Buena corrida de El Ventorrillo
El triunfo de los coletas fue facilitada por una buena corrida de El Ventorrillo. Esta vacada fue creada con origen Juan Pedro Domecq por Francisco Medina que, tras sus triunfos en Madrid, termin¨® por sucumbir a la irrechazable oferta que, en tiempos pasados de bonanza econ¨®mica, le realiz¨® Fidel San Rom¨¢n. En la actualidad la gesti¨®n la asume Juan Carlos Carre?o, uno de los tipos con mayor vivacidad e inteligencia natural del orbe taurino.
Amor a primera vista es lo que vivieron Ponce y Sufridor, toro de casi seis a?os lidiado en cuarto lugar, que personificaba las caracter¨ªsticas so?adas por el valenciano si pudiese aplicar la gen¨¦tica para la crianza del toro de lidia. Algunas de las virtudes que jalonaban al burel eran una nobleza infinita, buen son, prontitud y clase en la embestida, transmisi¨®n, repetici¨®n y, sobre todo, absoluta ausencia de peligro.
El Ventorrillo / Ponce, Barrera y Castella
Seis Toros de El Ventorrillo. De buen comportamiento en conjunto. Segundo, tercero y cuarto aplaudidos en el arrastre. Encastado y con transmisi¨®n el segundo. Con clase y profundidad el tercero. Bueno y noble el cuarto.
Enrique Ponce (de gris plomo y oro): media estocada y descabello (silencio); y estocada y cuatro descabellos (vuelta al ruedo tras aviso).
Antonio Barrera (de blanco y oro): pinchazo, estocada tendida y ca¨ªda y tres descabellos (saludos tras un aviso); y estocada (petici¨®n y vuelta al ruedo).
Sebasti¨¢n Castella (de azul marino y oro): estocada ca¨ªda de efecto fulminante (oreja); y pinchazo, estocada y descabello (aplausos tras aviso).
Plaza de toros de Illumbe. Dos tercios de entrada.
Ponce esculpi¨® una acad¨¦mica obra de arte plena de t¨¦cnica
Con este material, tan del gusto del orfebre, Ponce esculpi¨® una acad¨¦mica obra de arte plena de t¨¦cnica. Doblones genuflexos marca de la casa para iniciar la faena y, a partir de ah¨ª, en el centro el platillo, bail¨® con el animal siempre en la media distancia y en pieza despegada, que incluy¨® toreo humillado y profundo por ambos pitones, cambios de manos, molinetes, desplantes,...
En el debe, probablemente embriagado por la conjunci¨®n alcanzada, excedi¨® el metraje y, como le ha ocurrido en m¨²ltiples ocasiones, por la autoridad y suficiencia con la que se desenvuelve, no supo dar la importancia de lo que hab¨ªa ocurrido en el ruedo. Comoquiera que, tras cobrarse una estocada entera, vivi¨® su particular v¨ªa crucis con el descabello, no toc¨® pelo y se limit¨® a dar una clamorosa vuelta al ruedo. En el animal que abri¨® el festejo, que no era un dechado de fortaleza, el b¨¢rbaro primer puyazo acab¨® con la historia.
A Castella le toco pechar con un primer toro acarnerado y feo de l¨¢mina que qued¨® noble, manejable y le concedi¨® amplias posibilidades con la muleta. Tard¨® en acoplarse el franc¨¦s, que en los inicios pec¨® de premura imprimiendo una velocidad con la que la embestida parec¨ªa descompuesta. Cuando abord¨® la media distancia, cuaj¨® en el centro del platillo las mejores series tirando del toro. Muletazos profundos, ce?idos, dando importancia a lo que hac¨ªa. La estocada ca¨ªda tumb¨® a la res, lo que le vali¨® una merecida oreja.
Ante un segundo animal que cortaba por la derecha s¨®lo destac¨® en naturales intermitentes sin que su actuaci¨®n terminase de coger vuelo.
Antonio Barrera, torero muy vinculado a la casa Chopera y a sus ferias norte?as, demostr¨® su disposici¨®n. Su primer oponente, encastado, boyante y repetidor, ten¨ªa como principal virtud lo que en jerga taurina, se conoce por "transmit¨ªr", lo que dotaba de relevancia todo lo que se le hac¨ªa. El animal exig¨ªa que se le lidiase con autoridad, esto es, que se le sometiera y pudiera. Tambi¨¦n era conveniente ya que el toro sal¨ªa suelto, que se le tapase la salida al final de los muletazos. Faena desarrollada ¨ªntegramente por la derecha, ya que por la izquierda no pasaba, en la que destac¨® la primera tanda, la de m¨¢s empaque.
El animal ped¨ªa ser toreado en la media distancia y le perjudicaba el encimismo, lo que tard¨® en descubrir el sevillano. Pinchazo, tras lo que se cobra una media estocada que requiere de dos descabellos para tumbar al toro.
Mejor fue su actuaci¨®n en el quinto, manejable, pero sin clase y muy descompuesto en la embestida, con el principal defecto de que acud¨ªa andando a los enga?os. Barrera, desarroll¨® una labor porfiadora premiada por una ¨²ltima tanda de circulares en el tercio, aunque en ocasiones pec¨® de infringir demasiada velocidad a la lidia. A pesar de acertar con los aceros, el eco alcanzado en los tendidos no fue suficiente para que la autoridad concediese una oreja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.