D?A 2

No ha pasado nada. No es que esperara que pasase, pues lo he cambiado todo para que no me reconocieran. Pero de repente, al ver publicado el texto que envi¨¦ ayer al peri¨®dico, me entr¨® una paranoia. Lo le¨ª primero en Internet, para no levantar sospechas, pero luego, cuando los viejos bajaron a la playa, abr¨ª el peri¨®dico de papel (el viejo lo compra a primera hora, con el pan) y me ray¨® mazo ver el t¨ªtulo de la secci¨®n y mi seud¨®nimo. No me dijeron que fueran a ilustrarlo. Con el dibujo canta m¨¢s, como cuando te maqueas. Si se enteran, me matan. Peor que eso: no me matan. Se sentar¨ªan a hablar. Se empe?an en hablarlo todo, eso es lo que me mata, hablar. Me dieron ganas de llamar al peri¨®dico y decir que no segu¨ªa, pero me tomar¨ªan por un pringao.

De repente, imagino al viejo diciendo que no escribe mal el condenado cr¨ªo y me parto de la risa

Aqu¨ª estoy, pues, como un joven psic¨®pata, poniendo a parir a mis viejos en la habitaci¨®n de al lado a la que ellos duermen la siesta. El horror (yo) vive en la habitaci¨®n de al lado. Por una parte, me gustar¨ªa que leyeran esto y por otra que no. Mi madre me daba el pecho leyendo EL PA?S, eso dice, es muy fuerte. A veces, en la comida, les oigo comentar un art¨ªculo de Fulano o Mengano. Lee este reportaje, le dice mi vieja a mi viejo, o viceversa, pero no han dicho nada a¨²n de Me cago en mis viejos. Al menos yo no les he o¨ªdo. No se coscan. Me los estoy imaginando. ?Has le¨ªdo eso de me cago en mis viejos? No, qu¨¦ es. Un cr¨ªo que piensa cagarse en sus padres, con un seud¨®nimo, durante todo el mes de agosto, para celebrar que le han suspendido. Ser¨¢ una de esas historias de verano. A lo mejor. De repente, imagino al viejo diciendo que no escribe mal el condenado cr¨ªo y me parto de la risa. Pertenecen a esa categor¨ªa de padres comprensivos de mierda, de modo que no me extra?ar¨ªa. Mi viejo se ha levantado (conozco el sonido de sus pasos), ha salido al pasillo, ha abierto la puerta de mi cuarto, ha asomado la jeta y me ha dicho que qu¨¦ tal. Bien, bien, le digo yo, aqu¨ª, con la selectividad de los cojones.