Perdidos en el puerto de Valencia

"Se ha perdido hasta el taxista", comentaba ayer a mediod¨ªa Mar¨ªa Jos¨¦ Borr¨¢s, de 27 a?os, a la puerta de una de las compa?¨ªas de ferrys que conectan Valencia con Baleares. La constante transformaci¨®n del puerto y, sobre todo, las ¨²ltimas obras del circuito de F¨®rmula 1, han convertido la llegada de los pasajeros a las terminales en algo parecido a una odisea.

Ning¨²n transporte p¨²blico llega hasta aqu¨ª. Si el viajero se baja en la parada m¨¢s cercana, deber¨¢ aventurarse durante varios centenares de metros por un recorrido sin aceras, sin pasos de cebra, invadiendo una calzada por la que circulan coches y camiones mientras acarrea el equipaje.

Todos los implicados (las tres compa?¨ªas y la autoridad portuaria) reconocen con una u otra f¨®rmula el caos que se ha generado (y el que falta hasta que se celebre el gran premio). Es uno de los inconvenientes, dicen, que hay que pagar por acoger un acontecimiento de tales caracter¨ªsticas. Aseguran tambi¨¦n que est¨¢n haciendo todo lo que est¨¢ en sus manos para reducir el impacto. Pero que no es f¨¢cil reaccionar cuando los responsables de las obras del circuito de F-1 cambian d¨ªa s¨ª, d¨ªa no, los accesos. Los esfuerzos parecen en cualquier caso insuficientes. Dos de las tres empresas (Trasmediter¨¢nea-Acciona, Bale¨¤ria e Iscomar) reconocen haber registrado en las ¨²ltimas semanas un n¨²mero de quejas superior al habitual.

"Nos ha costado llegar, pero no un poco, bastante", contaba ayer Jos¨¦ Mar¨ªa Mu?oz, vecino de Valencia, de 75 a?os, al volante de su autom¨®vil, que iba cargado como el de un magreb¨ª camino del Estrecho, cliente habitual de la l¨ªnea con Ibiza. "Cada vez que venimos el puerto est¨¢ de una forma. E indicaciones no hay ninguna. Ah¨ª al fondo", dice y se?ala la otra parte de una gran rotonda trazada irregularmente con balizas rojas y blancas, "hay una que dice: 'Puerto', y nada m¨¢s. Y como no sab¨ªa qu¨¦ hacer, he tirado a la derecha y casi entro en Natzaret. He dado media vuelta, y me he metido contra direcci¨®n, mirando que no viniera nadie, claro, hasta que me he reenganchado con la carretera de aqu¨ª detr¨¢s. Escr¨ªbalo, a ver si sirve para que pongan un poco de orden".

El desconcierto para cualquier pasajero que pretenda llegar a las terminales con su autom¨®vil comienza desde el mismo final de la avenida del Puerto. Las ¨²nicas tres se?ales disponibles a esa altura indican "Malva-rosa", "Natzaret", y "Avenida de Baleares". Por deducci¨®n, el conductor, sobre todo si viene de fuera, podr¨ªa tender a coger la ¨²ltima. Imaginemos que no, que gira por la correcta (Natzaret, siempre que no sea uno de esos d¨ªas, como el pr¨®ximo s¨¢bado, en que el acceso por ah¨ª est¨¢ cerrado).Una vez elegida la v¨ªa correcta (un sinuoso carril que ayer, adem¨¢s, invad¨ªa sin previo aviso una gr¨²a que trabajaba en las gradas del gran premio, y que Carlos, otro pasajero, describ¨ªa como "un circuito"), vuelve a presentarse una disyuntiva. Como dec¨ªa Mu?oz, una se?al indica Puerto; y otra, Port America's Cup (hasta el momento, ni rastro de las terminales). Si el conductor se decide por la primera, es bastante probable que acabe como Alba (que ayer se dirig¨ªa con toda su familia a embarcar hacia Ibiza) y termine en el control de aduanas. Si elige la segunda y su compa?¨ªa es Trasmediterr¨¢nea, tiene casi todo el trabajo hecho: la empresa cuenta con su propia terminal, y su letrero, al menos de d¨ªa, es f¨¢cilmente identificable desde lejos. Trat¨¢ndose de Iscomar, la cosa se complica: la ¨²nica indicaci¨®n que han dejado en pie las obras del circuito es visible s¨®lo cuando se est¨¢ a punto de llegar, por una calle que corre en paralelo a unas antiguas v¨ªas f¨¦rreas y a lo que tiene el aspecto de una autopista s¨®lo para camiones.

Si no se va con tiempo, es de noche (la hora m¨¢s com¨²n de salida de barcos son las 23.00), y la compa?¨ªa es Bale¨¤ria, se podr¨¢ considerar afortunado con no perder los nervios. Como en todo el tiempo no se ha detectado ninguna se?al, es probable que se recurra a alg¨²n trabajador del puerto.

As¨ª explicaba ayer la ruta uno de ellos desde el edificio de Trasmediterr¨¢nea: "Sales por aqu¨ª. Agarras la pista de F¨®rmula 1, hay una rotonda, giras a la izquierda, vas a ver una barrera de polic¨ªa, sigues derecho, llegas a otra rotonda, giras a la derecha, llegas a otra rotonda, le das media vuelta, sales a tu derecha, y enseguida la vas a ver a tu izquierda". "S¨ª", admit¨ªa viendo la cara de su interlocutor, "es un poco m¨¢s dif¨ªcil que llegar a la de aqu¨ª".

Todo eso, a mediod¨ªa y a pie, bajo un sol de justicia, hicieron ayer Edoardo Macchi y Enrico Nuti, romanos, estudiantes de ingenier¨ªa, que hab¨ªan llegado en taxi hasta la sede de Acciona. Cuando alcanzaron la sede de Bale¨¤ria, rodeada de industrias y de monta?as de contenedores, descubrieron que la oficina no abr¨ªa hasta las 16.30. "Esto es un infierno", dec¨ªan recostados en las escaleras, "s¨®lo quer¨ªamos comparar los precios". Y al cabo de un momento a?ad¨ªan: "?Sabes de d¨®nde salen los autobuses para Alicante?"