Rodolfo Gil Grimau, el ¨²ltimo de una dinast¨ªa orientalista
Rodolfo Gil era inconcebible sin su saga. En 1987 confesaba a ?ngeles Espinosa en una entrevista en EL PA?S que era el cuarto Rodolfo Gil. Pero esa marca no tendr¨ªa sentido sin la carga del Benumeya, segundo apellido de su padre, conocido escritor orientalista que vivi¨® a caballo entre ciudades ¨¢rabes y espa?olas en los a?os treinta y cuarenta. Ese apellido, que exhum¨® en algunas etapas de su vida, combin¨¢ndolo con el Grimau materno -fue sobrino del dirigente comunista asesinado en 1963-, lo conectaba con un mundo criptomorisco del que siempre reivindic¨® su pertenencia.
Estudi¨® filolog¨ªa sem¨ªtica en Madrid, tras una infancia que transcurri¨® en algunos de los destinos norteafricanos de su padre: Egipto, Marruecos, Argelia. Y comenz¨® sus andanzas profesionales en El Cairo, donde dirigi¨® entre 1964 y 1968 el Centro Cultural Hisp¨¢nico que antes dirigieran los arabistas Pedro Mart¨ªnez Mont¨¢vez y Federico Corriente. All¨ª le toc¨® vivir la Guerra de los Seis D¨ªas que tanto marcar¨ªa la historia posterior de la regi¨®n.
Pero el grueso de su historia personal se har¨¢ en Marruecos, a partir de 1969, donde fue profesor de la Universidad Mohamed V, director del Centro Cultural de Rabat, agregado cultural de la Embajada entre 1976 y 1983, y fundador y director del Centro Cultural Espa?ol de Tetu¨¢n en 1988, a partir de la Biblioteca Espa?ola de esta ciudad que dirigiera Guillermo Gozalbes Busto. En dicho Centro, convertido ya en Instituto Cervantes, permanecer¨¢ hasta 1994 en que marchar¨¢ a dirigir el Cervantes de Lisboa.
Sus a?os de Rabat coinciden con la transici¨®n espa?ola. Con una diplomacia que se abre hacia ideas progresistas, que lo conectar¨¢n con el naciente Partido Socialista Popular liderado por Tierno Galv¨¢n, y que le llevar¨¢n a rescatar a j¨®venes arabistas para la direcci¨®n de los Centros Culturales marroqu¨ªes.
Su producci¨®n como escritor hace honor a esta vida entre dos mundos, convertido en mediador de culturas, como mostr¨® su estudio sobre literatura oral marroqu¨ª publicado con Ibn Azzuz Hakim, Que por la rosa roja corri¨® mi sangre (1977). Como tambi¨¦n hace honor a esa pasi¨®n por lo secreto y esot¨¦rico que siempre le anim¨®. Su tesis doctoral vers¨® sobre el chamanismo f¨®sil en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga, de la que publicar¨ªa en 1982 Magia, adivinaci¨®n y alquimia (Salvat). Pero su gran obra fue Aproximaci¨®n a una bibliograf¨ªa espa?ola sobre el Norte de ?frica (1850-1980), monumental trabajo de recopilaci¨®n sobre todo lo editado sobre Marruecos, el Magreb y el Norte de ?frica en Espa?a y en espa?ol, publicada en 1982 por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Una obra que estaba a punto de ampliar hasta la actualidad, con toda la vasta producci¨®n sobre el tema publicada en el ¨²ltimo cuarto de siglo, marcada por el inter¨¦s creciente por el Magreb al calor del desarrollo de las migraciones magreb¨ªes en Espa?a. Su muerte, el 30 de julio, la deja inacabada y se echar¨¢ de menos.
Bernab¨¦ L¨®pez Garc¨ªa es profesor de Historia Contempor¨¢nea del Islam en la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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