A media luz en Valladolid
VINCCI FRONTAURA, un hotel de negocios en el paseo de Zorrilla
Es una grata sorpresa descubrir en la avenida principal de Valladolid un hotel tan a la ¨²ltima, sabido el escaso entusiasmo de la cadena Vincci por la innovaci¨®n. Su audacia constructiva se debe al grupo inmobiliario local Diursa, que ha depositado su confianza para la gesti¨®n del inmueble en la familia Calero, antiguos fundadores de la marca Tryp. El nombre del establecimiento encuentra su origen en un palacio del siglo XVI adquirido por Diursa frente a la colegiata de Toro para albergar la sala de catas y oficinas centrales de la bodega Palacio de los Frontaura y Victoria, cuyo proyecto de rehabilitaci¨®n ha sido encomendado a la arquitecta italiana Benedetta Tagliabue, mientras que la nueva sala de barricas de la bodega, situada en Villabuena del Puente (Zamora), ser¨¢ obra del catal¨¢n Carlos Ferrater con un dise?o de cubierta y lucernarios dorados que reinterpreta la ondulaci¨®n del paisaje castellano. Ambos iniciar¨¢n sus trabajos en los pr¨®ximos meses, y cuando finalicen est¨¢ previsto que se ofrezca a los hu¨¦spedes del hotel Frontaura un programa de visitas a estas significativas instalaciones de enoturismo.
VINCCI FRONTAURA
Puntuaci¨®n: 7
Categor¨ªa: 4 estrellas. Direcci¨®n: Paseo de Zorrilla, 332-334. Valladolid. Tel¨¦fono: 983 24 75 40. Fax: 983 24 76 09. Central de reservas: 902 45 45 85. Web: www.vinccihoteles.com. Instalaciones: garaje, piscina, salas de convenciones (230 personas), gimnasio, spa, bar-cafeter¨ªa, comedor. Habitaciones: 94 dobles con calefacci¨®n, aire acondicionado, tel¨¦fono, TV v¨ªa sat¨¦lite, minibar, secador, albornoz, carta de almohadas; habitaciones para no fumadores. Servicios: adaptado para discapacitados, no admite animales. Precios: doble, desde 63 euros + 7% IVA; desayuno, 11 euros + IVA.
Paisaje luminot¨¦cnico
Siete plantas de ret¨ªculas acristaladas enmarcan la fachada de este edificio, algo solitario en la prolongaci¨®n del paseo de Zorrilla. Ni su imagen hasta cierto punto convencional ni el higi¨¦nico porche de entrada advierten del paisaje luminot¨¦cnico y decorativo recreado en los interiores, con mayor acento en los espacios comunes que en los dormitorios.
El ambiente es particularmente sedante al atardecer, cuando el bar se pone ¨ªntimo, abrigado por grandes l¨¢mparas cenitales, y el vest¨ªbulo recibe a los nuevos hu¨¦spedes a media luz, entre rigurosas panelaciones de madera y detalles de hotel de lujo. Al contrario, moderno y jovial, el comedor adquiere mayor colorido durante la administraci¨®n de los desayunos, muy generosos, cuando restalla sobre las mesas el verde feraz de las fotograf¨ªas tomadas por Rafael Vargas del vi?edo de referencia.
El hotel completa sus instalaciones urbanas con una piscina exterior, en sombra a primera hora de la ma?ana, y un peque?o spa, el Nammu Corner, que entrar¨¢ en funcionamiento pr¨®ximamente.
En ninguna de las 94 habitaciones cabe esperar m¨¢s bondades ni servicios que el acendrado estilo de la cadena: un minimalismo eficiente antes que espiritual, una distribuci¨®n de espacios sin emoci¨®n, grupos hal¨®genos para disimular las estrecheces de la alcoba, un mobiliario en exceso apelotonado, aunque de corte moderno, con una mesa de trabajo amplia y un c¨®modo butac¨®n de tela, un armario abierto al pasillo, un surtido cosm¨¦tico de baja gama en el cuarto de ba?o y algo que confunde: una l¨¢mina retroiluminada en el lugar en el que hubiera podido encastrarse, antes que ese retablo, un buen monitor de televisi¨®n.
La clientela de negocios fiel a la marca Vincci agradecer¨¢ un hotel como ¨¦ste en Valladolid, claro que s¨ª.
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