Laberinto de sexo y poder
Una edil mantiene que el alcalde de Sierra de Yeguas la viol¨® en el Ayuntamiento
Sierra de Yeguas tiene algo de universo paralelo. Este peque?o pueblo (3.500 habitantes) situado en la sierra que divide M¨¢laga y Sevilla, no est¨¢ acostumbrado a los focos ni a la purpurina, m¨¢s bien a una existencia tranquila, a veces de espaldas al mundo, entre olivos y ganado.
En la mejor mesa del restaurante de Pepe Rubillo, almorz¨® el 17 de julio, un mando de la Legi¨®n junto al hermano mayor de la cofrad¨ªa del pueblo, Jes¨²s Camacho, el alcalde, Rafael S¨¢nchez Lavado (PP), y dos de sus concejalas. El camarero de confianza les puso los mejores platos de la casa: esp¨¢rragos, secreto ib¨¦rico y pierna de cordero. Josefa Torres, una de las ediles, mano derecha del alcalde, no prob¨® el vino de la Ribera del Duero. Estuvo como ausente y pensativa durante la comida, que se alarg¨® hasta media tarde. S¨®lo ella sab¨ªa que esa misma ma?ana hab¨ªa presentado a la direcci¨®n de su partido unas grabaciones telef¨®nicas en las que supuestamente sufre el acoso de S¨¢nchez Lavado. ?se es el comienzo de una historia tormentosa de reproches y graves acusaciones que han sacado del anonimato, a las bravas, a Sierra de Yeguas.
El padre de la concejal, afectado por el conflicto, ha muerto de un infarto
Joaqu¨ªn Ram¨ªrez, el secretario provincial del PP en M¨¢laga, escuch¨® la cinta y decret¨® de inmediato la expulsi¨®n del alcalde despu¨¦s de definirla como "terrible". Cinco d¨ªas despu¨¦s, la concejal present¨® una denuncia por el acoso, pero en su declaraci¨®n dio la primera vuelta de tuerca de este relato: alegaba que hab¨ªa sido violada. Adem¨¢s, acusaba al alcalde de haberlo intentado sin ¨¦xito en otras ocasiones, de acoso laboral, vejaciones y coacciones.
En el pueblo no encuentran explicaci¨®n a lo ocurrido. El alcalde y la concejala, juntos, hab¨ªan aupado al PP al poder en una demarcaci¨®n de tradici¨®n comunista; juntos, acud¨ªan a congresos del partido, reuniones de trabajo, viajes, vacaciones, cenas empresariales, fiestas...
Sierra de Yeguas est¨¢ dividido. Algunos vecinos tachan al alcalde de agresivo, d¨¦spota y dictatorial. Otros lo califican de buena persona, gran mandam¨¢s y respetuoso padre de familia. S¨¢nchez Lavado, casado y con tres hijos, es un hombre del pueblo de toda la vida, cazador, agricultor (sus manos lo atestiguan), hijo de una familia numerosa y propietario de fincas.
El alcalde, acorralado, retorci¨® el conflicto. Reconoci¨® en una multitudinaria rueda de prensa que hab¨ªa mantenido una relaci¨®n sentimental con Josefa Torres, conocida como Pepi, durante siete a?os. Sostuvo que Torres, a la que retrat¨® como una mujer "ambiciosa y sin escr¨²pulos", pretend¨ªa desbancarle del poder. Los problemas, seg¨²n su versi¨®n, surgen cuando rompen su relaci¨®n.
"Esto es un laberinto", dice ahora, reincorporado a su puesto tras dos semanas de baja por depresi¨®n. La palabra que m¨¢s sale de su boca es complot, en el que involucra a pol¨ªticos y constructores. "Los vamos a desenmascarar", asegura.
Josefa Torres mantuvo ante el juez, que a¨²n instruye las diligencias previas y que por el momento ha denegado una orden de alejamiento contra el alcalde, que la intent¨® violar la primera semana de julio en las afueras del pueblo, en una zona de olivos. Y que finalmente lo consigui¨® el 11 de julio, en el Ayuntamiento. El acoso, dice, comenz¨® en febrero y lo denunci¨® al partido cuando "ya no pod¨ªa m¨¢s". Su hermana Carmen asegura que ella, ex auxiliar de dentista que so?aba con licenciarse en ciencias pol¨ªticas, ha pasado un calvario. El padre, muy afectado por el esc¨¢ndalo, muri¨® la semana pasada de un infarto.
S¨¢nchez Lavado ha confiado su defensa al abogado Miguel Gonz¨¢lez y al asesor Francisco S¨¢nchez, doctorado en comunicaci¨®n pol¨ªtica. Por ahora, han presentado al juez de Antequera que lleva el caso varias facturas de hotel que demuestran presuntamente que estuvieron durmiendo juntos meses atr¨¢s. El magistrado ha dictado un requerimiento para obtener las grabaciones de las c¨¢maras del hotel que lo demuestran, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas. La defensa busca dibujarla como una mujer con personalidad "paranoide", deseosa de poder. Argumenta que Josefa Torres visit¨® la casa del alcalde apenas d¨ªas despu¨¦s de la violaci¨®n, con un pastel como regalo. Despu¨¦s, estuvieron juntos en el restaurante y en un viaje a Estepona.
Al d¨ªa siguiente de la denuncia por violaci¨®n contra el alcalde, ¨¦ste formul¨® otra por injurias, calumnias y revelaci¨®n de secretos contra Josefa, su hermana y su cu?ado. Les acusa de haber manipulado y distribuido copias de las grabaciones telef¨®nicas por todo el pueblo, aunque ellos lo niegan. Dice la hermana que s¨®lo se hicieron dos copias, una para el juez y otra para el partido. Las partes est¨¢n por ahora recabando testigos y pruebas para un proceso judicial que se reactivar¨¢ en septiembre.
"Una trama mafiosa en mi contra"
Rafael S¨¢nchez Lavado conoce de cerca la derrota. En 2003 gan¨® con el PP las elecciones en minor¨ªa, pero a los cinco meses y medio sufri¨® una moci¨®n de censura y le desbancaron. Aquello le agri¨® el car¨¢cter. Otro episodio que le marc¨® su vida fue la condena a un a?o de prisi¨®n que le impuso un juzgado de M¨¢laga por un delito de agresiones, tambi¨¦n en 2003. La pena le fue conmutada por una multa de 4.380 euros.
?l asegura que ese d¨ªa se defendi¨® de dos matones que quer¨ªan matarle. "Me defend¨ª, lo que hubiera hecho cualquier persona", explica. El caso es que golpe¨® con una horca, con la que los labradores levantan la paja, a un hombre y le abri¨® la cabeza. Ellos, seg¨²n dijo, hab¨ªan sido enviados por un constructor al que ¨¦l le negaba la licencia para construir 40 chal¨¦s. "Una trama urban¨ªstica y mafiosa que estaba en mi contra y quer¨ªa echarme a toda costa", dice. La relaciona con las ocurridas en Estepona y Marbella.
Un amigo ¨ªntimo de S¨¢nchez Lavado, que exige no ser identificado, le atribuye el complejo de los emperadores romanos, paranoicos por los complots urdidos en su corte. Se dice profundamente triste y decepcionado por la denuncia por violaci¨®n de su hasta hace poco persona de confianza, la concejal denunciante Josefa Torres.
Quienes han escuchado las grabaciones que la edil present¨® para demostrar el acoso sexual, coinciden en que en ellas se escucha a un S¨¢nchez Lavado violento y celoso que le increpa de mala manera por lo que al parecer es una ruptura entre ambos.
Su entorno reconoce que a S¨¢nchez Lavado se le subi¨® el poder a la cabeza tras ganar las elecciones. Quer¨ªa algo y lo quer¨ªa ya. "No asimil¨® que Josefa ya no quer¨ªa nada m¨¢s con ¨¦l. No pod¨ªa tener lo que ¨¦l se cree que merec¨ªa", opina un amigo de ambos.
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