La Iglesia cat¨®lica paga por los abusos en EE UU y hace penitencia
La di¨®cesis de Chicago asume 'el esp¨ªritu' de Ratzinger y compensa a 16 v¨ªctimas
La visita del papa Benedicto XVI a Estados Unidos el pasado mes de abril, en la que pidi¨® perd¨®n por los abusos sexuales a menores por parte de miembros del clero y expres¨® la "profunda verg¨¹enza" del Vaticano por este motivo, ha comenzado a tener efecto. Despu¨¦s de a?os de acusaciones y disputas, la archidi¨®cesis de Chicago ha decidido pagar 12 millones de d¨®lares (8 millones de euros) a 16 v¨ªctimas de abusos.
Los acuerdos extrajudiciales, habituales en estos casos, vienen ahora acompa?ados de un discurso p¨²blico de penitencia y arrepentimiento, marcado por ese esp¨ªritu de la visita del Papa. Desde hace 30 a?os, la Iglesia cat¨®lica en EE UU ha pagado m¨¢s de 2.000 millones de d¨®lares (1.350 millones de euros) para compensar las violaciones y abusos que han perpetrado m¨¢s de 4.000 curas.
Lo que fue una tendencia lentamente liderada por el cardenal de Chicago y presidente de la Conferencia Episcopal de EE UU, Francis George, es ahora la norma. "Espero que estos acuerdos ayuden a los supervivientes y a sus familias, para que la herida cure y puedan seguir adelante", dijo George el pasado martes. "De nuevo, pido perd¨®n a los supervivientes, a sus familias y a toda la comunidad cat¨®lica. Debemos seguir haciendo todo lo que est¨¦ en nuestro poder para asegurarnos de que los ni?os a los que cuidamos est¨¢n a salvo".
George trat¨® el tema de los abusos con Benedicto XVI desde una etapa muy temprana. Cuando Ratzinger todav¨ªa era prefecto para la Congregaci¨®n de la Doctrina y de la Fe, se reuni¨® con ¨¦l muchas veces para tratar el asunto y expresarle sus temores sobre la grave crisis de confianza a la que se enfrentaba la Iglesia. Horas despu¨¦s de ser elegido Papa, Benedicto XVI se reuni¨® con George para trazar una estrategia. Tres a?os m¨¢s tarde visitar¨ªa EE UU para escenificar una penitencia p¨²blica.
El propio cardenal ha vivido un cambio respecto a los casos de abusos. En sus primeros a?os como arzobispo de Chicago, a finales de los noventa, se le acus¨® de no tratar a los violadores con suficiente dureza. George lleg¨® a escribir a uno de los curas encarcelados por abusos, Norbert Maday, quej¨¢ndose "de lo desproporcionado de su condena". Lleg¨® a pedir que se le conmutara la pena y se le permitiera regresar al arzobispado. Sin embargo, en 2007, el discurso cambi¨®. George escribi¨® a las autoridades inform¨¢ndoles de que Maday "no ser¨ªa recibido en el sistema de nuevo". "Se le aparta del sacerdocio. Estoy ahora seguro de que este hombre abus¨® de muchos, muchos ni?os", dijo.
Durante cinco meses, entre 2005 y 2006, mantuvo en su puesto al reverendo Daniel McCormack, a quien se investigaba por haber abusado de varios ni?os en sus a?os de p¨¢rroco en la iglesia de Santa ?gata de Chicago. Se le apart¨® de sus funciones en 2006, cuando la polic¨ªa present¨® una acusaci¨®n formal. Ante 200 fieles, George admiti¨®: "Estamos contemplando una erosi¨®n de la Iglesia".
"Quemaz¨®n interna"
El martes, dos de las v¨ªctimas a las que se ha indemnizado mantuvieron una conferencia de prensa para agradecer a la archidi¨®cesis sus esfuerzos y pedir que el caso no caiga en el olvido. "Despu¨¦s de todos estos a?os sintiendo esta quemaz¨®n interna, despu¨¦s de los intentos de suicidio, ya s¨¦ que esto no fue culpa m¨ªa", dijo Bob Brancato, al que viol¨® en decenas de ocasiones el sacerdote James Steel, de la parroquia de San Jos¨¦ Obrero, en la localidad de Wheeling, Illinois. Brancato ten¨ªa 12 a?os cuando ocurrieron los abusos. "Por fin puedo tener una vida libre del miedo y la verg¨¹enza que rodea siempre a las v¨ªctimas de los abusos". En ese momento de comparecencia, este superviviente par¨® y reconsider¨® lo dicho: "Bueno, uno nunca supera algo como esto. Uno s¨®lo se acostumbra".
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