"Soy un criminal limpio"

Uno de los tel¨¦fonos de Guennadi Petrov, el jefe mafioso detenido el pasado junio por la Guardia Civil, estaba intervenido. Una tarde de agosto de 2007 cometi¨® un peque?o desliz. Ante uno de sus colaboradores, Guennadi se confes¨® como un "criminal limpio". Rectific¨® inmediatamente: "Bueno, he querido decir: soy un hombre de negocios limpio".

Ser un "hombre de negocios" representa el estado m¨¢s elevado al que aspiran ciertos individuos relevantes de las conocidas como mafias rusas. Dos a?os de operaci¨®n Troika han permitido a la polic¨ªa espa?ola, al juez Baltasar Garz¨®n y a tres fiscales conocer las interioridades de las comunidades criminales rusas -cuyos jefes son llamados ladrones de la ley- y su forma de entender la actividad econ¨®mica.

En un registro apareci¨® una capa que perteneci¨® al cardenal Richelieu

La organizaci¨®n estudiaba invertir en una f¨¢brica de galletas en Espa?a

La mayor¨ªa tiene mucho dinero, poca cultura y gustos extravagantes

La comisi¨®n, el soborno y el chantaje son los mecanismos m¨¢s ¨²tiles para obtener beneficio econ¨®mico. La red econ¨®mica de esta mafia se extend¨ªa por numerosos pa¨ªses europeos (Rusia, Alemania, Holanda, Suecia, Suiza, Malta, Reino Unido, Grecia, adem¨¢s de Israel) y la informaci¨®n recopilada compromete a altos funcionarios de dichos pa¨ªses.

Realmente, Petrov se comportaba como un hombre de negocios. Durante 60 d¨ªas imparti¨® desde su tel¨¦fono ¨®rdenes precisas relacionadas con medio centenar de operaciones comerciales que se desarrollaban dentro y fuera de Rusia. Ninguna de ellas (petr¨®leo, importaci¨®n de cemento, compra de inmuebles, concesi¨®n de cr¨¦ditos y un largo etc¨¦tera) era limpia. Cuando la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n decidi¨® investigar la actividad de ciertos ciudadanos rusos afincados en Espa?a, puso el foco sobre una organizaci¨®n en concreto, la Tambovskaya, nacida en San Petersburgo en alguna fecha no documentada de los a?os 80. Destacados dirigentes de esta banda viv¨ªan en Espa?a, algunos porque cayeron en desgracia y otros porque encontraron un lugar c¨®modo desde donde dirigir sus negocios. Mijail Monastryski era de los primeros: su tiempo hab¨ªa pasado, se confes¨® a la polic¨ªa espa?ola y ahora est¨¢ muerto. Petrov es de los segundos.

?Qui¨¦n era el verdadero l¨ªder de esa red? Durante mucho tiempo los investigadores pensaron que era Vladimir Kumarin y que Petrov estaba en un segundo nivel, una especie de n¨²mero dos. Pero Kumarin fue detenido hace unos meses en Rusia y los negocios de Petrov no se vieron afectados. La investigaci¨®n en torno a Petrov ha permitido hacerse una idea de c¨®mo trabaja un hombre de negocios de la mafia rusa.

Petrov viaj¨® a Espa?a en 1996. Durante un tiempo residi¨® en la Costa del Sol para desplazarse a Palma de Mallorca en busca de mayor intimidad. Dispon¨ªa de pasaporte griego y negociaba de vez en cuando su permiso de residencia. La polic¨ªa le ha encontrado hasta 13 relaciones con empresas espa?olas, as¨ª como su condici¨®n de titular o autorizado en 89 cuentas bancarias. Pero ese aparato econ¨®mico no parec¨ªa tener otra utilidad que la de blanquear el dinero necesario para mantener un alt¨ªsimo nivel de vida en su desproporcionada mansi¨®n de Calvi¨¢. Sus viajes a Rusia eran frecuentes, a veces en avi¨®n privado. Su estancia all¨ª era m¨¢s azarosa: utilizaba veh¨ªculos blindados y sus escoltas hab¨ªan adquirido un malet¨ªn para detectar cualquier aparato de escucha all¨¢ donde tuviera que reunirse. Por las conversaciones se sab¨ªa que cada escolta le costaba 300 d¨®lares cuando ten¨ªan que trabajar para ¨¦l en horario nocturno.

Sus negocios importantes estaban en Rusia y en otros pa¨ªses europeos y abarcaban una multitud de actividades. Entre agosto de 2007 y octubre del mismo a?o, sus ¨®rdenes versaron sobre una variedad casi inagotable de operaciones: b¨²squeda de una soluci¨®n para sacar el dinero de unos iran¨ªes que estaba bloqueado en EE UU; compras de oro para abastecer sus 300 joyer¨ªas; inversiones inmobiliarias en la ciudad ol¨ªmpica de Sochi (Rusia); adquisici¨®n de un centro comercial, obligando a sus due?os a negociar bajo extorsi¨®n; gestiones para importar petr¨®leo; compra de terrenos para la futura carretera entre Mosc¨² y San Petersburgo; compra de inmuebles en Alemania; importaci¨®n de cemento para venderlo en pa¨ªses europeos a trav¨¦s de Holanda; concesi¨®n de pr¨¦stamos a particulares, solicitud de pr¨¦stamos a un banco para nuevos negocios... Y, naturalmente, gestiones para sobornar a polic¨ªas o para recuperar deudas impagadas.

Las conversaciones desvelaban la existencia de numerosos testaferros que figuraban como titulares de las empresas manejadas por Petrov y tambi¨¦n el grado de colaboraci¨®n con individuos relacionados con otras redes criminales. La mano de su organizaci¨®n o de otras pod¨ªa estar detr¨¢s de la financiaci¨®n de una pel¨ªcula o de la compra de caramelos y bombones para una cadena de tiendas. No hab¨ªa actividades tab¨² para un hombre como Petrov.

La investigaci¨®n revela tambi¨¦n el perfil de estos hombres de negocios: en su mayor¨ªa es gente poco cultivada que disfruta de un alto nivel de vida y se mueve en el mercado sin escr¨²pulos. Gente con mucho dinero, cierto poder y un gusto muy dudoso, caracter¨ªstica que suele dar lugar a curiosas an¨¦cdotas: entre los objetos que se encontraron en uno de los registros de una casa de la Costa del Sol figuraba una capa que perteneci¨® al cardenal Richelieu. ?Ten¨ªa alg¨²n valor cultural para su propietario o era una manifestaci¨®n de su ambici¨®n de poder? La polic¨ªa se la ha entregado a los expertos de la Junta de Andaluc¨ªa para que determinen su valor y su autenticidad.

M¨¢s importante fue el hallazgo de unos folios aparentemente inocentes sobre un escritorio. No parec¨ªan importantes y, sin embargo, se trataba de la estrategia a seguir para invertir en una f¨¢brica de galletas en Espa?a. ?Iba a ser ¨¦se un negocio limpio?