Golpe en Nuakchot
Los generales mauritanos ponen fin a su breve idilio con un presidente elegido en las urnas
Poco m¨¢s de un a?o ha durado en Mauritania la ilusi¨®n, rara avis, de un sistema democr¨¢tico en el mundo ¨¢rabe. Son los militares los que siempre han mandado en la Rep¨²blica Isl¨¢mica emancipada de Francia: los que echaron mediante un golpe incruento a su cofrade Taya en 2005; los que organizaron despu¨¦s una alabada transici¨®n al poder civil, que permiti¨® el a?o pasado la victoria electoral del cultivado Abdallahi, y los que finalmente le han depuesto y detenido ayer en un nuevo cuartelazo, tambi¨¦n sin sangre, condenado inmediatamente por la ONU y la UE. Europa amenaza con suspender su ayuda al m¨ªsero pa¨ªs norteafricano -tres millones de personas en un desierto como dos veces Espa?a- si no es repuesto su primer presidente elegido en las urnas.
El golpe de Nuakchot parece consecuencia de la inexplicada y simult¨¢nea destituci¨®n por el jefe del Estado de los generales responsables del Ej¨¦rcito y de la Guardia Presidencial; este ¨²ltimo, Abdelaziz, jefe desde ayer de la nueva junta golpista. Pero la crisis pol¨ªtica de este pa¨ªs opaco, absolutamente alejado de los circuitos informativos internacionales, precede a estos acontecimientos. Ven¨ªa anunciada por el encargo este mismo mes al primer ministro dimisionario de la formaci¨®n de nuevo Gobierno, y por el abandono en masa del partido presidencial -esta semana y con el visto bueno castrense- de la mayor¨ªa de sus representantes parlamentarios.
La situaci¨®n econ¨®mica se ha agravado en Mauritania, golpeada por la escalada de los precios de los alimentos y la supresi¨®n del rally Par¨ªs-Dakar, una consistente fuente de divisas. Pero el atribulado pa¨ªs, que subsiste con la exportaci¨®n de su pesca y de sus recursos minerales, es desde 2006 uno de los nov¨ªsimos productores de petr¨®leo del continente. Esa condici¨®n, y sobre todo las recientes expectativas de considerables reservas de crudo en sus aguas territoriales, no es ajena presumiblemente a los acontecimientos de ayer. Es poco probable que el golpe mauritano, salvo derivas inesperadas, afecte seriamente a las buenas relaciones con Espa?a, ilustradas con la visita el mes pasado del presidente derrocado, tras la condonaci¨®n de la deuda por el Gobierno de Zapatero. Unos v¨ªnculos con Nuakchot que han sido impulsados por Madrid en los ¨²ltimos tiempos con la finalidad b¨¢sica de mantener controlada la inmigraci¨®n ilegal procedente de sus aguas.
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