El Fundi, aroma de lidia a?eja
El resultado art¨ªstico de la tarde de ayer debe ser enjuiciado seg¨²n una premisa de partida: el desclasado y desrazado encierro de Cebada Gago lidiado en la primera del ciclo donostiarra limit¨® enormemente las posibilidades de la terna. Ganader¨ªa del gusto del aficionado, su trayectoria en los ¨²ltimos dos a?os debe encender las luces de alarma, ya que corridas como las de ayer sustraen de emoci¨®n al espect¨¢culo y ahuyentan de los tendidos tanto al aficionado como al p¨²blico en general.
La trayectoria taurina de Jos¨¦ Pedro Prados, El Fundi, ha alcanzado en los ¨²ltimos a?os el merecido reconocimiento que se le hab¨ªa negado en sus primeros quince de alternativa. Torero surgido en los ochenta de la escuela taurina de Madrid, que fuese el patito feo de la exitosa terna de novilleros que compart¨ªa con Joselito y El Bote, tuvo que emigrar a tierras francesas para salir del t¨²nel de ostracismo en el que se encontraba.
Cebada Gago / Fund¨ª, Padilla y Fandi?oSan Sebasti¨¢n
Seis toros de Cebada Gago. Desclasados y desrazados en su conjunto y de desigual presentaci¨®n. Encastadito y anovillado el primero. Mansos, sin clase ni raza segundo y tercero. Con m¨¢s clase y motor el cuarto. Geniudo el quinto. Protest¨®n y rebrincado el sexto.
El Fundi (de berenjena y oro): estocada y un descabello (aplausos tras un aviso); y estocada trasera (oreja tras un aviso).
Juan Jos¨¦ Padilla (de corinto y oro): estocada casi entera (silencio); y Pinchazo y estocada (aplausos).
Iv¨¢n Fandi?o (de rosa y oro): estocada de efecto dilatado (aplausos tras un aviso); y estocada trasera (aplausos).
Plaza de Toros de Illumbe. Media entrada.
La falta de clase de los 'cebadas' limit¨® enormemente las opciones de la terna
En el territorio vecino, dando la cara ante hierros duros se granjeo un respeto profesional que le convierten en la actualidad en el mejor y m¨¢s poderoso lidiador del escalaf¨®n. Sus virtudes lidiadoras quedaron plenamente acreditadas ayer.
Con su primer oponente, con m¨¢s gracia y mas colaborador que el resto de sus hermanos, protagoniz¨® faena de menos a m¨¢s, y basada en la solvencia, el poder¨ªo, con su caracter¨ªstico toreo con los pies y una lidia favorecedora de las limitadas aptitudes del burel.
Su actuaci¨®n culmin¨® con dos poderosas series por ambos pitones muy del gusto del aficionado que poblaba mayoritariamente los tendidos. Como quiera que la actuaci¨®n fue culminada con el certero espadazo al que acostumbra el de Fuenlabrada, le fue solicitado un trofeo que fue denegado por la autoridad.
S¨ª se cobr¨® un trofeo del cuarto de la tarde, que sin ser una excelencia mejor¨® el pobre nivel de la primera mitad del encierro de Cebada. Vibrante tercio de banderillas ejecutado por colleras junto con Padilla ante la fraternal invitaci¨®n recibida del madrile?o.
Desbord¨® poder¨ªo El Fundi con la franela en un trasteo ejecutado principalmente en los medios, que destil¨® aroma de lo a?ejo. Destac¨® una tanda ejecutada por la derecha donde supo templar y alargar la embestida de su oponente. Nuevo acierto con la tizona y oreja al esport¨®n.
Toda la panoplia de su repertorio populista fue desplegada por Juan Jos¨¦ Padilla. Pares al viol¨ªn, por los adentros, brindis a los tendidos, y efusividad en los inicios de sus dos faenas de muleta.
Con lo que no contaba el jerezano es que sus oponentes iban a quedar aplomados en la arena. A mayor abundamiento, el quinto, que embisti¨® al relance al caballo de guardia y de poco, si Padilla no le colea, desgracia a un monosabio, desarroll¨® un genio que se traduc¨ªa en bruscas y peligrosas arrancadas como la que le hizo cobrarse un varetazo al ejecutar la suerte suprema.
Para solventar estos defectos puso en pr¨¢ctica su habitual solvencia profesional, pero tambi¨¦n una serenata de gritos, pisotones y aspavientos que no deben tener cabida en una plaza de primera.
Se mostr¨® dispuesto Iv¨¢n Fandi?o, diestro nacido en Ordu?a, desde el saludo capotero por ver¨®nicas a su primero. En ambos toros, condicionado por el mal juego de sus oponentes, desarroll¨® una actuaci¨®n irregular que le privo de un triunfo que le resulta imprescindible para lanzar de una vez por todas su carrera profesional.
En su primero, entremezcl¨® muletazos poderosos y ce?idos con enganchones y desarmes, mientras que no logr¨® meter en el canasto al que cerr¨® tarde, un berrendo protest¨®n y rebrincado.
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