Una china en cuartos
Dice el gobierno chino que sus esfuerzos para garantizar la calidad del aire incluyeron bombardear las nubes con yoduro de plata para provocar lluvia y que ¨¦sta limpiara la atm¨®sfera. Si es verdad, ayer hubo exceso de bombardeos. El aguacero que azot¨® Pek¨ªn oblig¨® a suspender el inicio de la jornada en tres ocasiones. El par¨®n retras¨® los partidos de las 16.00 horas hasta las 19.40. Y as¨ª, por culpa de la lluvia y de las torres de luz, que todo lo iluminan, Nadal sali¨® a la pista a las 23:55, una hora despu¨¦s de que Vivi Ruano y Anabel Medina accedieran a cuartos. La afici¨®n se tom¨® la jornada con entusiasmo. Un grupo de chinos aguant¨® el aguacero en la grada. Abundaron los paraguas y los chubasqueros. Y los pisteros se afanaron en secar la pista a cada oportunidad de que se iniciara el juego. Todo al servicio de China.
Cuando Na Li, su in¨²til gorra y sus pendientes salieron a la pista, se desat¨® la locura. Los chinos no entienden de tenis, pero s¨ª de banderas. El partido de la china, que tuvo su retranca -pincharon You're my sunshine, el resplandor, cuando se acercaba la medianoche- dur¨® m¨¢s de dos horas. Acab¨® a las 23:45, con una china en cuartos. S¨®lo entonces, cuando ya era noche y a¨²n se ol¨ªa el aire cargado de la lluvia de verano, pudieron salir a la pista Nadal y Melzer. Fuera de la caseta se encontraron con el frescor de la noche, el serr¨ªn para las manos de Nadal y el arrullar de los grillos pequineses en una pista medio vac¨ªa. Un sue?o para Nadal, que acab¨® de jugar a la una de la madrugada. Para Melzer, una pesadilla.
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