Mariposa ciega
Phelps tiene un acceso de c¨®lera al batir por s¨®lo seis cent¨¦simas su r¨¦cord de 200 mariposa tras entrarle agua en las gafas
Da igual que sea en los Juegos de Pek¨ªn. Desde dentro todo lo que se ve son texturas azulinas trasl¨²cidas. El edificio parece una burbuja. Carece de ventanas. Le llaman Cubo de Agua y en su interior hay una multitud que se ha sometido a una especie de aislamiento f¨ªsico y espiritual. Desde las 7.00 de la ma?ana hasta las 9.00 de la noche. Algunos s¨®lo salen de la piscina a ratos. Su prop¨®sito es combatir el tiempo. Tarea in¨²til y conmovedora que tiene en Michael Phelps a su exponente m¨¢s obstinado.
El hombre lleva 13 a?os rebajando marcas. Empez¨® a los 10 en una reuni¨®n celebrada en Princeton (Nueva Jersey), disput¨¢ndole el r¨¦cord nacional de edad (NAG) a un tal Rory Connell. Entonces ya ten¨ªa una fijaci¨®n. No con Rory Connell, que desapareci¨® entre la multitud an¨®nima de nadadores, sino con los tiempos, los parciales, los totales, etc. Nadaba para ir cada vez m¨¢s r¨¢pido y se cronometraba como un poseso. Ayer segu¨ªa igual que siempre cuando sali¨® del vestuario a las 10.20 de la ma?ana, con la toalla en la mano, para cumplir con el rito de la preparaci¨®n. Fue el ¨²nico entre los ocho finalistas que no salud¨® a la c¨¢mara. Estaba en su mundo. Listo para batir el r¨¦cord de los 200 mariposa por sexta vez desde 2000, y, despu¨¦s, nadar la final del relevo de 4x200 con el resto del equipo estadounidense.
Al subir al podio se ech¨® a llorar. "Pens¨¦ que ya ten¨ªa 11 medallas de oro"
"En los ¨²ltimos 100 metros no ve¨ªa ni las paredes. Me gui¨¦ contando brazadas"
"Tuve miedo de que las gafas se me salieran al impulsarme demasiado"
Phelps empez¨® como un tiro. Su tiempo de reacci¨®n en la salida recort¨® tres cent¨¦simas de segundo al que hizo cuando se lanz¨® al agua para obtener el r¨¦cord mundial en Melbourne, en 2007. Hasta ah¨ª, todo bien. Pero al romper el espejo, algo fall¨®. Sus gafas, adheridas a los ojos por dos ventosas, se movieron. Por las ranuras entr¨® agua y cloro. A cualquier otro nadador esto le habr¨ªa supuesto quedar fuera del podio. A Phelps s¨®lo le impidi¨® batir su propia marca mundial por m¨¢s de un segundo de diferencia.
"Las gafas se me llenaron de agua", explic¨®, al salir de la piscina. "Empec¨¦ a tener problemas para ver. La cosa se fue poniendo cada vez peor. En los ¨²ltimos 100 metros no ve¨ªa ni las paredes. Me guiaba contando las brazadas. Los nadadores sabemos exactamente las brazadas que damos, y as¨ª supe c¨®mo hacer los virajes. Tuve miedo de impulsarme demasiado en las paredes porque pens¨¦ que se me pod¨ªan salir las gafas del todo. Por eso me enoj¨¦ tanto. Quer¨ªa nadar en un minuto y 51 segundos, o menos".
Phelps se hab¨ªa preparado para bajar de un minuto y 51 segundos. Al final, se qued¨® en 1m 52,03s. Seis cent¨¦simas menos que su plusmarca anterior. Los 200 mariposa son su carrera m¨¢s querida y, por sus entrenamientos, ten¨ªa la convicci¨®n de que pulverizar¨ªa su registro con cierta facilidad. Esto habr¨ªa significado introducir un escal¨®n pr¨¢cticamente insalvable para la generaci¨®n venidera. Phelps nada cada prueba no s¨®lo para ganar el oro. Piensa en dejar de participar en la media distancia, y quiere hacerlo del modo m¨¢s grandioso. En previsi¨®n de que su sucesor sea un tipo tan desaforado como ¨¦l mismo, procura echar un cerrojo. No lo consigui¨®. Al salir del agua, lo primero que hizo fue arrancarse las gafas de la cabeza y arrojarlas con rabia sobre el pavimento. Sus entrenadores aseguran que, con 10 a?os, tambi¨¦n la emprend¨ªa con las gafas. Ayer, estaba furioso a pesar de haber ganado un oro con la mejor marca de siempre. Hay cosas que la gloria no puede cambiar.
Phelps se desahog¨® ganando otro oro en los relevos, una hora m¨¢s tarde. Al subir al podio se ech¨® a llorar. "Pens¨¦ que ya ten¨ªa 11 medallas de oro", dijo; "record¨¦ que desde que era un ni?o hab¨ªa so?ado con participar en unos Juegos. Pens¨¦ que hab¨ªa pasado a ocupar un lugar junto a los atletas m¨¢s grandes de todos los tiempos. Fue un sentimiento grandioso. Inexplicable".
Alguien le pregunt¨® qu¨¦ significaba una medalla. Entonces intent¨® describir el sentido de su b¨²squeda. "Una medalla ol¨ªmpica", dijo; "es algo que siempre llevas contigo. Para siempre ser¨¢s un medallista. La Navidad y el cumplea?os son cosas que ocurren s¨®lo una vez al a?o. Pero una medalla es permanente. No envejece nunca".
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