?A los leones!

La tradicional corrida del 15 de agosto en Sevilla tiene mal arreglo. Ha ido perdiendo prestigio y no parece que pueda recuperarlo. La ciudad est¨¢ vac¨ªa; las figuras no aceptan el compromiso si no hay garant¨ªa de p¨²blico, y el festejo ha quedado reducido a una oportunidad para toreros modestos antes reses baratas.

Pero una cosa es una oportunidad y otra una encerrona, como la que ayer vivieron los tres diestros. Si no es f¨¢cil triunfar en esta plaza si no se est¨¢ tocado por la mano de Dios, mucho menos si en lugar de toros bravos te echan leones sin amaestrar que tiran bocados y buscan el bulto con malas artes.

Conocida es la fama de la ganader¨ªa del Conde: una de las de m¨¢s mala condici¨®n de Espa?a; toros mansos, correosos, broncos, duros, deslucidos y casi imposibles para el triunfo. Como conocido es el error may¨²sculo de la empresa sevillana en su extra?o inter¨¦s por repetir a este hierro. Conclusi¨®n: los toreros se jugaron la vida para nada.

Con dos toros muy deslucidos se encontr¨® Pauloba, torero fino y de mala fortuna, que se luci¨® a la ver¨®nica y se gust¨® en alg¨²n muletazo robado. Muy firme se mostr¨® Pineda en su lote, de la misma condici¨®n; traz¨® buenos derechazos a su primero y varios naturales en el quinto. Muy motivado se mostr¨® Gir¨®n, que dio una vuelta tras una labor bullidora y torera en su primero. Al cierre de la edici¨®n a¨²n no hab¨ªa salido el sexto. La nota tierna la protagoniz¨® el diestro Morante de la Puebla, que acudi¨® con su hijo, un beb¨¦ de un a?o.