Se desata el 'hurac¨¢n Phelps'

Con las primeras tormentas sobre Pek¨ªn se desat¨® el hurac¨¢n Phelps, el nadador de los retos siderales, un deportista que a los 23 a?os ya se ha ganado un trono en el olimpo. Su fabulosa victoria de ayer en los 400 metros estilos con una rebaja del r¨¦cord del mundo en dos segundos (4m 3,84s), su habitual sello, le sit¨²a con siete oros ol¨ªmpicos a dos de igualar a los m¨ªticos Larisa Latynina, Paavo Nurmi, Mark Spitz y Carl Lewis, quienes m¨¢s han logrado.

Phelps tambi¨¦n tiene dos bronces, menudencias para alguien que cada vez que se lanza a la piscina se plantea desaf¨ªos imposibles para sus mayores adversarios. ?l busca la gloria en cada carrera, vencer le resulta rutinario. El r¨¦cord de los 400 metros estilos le corresponde desde 2003 y lo ha mejorado ya ocho veces. Pero ha anunciado que no volver¨¢ a competir en esta prueba. As¨ª que en la capital china detuvo el cron¨®metro para ganarse a¨²n una mayor parcela en la posteridad.

En la final no tuvo excesiva presi¨®n y, con otras siete en el horizonte de los pr¨®ximos 14 d¨ªas, pudo modular el esfuerzo. Imposible para alguien que hace cuatro a?os, en Atenas, fue capaz de sumar ocho medallas tras nadar en 18 carreras, 2,5 por d¨ªa. En el agua no tiene freno y fuera de ella su capacidad de recuperaci¨®n es asombrosa. Un deportista fuera de lo com¨²n, grandioso. Por su talento, su f¨ªsico y su fortaleza mental.

En realidad, Phelps vive en remojo desde que ten¨ªa siete a?os, cuando encontr¨® en el agua el mejor consuelo frente al divorcio de sus padres. A los 15 a?os se convirti¨® en el m¨¢s precoz nadador en batir un r¨¦cord mundial (200 metros mariposa) y con 18 fij¨® otros cinco, dos de ellos en menos de una hora. Todo en ¨¦l es vertiginoso, como ayer en el est¨¦tico Cubo del Agua pudieron comprobar en directo dos ilustres seguidores, George W. Bush y su esposa, B¨¢rbara.

Mientras el pez de Baltimore sigue con su cruzada particular, Espa?a tambi¨¦n ha arrancado con ¨¦xito en la suya. Dos metales en dos d¨ªas de competici¨®n. Ayer fue el turno de Jos¨¦ Luis Abajo, un espadista madrile?o de 30 a?os que consigui¨® la primera medalla de la historia para su pa¨ªs en el ¨²nico deporte ol¨ªmpico originariamente espa?ol, con tratados de 1470 que certifican su etiqueta.

Un bronce de extraordinario valor no s¨®lo por lo que supone para la esgrima espa?ola, sino porque Abajo, tuteado como Pirri, tuvo que medirse con la ¨¦lite y superar en el combate final una pr¨®rroga, un minuto con victoria para el primer tocado. Lo consigui¨® a los cuatro segundos de su asalto contra el h¨²ngaro Gabor Boczko, al que nunca hab¨ªa vencido, entre el delirio de sus familiares y compa?eros. Quiz¨¢ sea la espita para un deporte que cuenta en la actualidad con una buena cosecha, con esgrimistas en los primeros puestos de la Copa del Mundo, caso de Pina, Mart¨ª y Montesinos, que competir¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas.

Apenas tres horas antes del segundo ¨¦xito espa?ol, la selecci¨®n de baloncesto se impuso con sencillez a Grecia (81-66). Sin estridencias, pero con firmeza, el equipo de A¨ªto Garc¨ªa Reneses mostr¨® sus numerosos recursos. No fue necesaria la actuaci¨®n estelar de ning¨²n jugador. A este equipo le sobran teclas y funciona de forma armoniosa.

Su comienzo result¨® prometedor, como corresponde al actual campe¨®n del mundo.