"La consulta de Ibarretxe no es un plan de paz, la presente como la presente"
Abogado brillante, ex europarlamentario, animador de las investigaciones sobre los GAL o sobre el asesinato de su mentor pol¨ªtico, Santiago Brouard, y miembro clave de Herri Batasuna hasta su expulsi¨®n en 1992, Txema Montero (Deusto, 1954) se ha convertido en uno de los mejores analistas pol¨ªticos del Pa¨ªs Vasco. Tiene olfato y bola de cristal, y desde hace a?os se muestra implacable con la violencia pol¨ªtica de ETA, pidiendo su disoluci¨®n y vaticinando que su fin llegar¨¢ el d¨ªa en que los terroristas se atrevan a matar a nacionalistas. Hoy prepara las maletas para pasar sus vacaciones en un peque?o apartamento de la localidad de Begur, en el Ampurd¨¢n catal¨¢n, adonde acude todos los a?os para desconectar de la "dura realidad vasca". All¨ª, en el palacio de los vientos, como lo describi¨® el poeta Joan Maragall, disfrutar¨¢ de su gente: "Es distinta a la de nuestro pa¨ªs. Hay como una contenci¨®n en ellos. La privacidad es importante, y no sientes la sensaci¨®n densa y agobiante, a veces casi pegajosa, que tenemos los vascos". La distancia le servir¨¢ de contrapeso a su habitual vida sedentaria. Como desde hace diez a?os, viajar¨¢ por toda la provincia, visitar¨¢ ese g¨®tico civil de la vieja Catalu?a, comprar¨¢ a diario su pescado donde Arnau, y se proteger¨¢ de la famosa tramontana -"que es el h¨¢ndicap m¨¢s parecido al sirimiri vasco de verano"-, eligiendo la cala adecuada, como la de Sa Tuna. Tambi¨¦n leer¨¢ mucho.
"Las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas se decidir¨¢n por la crisis econ¨®mica, no por la llamada cuesti¨®n nacional"
"Lo importante es que, por primera vez en la historia, unos territorios vascos tienen instituciones comunes"
"El fin de ETA se dar¨¢ cuando considere que ha llegado el momento de matar a nacionalistas"
Pregunta. ?Qu¨¦ lee en vacaciones?
Respuesta. Lo que no leo habitualmente el resto del a?o. Alguna novela, pero sobre todo leo por temas. Ahora, por ejemplo, llevo varios libros sobre la Mafia, la Camorra, como Cosa Nostra, de John Dickie, o Gomorra, de Roberto Saviano. Me interesa la relaci¨®n que existe entre la Mafia y la pol¨ªtica. Al final la Mafia no trata de acabar con el Estado, pero lo vampiriza hasta tal punto, que acaba con todo el sistema pol¨ªtico, y es lo que pas¨® en Italia, a trav¨¦s de la corrupci¨®n.
P. ?En sus vacaciones logra desconectar de la realidad vasca, en donde tambi¨¦n tenemos nuestra propia mafia?
R. Desconecto mucho. Lo que pasa es que la desconexi¨®n es v¨ªa de interlocuci¨®n. Los amigos catalanes aprovechan mi estancia all¨ª para darme un sablazo sobre la situaci¨®n de Euskadi, que sigue, por lo menos en Catalu?a, teniendo amplio calado.
P. ?Y c¨®mo la explica?
R. Me he ganado una cierta fama de pronosticador, hasta el punto que hay un periodista guipuzcoano que tiene una p¨¢gina blog con una secci¨®n que se llama Monteroren cristal bola (la bola de cristal de Montero). Y esto ocurre porque, como dicen los alemanes, tengo "la libertad del buf¨®n". Puedo decir lo que me parece porque s¨®lo me compromete a m¨ª mismo. Soy audaz, y suelo decir cosas que otros piensan, pero no se atreven a expresar. En ese sentido, en el mes de febrero me invitaron a Gernika a una charla y est¨¢bamos a un mes de las elecciones. La gente me pregunt¨® con mucha insistencia qu¨¦ iba a pasar con la consulta y dije: "No s¨¦ si va a haber consulta, pero suceda lo que suceda, no va a haber un antes y un despu¨¦s alrededor de esa fecha. Sin embargo, lo que s¨ª creo, por lo que est¨¢ pasando, es que la situaci¨®n econ¨®mica va a cambiar el tablero".
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Sostengo que las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas van a estar muy marcadas por la percepci¨®n que nuestros ciudadanos tengan de qui¨¦n pueda conducir mejor la crisis econ¨®mica, y no por el ser o no ser, por la identidad o la llamada cuesti¨®n nacional.
P. ?Que llegar¨¢ a colocarse en una cuesti¨®n menor?
R. S¨ª, menor. ?ste es un poco el s¨ªntoma de preferencias o de jerarqu¨ªa de intereses en nuestro pa¨ªs. Lo cual nos lleva a una discusi¨®n de mucho m¨¢s calado. La alternancia desde el punto de vista de los vascos tiene una doble clave. Desde el mundo nacionalista se afirma que los resultados de los ¨²ltimos comicios son at¨ªpicos, por ser generales, pero se olvidan de que es una l¨ªnea constante desde todas las ¨²ltimas elecciones, tanto generales como auton¨®micas o municipales, donde se ha producido un decrecimiento del voto nacionalista y un crecimiento del no nacionalista. Hay una corriente, y esto no es una cosa puramente coyuntural. Ante esto, lo importante, y nuestros ciudadanos est¨¢n d¨¢ndole vueltas, es si el partido socialista puede ganar por s¨ª mismo las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. O si, en situaci¨®n de crisis econ¨®mica, puede ganarlas a pesar del Gobierno en Madrid. Y ¨¦sta es la clave. Quien se gane la confianza de que puede llevar el tim¨®n en estas aguas turbulentas de crisis va a tener muchas m¨¢s posibilidades. ?se va a ser el gran debate, tambi¨¦n en Euskadi.
P. Sin embargo, y desgraciadamente, perdura otro debate, que es el de la violencia. Hace meses era usted muy esc¨¦ptico respecto a la tregua, y anunci¨® mucho antes que nadie su fracaso. A?o y medio despu¨¦s seguimos con atentados, muertos, chantajeados y amenazados. De nuevo nos encontramos en situaci¨®n cr¨ªtica. Como lo defini¨® usted, seguimos siendo un pa¨ªs "desgraciado".
R. Lo que pasa es que si aproximamos la lupa, el resultado es mejor que en otros tiempos. Es decir, las cosas est¨¢n mal, pero van bien.
P. S¨ª, pero ?por qu¨¦ es un pa¨ªs desgraciado?
R. Es un pa¨ªs desgraciado porque existe un n¨²mero de personas que piensan que matar por unos objetivos pol¨ªticos es leg¨ªtimo, y eso genera una desestabilizaci¨®n en el resto de la sociedad. ?sta es la quintaesencia de nuestra desgracia. "Mire, no tengo nada personal contra usted, pero le liquido porque es un oponente pol¨ªtico m¨ªo". Claro, esto nos lleva a la excepci¨®n monumental dentro de nuestro entorno social, pol¨ªtico y econ¨®mico, que es la Uni¨®n Europea. Es desgraciado tambi¨¦n, porque no hemos sido capaces los dem¨¢s de reducir todo esto a un fen¨®meno puramente de anomal¨ªa social o a un fen¨®meno de tratamiento policial y judicial. Yo me echo un tanto de culpa, pero creo que debemos repartirla cuando no hemos sido capaces los dem¨¢s de solucionarlo.
P. No es qu¨¦ hemos hecho, sino que todos lo hemos hecho mal.
R. S¨ª, y la prueba es que el mal persiste entre nosotros. Es demasiado gen¨¦rico. Pasa que, por un lado, igual no hemos aportado una democracia interesante para algunos ciudadanos, y en otros casos no hemos sido capaces de romper nuestros v¨ªnculos, en todos los sentidos, con esta gente. Contemporizamos, en muchas ocasiones, por un criterio de prudencia -otros dir¨¢n de sensatez-, y otros simplemente por cobard¨ªa. Sin embargo, yo no estoy por la hostilidad abierta, porque creo que nos lleva a que todos los ciudadanos actuemos a todas horas como polic¨ªas o como jueces. Eso supondr¨ªa una cierta quiebra del Estado.
P. Pero esa hostilidad puede manifestarse de forma l¨®gica en casos como el de De Juana Chaos. ?Cu¨¢l es su percepci¨®n al ver salir de la c¨¢rcel a este individuo que ha matado a 25 personas?
R. El diccionario de la Real Academia no contempla el t¨¦rmino n¨¦mesis, que se interpreta como justicia retributiva, del ojo por ojo. Vamos a ver, el principio de legalidad hay que mantenerlo, y hay que creer en ¨¦l; si no, somos ellos. No tengo la menor duda. Estos d¨ªas he o¨ªdo cosas tremendas, y esto me inquieta bastante. Yo la pregunta que le har¨ªa a De Juana es: "Oye, cuando entraste en prisi¨®n, ?en alg¨²n momento imaginaste que 21 a?os despu¨¦s ibas a salir con este rechazo abierto de gran parte de la sociedad, de una indiferencia g¨¦lida de otra parte, y con tus propios compa?eros haciendo como que hacen, pero d¨¢ndote un tratamiento de contrabandista? ??sta es la salida que pensabas?". Cuando conoc¨ª a De Juana, en la c¨¢rcel, en el a?o 1987, reci¨¦n ingresado, la primera impresi¨®n que saqu¨¦ es que era una persona con un alto concepto de s¨ª mismo, que en la mayor¨ªa de los casos supone un p¨¦simo concepto de los dem¨¢s. Existe una cosa que a todos los ciudadanos reclamo, que es la paciencia democr¨¢tica. Significa que el cumplimiento del principio de legalidad por todos nos lleva, a veces, a mordernos el labio frente a una situaci¨®n. El elemento m¨¢s enervante del caso De Juana no es que haya salido de la c¨¢rcel despu¨¦s de matar a 25 personas; el asunto es que es un penado truculento que celebr¨® con champ¨¢n el asesinato de algunos ediles. Cuando yo a¨²n estaba en HB, les sol¨ªa decir que hay muchas causas justas que mal defendidas y con malos modos llevan a situaciones l¨ªmite y a tu propia destrucci¨®n. Y les pon¨ªa el ejemplo de los macheteros puertorrique?os que sal¨ªan de la c¨¢rcel peinando muchas canas, encorvados, abuelos sesentones, despu¨¦s de haber estado cuarenta a?os en prisi¨®n.
P. Hablando de c¨¢rceles, no hace mucho avanzaba la posibilidad de un debate interno entre los presos etarras. ?Se est¨¢ dando?
R. Creo que se va a dar, al abrirse un debate entre los pol¨ªticos abertzales, como la direcci¨®n de HB encarcelada, y los reclusos de ETA. Hay dos polos de debate, y tambi¨¦n de tensi¨®n.
P. La otra gran pol¨¦mica servida es la de la consulta de Ibarretxe, que quiere definirse como plan de paz.
R. Lo presente como lo presente, no es un plan de paz, porque los contendientes no est¨¢n dentro de ese plan: ni ETA, ni el Gobierno. En Euskadi, la pol¨ªtica sigue siendo una pasi¨®n, y una pasi¨®n muchas veces patol¨®gica. Me gustar¨ªa que tuvi¨¦semos la suficiente serenidad y el desapasionamiento para que la pol¨ªtica vasca pierda el elemento crimin¨®geno, para que podemos discutir de ello con toda tranquilidad.
P. ?Para avanzar en el llamado conflicto vasco no ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil abordar una reforma estatutaria en serio, con un planteamiento de consenso como los catalanes?
R. Si no hay consenso, no hay posibilidad para nada.
P. ?No es m¨¢s f¨¢cil conseguir ese consenso m¨¢s amplio v¨ªa reforma estatutaria que por v¨ªa consulta Ibarretxe, que parte el pa¨ªs en dos?
R. El Estatuto tiene para los nacionalistas el grave defecto de lo ya conocido, pero lo m¨¢s importante es que, por primera vez en la historia vasca, unos territorios vascos tienen instituciones comunes. Hay que romper esas reservas mentales, y la salida es una reforma del Estatuto, dotando a nuestro pa¨ªs de una estructura pol¨ªtica y jur¨ªdica suficiente para que no estemos los vascos todos los d¨ªas pregunt¨¢ndonos al levantarnos de la cama: ?y usted qu¨¦ va a ser, o qu¨¦ quiere ser? Pasar del nacionalismo vasco a lo nacional vasco, que lleve al necesario acuerdo con los no nacionalistas, deber¨ªa ser nuestro mayor objetivo. ?ste es el gran debate para los pr¨®ximos a?os.
P. ?Pero qui¨¦n lo va a hacer?, ?Qui¨¦n puede ofrecer seriamente ese debate mientras sigamos con la pol¨ªtica de confrontaci¨®n y se mire al adversario pol¨ªtico como enemigo?
R. Nosotros, no. Los que tenemos m¨¢s de 35 a?os, no. Estamos con la mochila demasiado cargada, con todo lo que ha sido ETA y sus consecuencias. Con todo lo que ha sido esta enorme bronca que nos inhabilita. Nos conocemos demasiado. Si llega una nueva generaci¨®n menos contaminada, que no est¨¦ atada en la suspicacia, incluso en el rencor, que pueda hablar con toda tranquilidad con Madrid o Par¨ªs, se habr¨¢ dado un nuevo empuje.
P. ?Y cree que esto podr¨¢ provocar el fin de ETA, organizaci¨®n que entra en su tercera generaci¨®n y que va a cumplir sus 50 a?os?
R. Dentro de poco vamos a tener nietos de fundadores de ETA en la llamada lucha armada. Siempre he pensado que el ataque a la fortaleza de ETA, el asalto brutal, no da resultado. Tiene que ser el asedio, ir cogiendo el territorio m¨¢s pr¨®ximo, acerc¨¢ndolo a las posiciones m¨¢s democr¨¢ticas. Ir deslegitim¨¢ndola en todos esos sectores, aunque el elemento sin duda acelerante de este proceso, y no tengo la menor duda, sea la intervenci¨®n policial y judicial. Es el camino pr¨¢ctico. ?Cu¨¢ndo vamos a saber que estamos ante el fin del fin de ETA, no al principio del fin, como estamos ahora? Esto se dar¨¢ cuando ETA considere que ha llegado el momento de matar a nacionalistas directamente, y eso para m¨ª va a ser su fin.
P. Entonces no es lo mismo que dec¨ªa Jos¨¦ Ram¨®n Recalde al afirmar que "ETA est¨¢ derrotada, pero no lo ha asumido".
R. Ellos no se creen derrotados porque consideran que tienen una adhesi¨®n suficiente en su propia base social, y porque de vez en cuando pueden cometer un atentado, aunque se den cuenta de que ya no llevan la iniciativa. Antes daba la impresi¨®n de que la tregua se la cre¨ªa el Estado mientras ETA segu¨ªa actuando. Cuando ¨¦sta se romp¨ªa, ETA arrancaba como caballo alaz¨¢n ¨¢rabe. Pero resulta que la ¨²ltima vez quien arranc¨® como caballo fue la polic¨ªa, que no hab¨ªa desaprovechado el tiempo y empez¨® a dar le?a. Hay signos de que efectivamente las cosas est¨¢n mal todav¨ªa, porque ETA mata, pero van bien en el sentido que dec¨ªa antes.
P. So?emos un poco en este desgraciado pa¨ªs. ?Con que le gustar¨ªa encontrarse a su vuelta de vacaciones?
R. Con que los vascos han aprendido a discernir lo importante de lo urgente.
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