Los antivirales protegen a las personas sanas de contraer el sida
Diez pa¨ªses ensayan administrarlos como m¨¦todo de prevenci¨®n
Si no es posible que las parejas usen un preservativo cuando van a tener una relaci¨®n sexual, ?ser¨ªa factible que se tomaran una pastilla diaria que les protegiera del riesgo de infectarse del VIH? Myron Cohen, especialista en microbiolog¨ªa, inmunolog¨ªa y salud p¨²blica de la Universidad de Carolina del Norte (EE UU), puso el martes en el centro del debate de la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida de M¨¦xico la llamada profilaxis preexposici¨®n (tratarse antes de la situaci¨®n peligrosa).
S¨®lo dijo en voz alta lo que algunos cient¨ªficos ya est¨¢n estudiando sin tanta publicidad.
Las personas que se prostituyen ser¨ªan claras beneficiarias de este m¨¦todo
?Por qu¨¦ esperar a que una persona tenga el VIH para darle medicaci¨®n? ?No ser¨ªa posible que los mismos f¨¢rmacos que han salvado la vida a miles de personas en los pa¨ªses ricos -y de manera creciente, pero todav¨ªa insuficiente, tambi¨¦n en los pobres- sirvan como un m¨¦todo preventivo en vez de curativo?
La propuesta no es un brindis al sol. A mediados de 2009 habr¨¢ m¨¢s personas en ensayos de este tipo que las que participan en las pruebas de vacunas contra el sida y de microbicidas (geles vaginales) juntos, afirm¨® el domingo pasado la AIDS Vaccine Advocacy Coalition (AVAC, Coalici¨®n en Defensa de la Vacuna contra el Sida).
Cohen indic¨® que investigaciones en animales han verificado que la profilaxis preexposici¨®n del VIH, es decir, la aplicaci¨®n de dosis altas de antirretrovirales antes de entrar en contacto con el virus, puede ser una realidad en dos o tres a?os. Ya hay ensayos en Ghana, Brasil, Botsuana, Ecuador, Kenia, Malaui, Per¨², Sur¨¢frica, Tanzania, Tailandia, Uganda y Estados Unidos, entre otros. Pero "no podemos esperar a que los estudios terminen para estar preparados para suministrar la profilaxis preexposici¨®n", dijo Pedro Goicoechea, que dirige varios de estos ensayos en Per¨² y Ecuador.
En los experimentos participan la Agencia de Cooperaci¨®n Internacional de EE UU, el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta y los NIH (National Institutes of Health, el Ministerio de Sanidad estadounidense). Incluso la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates financia estas investigaciones.
No se trata de un disparo a ciegas. Algunos trabajos recientes con la malaria han demostrado que en zonas donde la enfermedad es end¨¦mica comenzar el tratamiento en personas no infectadas reduce los casos. Con el VIH tambi¨¦n hay experiencias parecidas. La m¨¢s clara es el suministro de nevirapina (un antiviral) a madres infectadas y sus beb¨¦s. Con ello se evita la transmisi¨®n del virus durante el parto y en la lactancia, que en muchas zonas es la ¨²nica manera de conseguir que los ni?os reciban una alimentaci¨®n adecuada.
La idea b¨¢sica es que cuando el virus entre en las mucosas, ¨¦stas ya est¨¦n impregnadas de f¨¢rmacos para combatirlo. Tienen que actuar muy r¨¢pidamente, porque se calcula que el VIH tarda unas doce horas en colonizar los linfocitos, y, una vez dentro de las c¨¦lulas, es imposible erradicarlo.
Pero no todo son parabienes. Algunos expertos ven con recelo este m¨¦todo, porque temen que se creen falsas expectativas, como ha pasado con las vacunas. Sara (nombre supuesto), una prostituta madrile?a, lo tiene claro: "Cobro 30 euros por servicio; si el cliente tiene buen aspecto e insiste, puedo llegar a 100 por hacerlo sin cond¨®n". Para ella, una pastilla al d¨ªa (m¨¢s las anticonceptivas) ser¨ªa una seguridad, y un negocio.
Obviamente, uno de los grandes inconvenientes de este sistema es el acceso. Cuando s¨®lo un 31% de las personas con VIH reciben el tratamiento que necesitan, pensar en d¨¢rselo a personas sanas, aunque sea de grupos vulnerables (personas dedicadas a la prostituci¨®n o aqu¨¦llas cuya pareja est¨¢ infectada) parece una utop¨ªa.
Pero ¨¦ste no es el ¨²nico inconveniente. En los pa¨ªses africanos, el tratamiento est¨¢ndar para un enfermo cuesta alrededor de un euro al d¨ªa, unos 350 euros al a?o. Pero en los pa¨ªses ricos, donde tambi¨¦n hay grupos especialmente vulnerables, el precio ronda los 8.000 euros anuales. Mucho m¨¢s caro que usar un cond¨®n cada vez que se tiene una relaci¨®n sexual.
Aparte de todo esto, y es lo que m¨¢s dudas suscita entre los profesionales, est¨¢n los posibles efectos secundarios de la medicaci¨®n, como n¨¢useas, cefaleas o complicaciones digestivas o renales. Y, como afirma el director general de Onusida, Peter Piot, que "no hay ninguna duda: es infinitamente mejor mantenerse sano tomando precauciones que atarse a una medicaci¨®n de por vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.