TARTA THURMAN DE MELOCOT?N

Cada vez que me la encontraba la misma historia: Falsarius, my love (mi "amol" que se dir¨ªa en cubano), ?cu¨¢ndo vas a dedicarme una receta? Y lo dec¨ªa mir¨¢ndome con esos ojos gamberritos que tiene y esa voz tan suya como de desayunadora de cubatas, que yo que, aunque me resisto, al final soy un cacho de pan, no he tenido m¨¢s remedio que acabar cediendo a sus pretensiones. Podr¨ªa decir que por l¨¢stima o por quit¨¢rmela de encima, pero la cruda realidad es que Uma Thurman puede ser muy convincente cuando quiere. As¨ª que, ya calzonazos confeso, me encerr¨¦ en mi gastron¨®mico laboratorio a pensar una impostura digna de la bella. Melocot¨®n, crujiente hojaldre, dulce crema y un arom¨¢tico toque de ex¨®tica canela era lo que la actriz me suger¨ªa, pero no acababa de estar convencido. Total que le cuento mis problemas a un amigo y, en lugar de ayudarme, va y me suelta: "S¨ª, hombre, a la Thurman vas a conocer t¨², con lo famosa que es". ?sa s¨ª que es buena, ?por qu¨¦ no puedo yo conocer famosos? Esto empieza a preocuparme porque no es el primero que me lo dice. Mi amigo Bene me dijo algo parecido cuando le cont¨¦ lo de Uma: "Falsarius, figlio caro, deber¨ªas dejar la bebida", me solt¨®. Claro que Benedicto, desde que es Papa y vive en Roma, es que no cree en nada.

- Ingredientes. Un rollo de masa de hojaldre (secci¨®n de refrigerados, junto a las masas de pizza y dem¨¢s), tres envases de natillas (las m¨ªas eran Montero, quit¨¢ndoles la galletilla), una lata grande de melocot¨®n en alm¨ªbar, canela.

- Preparaci¨®n. Troceamos el melocot¨®n en alm¨ªbar en lonchitas finas (con cuatro o cinco mitades llegar¨¢) y lo reservamos. En la bandeja del horno extendemos el hojaldre sobre el papel que trae y lo pinchamos por varios sitios con un palillo. Enrollamos un poco el borde exterior de la masa, haciendo una especie de peque?a murallita por todo el per¨ªmetro, para que luego no se nos desborde el contenido. Extendemos las natillas, cubriendo uniformemente todo el espacio de la tarta. Espolvoreamos con rica canela en polvo y lo cubrimos todo colocando ordenadamente las lonchitas de melocot¨®n (como en la t¨ªpica tarta de manzana). Ya s¨®lo queda meter la bandeja en el horno precalentado a 200 grados y esperar una media hora (cuando el borde exterior del hojaldre est¨¦ subido y doradillo). Tendremos una tarta sencilla, nada empalagosa y que, sorprendentemente, pese a lo impostora que es, resulta de lo m¨¢s casera. Y rica, como mi amiga Thurman.

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