Alimentaci¨®n
Es un negocio en alza. A pesar de la crisis, cada vez son m¨¢s los ciudadanos que comen fuera de casa, y los restaurantes y establecimientos de comida r¨¢pida tienen un futuro halag¨¹e?o. Bien es verdad que no todos saben cogerle el punto a la clientela y presentar una oferta sugerente. Para llenar un local hay que entender bien los motivos que inducen a un ciudadano a no traer de casa la tartera, ahora llamada taper, o el cl¨¢sico bocata, y sentarse en la mesa de un establecimiento para que le den de comer. Buena parte de los trabajadores que se inclina por la oferta del sector restauraci¨®n lo hace porque le da corte sacar el condumio en medio de la oficina o piensa que com¨¦rselo en la calle tampoco le da mucho prestigio social. Aqu¨ª estamos a¨²n muy lejos de la desinhibici¨®n que caracteriza a los ejecutivos de Manhattan cuando pueblan los bancos de la calle a la hora del almuerzo. Un tipo con chaqueta y corbata parece que no queda bien sentado en la escalera del edificio despach¨¢ndose un bocadillo de tortilla. Otra motivaci¨®n importante responde a la necesidad de darle mayor trascendencia y comodidad a la pausa en la jornada laboral.
Un informe de Mercasa constata el auge del consumo de hortalizas, frutas y aceite de oliva
El acudir a un restaurante donde puedes sentarte confortablemente, elegir lo que m¨¢s te apetezca y que te lo sirvan como un se?or resulta tentador. El problema es el dinero. Comer todos los d¨ªas fuera con mesa y mantel sale por una pasta, y cada vez son m¨¢s las empresas que retribuyen a sus empleados con cheques-restaurante. Quienes no gozan de ese privilegio y quieren ir a mesa puesta han de buscar entre los establecimientos pr¨®ximos aquel que ofrece un men¨² ajustado a sus posibilidades. Actualmente, en Madrid el precio viene a oscilar entre los 8 y los 14 euros, hall¨¢ndose la diferencia m¨¢s en el continente que en el contenido. Es decir, el coste de la materia prima que manejan suele ser muy similar, difiriendo en la categor¨ªa del establecimiento, la presentaci¨®n o la calidad del servicio. En este sentido, est¨¢n pegando fuerte aquellos locales que empleando los productos m¨¢s baratos del mercado consiguen ofrecer una imagen de cocina vanguardista y saludable. Sus precios resultan enormemente competitivos y el margen de beneficio, bastante abultado. Un informe de alimentaci¨®n en Espa?a elaborado por Mercasa recoge algunos datos que alumbran un cambio de tendencia a favor de los productos caracter¨ªsticos de la dieta mediterr¨¢nea. El estudio, que se?ala un marcado incremento del gasto en alimentaci¨®n fuera del hogar, constata el auge del consumo de hortalizas, frutas y de aceite de oliva. El pescado sube tambi¨¦n, pero no mucho, y aunque la venta de carne se mantiene estancada, los carn¨ªvoros todav¨ªa doblan en consumo a los icti¨®fagos. Hay en ese informe otros datos interesantes que reflejan por qu¨¦ derroteros marchan nuestros h¨¢bitos alimenticios. Uno sorprendente es el espectacular incremento del consumo de miel fuera de casa. La miel es un alimento de prestigio por sus componentes naturales, que antes se utilizaba excepcionalmente y que ahora aparece incorporado a numerosos postres. Es igualmente significativo el inexorable aumento del consumo de aguas minerales. La venta de agua embotellada constituye uno de los negocios m¨¢s cristalinos y de mayor futuro en el mundo de la alimentaci¨®n. La prueba irrefutable es precisamente Madrid, plaza extremadamente dif¨ªcil para los embotelladores de agua por la notable calidad de la que nos proporciona el grifo. A pesar de esa circunstancia, las distintas marcas est¨¢n consiguiendo incrementar sus ventas publicitando los supuestos efectos saludables de los componentes minerales o las propiedades para adelgazar. El agua de Madrid es un lujo y, salvo prescripci¨®n m¨¦dica, resulta absurdo el que nos dobleguemos a los restaurantes que imponen la embotellada aprovechando ese temor end¨¦mico de los clientes a quedar como unos taca?os por pedir la econ¨®mica jarra del grifo.
Otro negocio en auge es el de los platos preparados, favorecido por la tendencia general a dedicarle poco tiempo a la cocina salvo los fines de semana. Su oferta es cada vez m¨¢s variada, aunque sigan pesando demasiado los productos basura. No es tanto cuesti¨®n de dinero como de cultura. El saber comer es un elemento esencial en la educaci¨®n que la industria de la alimentaci¨®n ha de favorecer en beneficio de todos y en el suyo propio. Hip¨®crates sigue vigente: "Somos lo que comemos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.