La banca aumenta la restricci¨®n del cr¨¦dito al cumplirse un a?o de crisis
La falta de confianza en el sistema financiero acent¨²a la desaceleraci¨®n
El dinero f¨¢cil es la causa de todos los excesos. Desde que los mercados dirigen con mano de hierro el devenir de la econom¨ªa, ¨¦sa ha sido la lecci¨®n -r¨¢pidamente olvi-dada- de todas las crisis. Lo fue tras el crash burs¨¢til de 1987. Lo fue tras el auge y ca¨ªda de las puntocom. Y ese mismo dinero f¨¢cil explica la burbuja inmobiliaria y crediticia que acab¨® estallando hoy hace justo un a?o y desat¨® las turbulencias financieras. Al cumplir su primer aniversario, la crisis est¨¢ lejos de palidecer. A diario aparecen nuevas sorpresas. Y no precisamente positivas.
El agujero en la banca es fenomenal. Europa y Jap¨®n flirtean con la recesi¨®n, y aunque EE UU -origen y epicentro de los pro-blemas- est¨¢ encajando el golpe mejor de lo esperado, la banca norteamericana no gana para sustos. El sector financiero aparece como el gran perdedor de la crisis, pero las secuelas se dejan notar en toda la econom¨ªa: tras un a?o sin mercado interbancario, la banca empieza a cerrar el grifo del cr¨¦dito a empresas y particulares. Ese credit crunch ser¨¢ a¨²n m¨¢s acusado a partir de ahora, seg¨²n el BCE. Y esa es la correa de transmisi¨®n entre los mercados y la econom¨ªa: si se corta el cr¨¦dito, la crisis financiera puede dar paso a una crisis industrial y acentuar la desaceleraci¨®n. Sobre todo con energ¨ªa y materias primas en niveles estratosf¨¦ricos, a pesar de que ya empiezan a desinflarse. La paradoja es que el fin del dinero f¨¢cil -tras a?os de tipos de inter¨¦s reales negativos que invitaban a asumir grandes riesgos- no llega por convicci¨®n de la banca, sino porque la falta de confianza, lejos de desaparecer, impide engrasar los mercados.
En plena can¨ªcula y con medio mundo de vacaciones, el 9 de agosto de 2007 los mercados se quedaron petrificados. BNP Paribas suspendi¨® tres fondos de inversi¨®n ante los problemas de un segmento hipotecario estadounidense totalmente desconocido para el gran p¨²blico: las subprime o hipotecas basura, concedidas a gente con un mal historial crediticio. La desconfianza corri¨® como la p¨®lvora -cosas de la globalizaci¨®n financiera- y oblig¨® a los bancos centrales a intervenir, con inyecciones de miles de millones de euros para evitar que el mercado se secara.
Y as¨ª siguen: la Reserva Federal y el BCE contin¨²an inyectando liquidez y han tenido que salir incluso al rescate de varios bancos (Bear Stearns, Freddie y Fannie Mae, entre otros) para evitar males mayores. Las Bolsas acumulan una correcci¨®n notable.
No se trata de una crisis de liquidez. Los expertos consideran que los problemas son m¨¢s profundos, de falta de confianza en el sistema financiero, acusado de tomar riesgos excesivos. No se atisba el final del t¨²nel. No hay fecha para el final de la crisis, no hay motivos para pensar que los bancos hayan sacado ya todos los trapos sucios. "Hasta que no sepamos cu¨¢ndo acaba la ca¨ªda de la vivienda en EE UU no se conocer¨¢n las p¨¦rdidas totales y las necesidades de la banca", se?alaba ayer un gestor de Washington.
"Cuando esto empez¨® nadie esperaba que durara tanto. Pero cuando se conocieron los problemas, nadie esperaba un aterrizaje que en realidad no ha sido tan duro. Lo peor puede llegar si empeoran los emergentes, pero desde el punto de vista de la econom¨ªa real nos podemos dar con un canto en los dientes", dice Jos¨¦ Carlos D¨ªez, de Intermoney.
Los pa¨ªses que m¨¢s crecieron en la ¨²ltima etapa de bonanza son ahora los que m¨¢s sufren. El mayor varapalo financiero desde la Gran Depresi¨®n se ha dejado notar en Espa?a, en el ladrillo y en el bolsillo de la gente. En el tercer trimestre de 2007, Espa?a crec¨ªa al 3,8%; ahora, la mitad. Es dif¨ªcil predecir el final de la crisis, que en ning¨²n caso llegar¨¢ antes de 2010 ni antes de que toque fondo "la correcci¨®n de los precios de los activos que tienen tanto los bancos como las familias", seg¨²n los analistas de AFI. En plata: un a?o despu¨¦s del estallido de la crisis, todav¨ªa vienen curvas.
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