La Audiencia impone desde 2005 la pena de alejamiento a los etarras
La Audiencia Nacional repite desde hace tres a?os en la mayor¨ªa de las sentencias por atentados terroristas de ETA una coletilla como pena accesoria: "Prohibici¨®n de residir o acercarse al lugar del domicilio de la v¨ªctima o los familiares de la v¨ªctima durante cinco a?os a computar desde su puesta en libertad".
Con esta medida hubiera sido imposible que I?aki de Juana Chaos, uno de los etarras m¨¢s sanguinarios, con 25 asesinatos a sus espaldas, volviera a residir, como tiene previsto, en un bloque de viviendas donde tambi¨¦n viven v¨ªctimas de ETA.
De Juana Chaos cometi¨® sus cr¨ªmenes entre 1983 y 1987. Fue condenado a cerca de 3.000 a?os de c¨¢rcel entre 1989 y 1995 pero, seg¨²n la legislaci¨®n vigente entonces, no pod¨ªa cumplir m¨¢s de 30 en prisi¨®n y, de ¨¦stos, se ahorr¨® 12 como consecuencia de las redenciones de penas establecidas en el C¨®digo Penal de 1973.
En ese C¨®digo Penal no estaban previstas penas accesorias de alejamiento de las v¨ªctimas cuando el condenado quedara en libertad. Esa posibilidad se introdujo en el nuevo C¨®digo aprobado en 1995, que elimin¨® tambi¨¦n las redenciones de penas de las que se hab¨ªa beneficiado De Juana. Pero las leyes no pueden ser aplicadas con car¨¢cter retroactivo, por lo que el asesino etarra goz¨® de todas las ventajas del C¨®digo franquista.
Pese a que desde 1995 la ley establec¨ªa la posibilidad de imponer penas de alejamiento para los condenados, no fue hasta diez a?os despu¨¦s cuando los fiscales empezaron a solicitarlas con car¨¢cter general en los juicios y los tribunales a imponerlas en sus sentencias.
Ocurri¨® como consecuencia de una petici¨®n que hizo a la Fiscal¨ªa General del Estado y al ministro de Justicia el entonces Comisionado para las V¨ªctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, tras conocer que el etarra Kandido Azpiazu abri¨® un negocio en los bajos de un edificio en el que resid¨ªa la viuda de Ram¨®n Baglietto, asesinado por el propio Azpiazu en 1980.
Desde aquel momento, los juicios celebrados contra algunos de los etarras m¨¢s sanguinarios se han saldado con penas de c¨¢rcel complementadas con alejamiento de las v¨ªctimas tras la puesta en libertad por un periodo de entre cinco y diez a?os.
Entre los etarras a los que se han impuesto dichas penas de alejamiento figuran Jon Bienzobas, Jos¨¦ Mar¨ªa Arregui, Fiti, Javier Garc¨ªa Gaztelu, Txapote, o Jos¨¦ Javier Arizcuren, Kantauri. El PP y el PSOE negocian una reforma para que la imposici¨®n de penas accesorias de alejamiento sea obligatorias.
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