n de gira", la cantante trajo hasta A Coru?a temas y arreglos de "ese compositor con el que duermo" y a los hijos de ambos, los gemelos de apenas a?o y medio de edad que defini¨® como unos "rock and roll jazz kids".
Nada hac¨ªa presumir tanta complicidad. Sentada de perfil en el escenario, con la mirada perdida en las teclas de su piano, Krall (Nanaimo, Canad¨¢, 1964) inici¨® su concierto en el Palacio de la ?pera sin aspavientos, como poniendo una frontera entre ella y el p¨²blico. Sus excelentes acompa?antes, Jeff Hamilton (bater¨ªa) y Robert Hurst (contrabajo), aderezaron con br¨ªo la aterciopelada y potente voz de la canadiense. En directo, suena magn¨ªfica, con modulaciones que no son susurros, sino respiros. El tr¨ªo combin¨® versiones de cl¨¢sicos con reinterpretaciones personales de la propia Krall. La artista homenaje¨® a Nat King Cole con un singular I love being here with you, cant¨® temas de Frank Sinatra y declar¨® como su favorito al compositor Burt Bacharach, antes de ofrecer su particular versi¨®n de Look of Love. Era lo previsto de una premiada artista que promociona en los escenarios su ¨²ltimo disco The very best of Diana Krall.
Pero en una ciudad como A Coru?a, que inicia un mes de fiestas sin figuras internacionales en su programaci¨®n, hab¨ªa ansias de asistir a un gran concierto. El p¨²blico ovacion¨® a la pianista y cantante nada m¨¢s sonar las primeras notas. Incluso hubo excesos de aplausos que en ocasiones interrumpieron al tr¨ªo. Pero lejos de exasperarse, Diana Krall se declar¨® encantada con "la c¨¢lida acogida" de los coru?eses.
Y se sucedieron los gui?os. La artista desvel¨® detalles de su intimidad, aclam¨® las maravillas de Espa?a, de su cultura, "su estupendo vino tinto"; su comida, de la que abus¨®. Eso s¨ª, todo en ingl¨¦s: "Soy incapaz de decir una palabra en espa?ol". Y como regalo de despedida, Krall acab¨® con una sensual versi¨®n del So Wonderful de Ira y George Gershwin.
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