Benicio del Toro, actor revolucionario
"Para ser revolucionario hay que estar un poco loco". La frase es de la pel¨ªcula El Argentino. Su director, Steven Soderbergh, a?ade algo m¨¢s: "Y para abordar un proyecto cinematogr¨¢fico como ¨¦ste, tambi¨¦n hay que estar un poco loco". Han sido, en efecto, siete a?os de locura. De escritura del gui¨®n, de lectura, de investigaci¨®n y de estudio de monta?as de documentos y libros sobre la figura del Che Guevara. Tambi¨¦n de fichas desclasificadas de la CIA en torno a la muerte del revolucionario. Y de b¨²squeda de financiaci¨®n. Un proyecto descomunal. Dos pel¨ªculas, El Argentino y Guerrilla, que han sido, admite el director, las m¨¢s dif¨ªciles y comprometedoras de su carrera. ?Sin ninguna duda?. Un proyecto de dos personas que se conocen bien: Steven Soderbergh y Benicio del Toro. Juntos saborearon el ¨¦xito con Traffic, un poderoso retrato del mundo de las drogas y la polic¨ªa. Un t¨ªtulo que en 2001 le vali¨® a Soderbergh el Oscar al mejor director, y a Del Toro, el de mejor actor secundario. Juntos se han embarcado con pasi¨®n y absoluta decisi¨®n en esta aventura de buscar, cuarenta a?os despu¨¦s de la muerte del Che, la verdad de ese s¨ªmbolo revolucionario.
Benicio es el Che. El aut¨¦ntico revolucionario, la imagen de la pel¨ªcula, el foco de todas las miradas.
"Dispara, dispara "reta despreocupado al fot¨®grafo en Madrid.
Benicio ha llegado de Londres la noche anterior. All¨ª termin¨® el rodaje de El hombre lobo, y apenas ha dormido cuatro horas. Es lo de menos. Su mirada enigm¨¢tica y profunda, su altura de jugador de baloncesto (casi dos metros) y, ante todo, su tono relajado convierten este encuentro con una estrella en un momento agradable y lleno de normalidad. Ning¨²n capricho, ninguna pega. Que se tumbe en la cama para la foto. Se tumba. Que se vaya al cuarto de ba?o para que su imagen se refleje en el espejo. All¨¢ va. Que sonr¨ªa, que mire de frente, que ponga la mano aqu¨ª o all¨¢. Se comporta como un aut¨¦ntico profesional, haciendo creer adem¨¢s que est¨¢ a gusto. Un bombazo.
El gran parecido f¨ªsico entre el actor y el personaje es uno de los impactos de la pel¨ªcula. "Creo que Benicio estar¨¢ de acuerdo con lo que voy a decir", apunt¨® el director. "Con su papel del Che, es de las pocas veces en las que interpreta a un personaje que es todav¨ªa m¨¢s guapo que ¨¦l. El Che parec¨ªa m¨¢s estrella de cine que Benicio". Del Toro no entra en el debate de la belleza. Con un acento cubano m¨¢s que marcado, este actor nacido hace 39 a?os en Puerto Rico piensa mucho las respuestas. Su hablar resulta pausado y reflexivo.
?Le ayud¨® a la hora de interpretar al personaje su gran parecido f¨ªsico con ¨¦l?
"Creo que ayud¨®, en parte, para que el director y la productora estuvieran un poco menos preocupados. De una manera est¨¦tica, digamos. Cuando estaba empezando a preparar el personaje tuvimos un almuerzo al que asisti¨® la esposa del Che. Yo ya estaba con mis dudas, empezando a prepararme para hacer este personaje, este icono. Me acuerdo de que ella estaba hablando y, sin dirigirse a m¨ª directamente, dijo que lo importante no era que el actor se pareciera f¨ªsicamente al Che o que lo imitara, sino que entendiera las escenas, el porqu¨¦ del personaje. Ah¨ª fue donde me liber¨¦ de ese miedo que me atenazaba. En las pel¨ªculas hay una interpretaci¨®n de Benicio del Toro del Che Guevara. Puede ser mejor o peor que otras, pero ah¨ª est¨¢. Tuve que hacer las cosas como yo las entiendo o como yo las har¨ªa. De otra manera te conviertes en un robot. ?ste es uno de los aspectos b¨¢sicos de la actuaci¨®n: sacar de dentro lo que t¨² conoces, la vida que t¨² haces. Todos tenemos una pintura por vida y a partir de ah¨ª armas los personajes como actor.
'El Argentino', el primero de los dos filmes sobre el Che, se estrena en Espa?a el 5 de septiembre. Tras su paso por el Festival de Cine de Cannes, donde recibi¨® una gran acogida por parte de la cr¨ªtica, adem¨¢s del premio al mejor actor para Benicio del Toro, Espa?a es el primer pa¨ªs en el que se podr¨¢ ver la pel¨ªcula, que recorre la historia del Che desde su encuentro con Fidel Castro en M¨¦xico hasta el triunfo de la revoluci¨®n y los a?os posteriores. ?sos en los que el Che, como flamante ministro de Industria de Cuba, pronunci¨® su famoso y encendido discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, en 1964: "Nuestros ojos libres se abren hoy a nuevos horizontes y son capaces de ver lo que ayer nuestra condici¨®n de esclavos coloniales nos imped¨ªa observar: que la civilizaci¨®n occidental esconde bajo su vistosa fachada un cuadro de hienas y chacales".
La segunda parte, Guerrilla, que no tiene a¨²n fecha de estreno en Espa?a, arranca en 1965, con la renuncia de Guevara a sus cargos pol¨ªticos en Cuba, y luego reconstruye la fallida experiencia revolucionaria en Bolivia, que termin¨® con su captura y muerte el 9 de octubre de 1967 en La Higuera.
La implicaci¨®n de Del Toro en los proyectos del Che ha sido tal que no dud¨® en meterse en la producci¨®n. Acomete esta tarea por primera vez en su carrera. Y ha aprendido algunas cosas: "Que los cambios en el libreto te llegan m¨¢s r¨¢pido que cuando no eres productor. Y que puedes proponer algunas ideas o tomar decisiones que no son posibles si eres s¨®lo actor". Pero tambi¨¦n ha conocido de cerca las dificultades de un proyecto de esta envergadura. ?Lo m¨¢s complicado han sido los n¨²meros?, reconoce. "Pero en cuanto comenzamos a rodar, apart¨¦ de m¨ª todos los problemas relacionados con la producci¨®n y me dediqu¨¦ exclusivamente a la interpretaci¨®n".
Cuando oye la palabra Beno se detiene y se da la vuelta: "?se me conoce de ni?o". As¨ª le llamaban a Benicio en Santurce (Puerto Rico), de donde sali¨® con nueve a?os tras la muerte de su madre. Fue entonces cuando con su padre y su hermano se instal¨® en Pensilvania (Estados Unidos). Comenz¨® su carrera art¨ªstica en la Universidad de San Diego, donde se apunt¨® a unas clases de teatro. Pero el punto de inflexi¨®n fue el paso por la legendaria escuela neoyorquina de arte dram¨¢tico de Stella Adler.
Comenz¨® con papeles peque?os, la mayor¨ªa personajes latinos y malos, para convertirse luego en uno de los int¨¦rpretes fundamentales del cine independiente. Ah¨ª quedaron Fearless, dirigida por Peter Weir, Sospechosos habituales (Bryan Singer), Basquiat (Julian Schnabel), El funeral (Abel Ferrara), Snatch: cerdos y diamantes (Guy Ritchie), El juramento (Sean Penn) o Miedo y asco en Las Vegas (Terry Gilliam). Tambi¨¦n encontr¨® hueco en 1993 para apostar por una pel¨ªcula espa?ola: Huevos de oro, de Bigas Luna. Pero fue Traffic, con su interpretaci¨®n de un honesto polic¨ªa que sobrevive en medio de la opulencia de los narcotraficantes con un sueldo de 300 d¨®lares, la que le subi¨® definitivamente al cielo de las estrellas. Y all¨ª permanece despu¨¦s de otros ¨¦xitos como 21 gramos, de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, donde construy¨® junto a Sean Penn un violento poema tr¨¢gico. "Creo que he hecho buenos trabajos", admite. "Pero principalmente pienso que el tren lleg¨® cuando yo estaba all¨ª, esperando con mi maleta. Tuve suerte y me sub¨ª".
Steven Soderbergh conoce bien a Benicio. Sabe de su fuerza interpretativa y de su arrolladora presencia. Pero si tuviera que elegir algo, ser¨ªa su expresividad corporal. "Es un actor muy f¨ªsico", explica. "?l quiere que todo parezca aut¨¦ntico, tiene animadversi¨®n a todo lo que huela a falso. Es un int¨¦rprete muy comprometido. Disfruta con la dificultad". Es ¨¦sta la raz¨®n por la que el realizador ha utilizado tantos planos generales en la pel¨ªcula. S¨®lo en las escenas rodadas en la sede de la ONU en Nueva York se ven algunos primeros planos de Del Toro. Los planos de la selva en El Argentino y los realizados en Bolivia, marco en el que se desarrolla Guerrilla, son todos generales, en los que se ve al actor en todo su esplendor corporal. C¨®mo se mueve, c¨®mo lucha, c¨®mo se relaciona con sus compa?eros acampados en Sierra Maestra.
?A qu¨¦ dificultades se ha enfrentado para interpretar a un s¨ªmbolo conocido en el mundo entero que adem¨¢s es real?
"Sab¨ªa que era un trabajo muy arriesgado, que el precipicio era muy profundo. No s¨®lo es la historia de una persona, sino la de un pa¨ªs, la de un continente. He sentido un gran peso por realizar una interpretaci¨®n que sea consecuente, que est¨¦ basada en la verdad. Cuando uno interpreta a un personaje real, la disciplina es m¨¢s r¨ªgida a la hora de tomar decisiones. Se debe ir mucho m¨¢s preparado. Se tiene que investigar m¨¢s, tienes que leer todo lo que llegue a tus manos, porque no te lo puedes inventar. Yo trat¨¦ de no inventarme nada, aunque a veces no tuve m¨¢s remedio que hacerlo. Cuando haces un personaje que no est¨¢ basado en la realidad puedes improvisar. Con el Che no es posible. Mi trabajo ha sido muy documentado".
?Y c¨®mo fue esa labor de documentaci¨®n?
"He visto muchas im¨¢genes, pero lo m¨¢s importante fue leer lo que ¨¦l escribi¨®. Me document¨¦ mucho en el centro de estudios sobre el Che que hay en Cuba. Fue lo que m¨¢s me ayud¨® y, a partir de ah¨ª, salir a hablar con la gente que le conoci¨®".
Despu¨¦s de tanto estudio e investigaci¨®n, ?qu¨¦ ha sido lo que m¨¢s le ha impactado del Che?
"El esfuerzo, la energ¨ªa con la que actu¨®. Como ser humano ten¨ªa una fuerza, una determinaci¨®n tan poderosa y tan viva? No s¨®lo cre¨ªa en sus ideas y las defend¨ªa, sino que actuaba en consecuencia. Era una persona que hac¨ªa lo que cre¨ªa. Era tremendamente consecuente".
Decidido, rom¨¢ntico, valiente. "Ten¨ªas que amarle gratis", dec¨ªa un m¨¦dico que trabaj¨® con el Che durante largo tiempo. ?Era la voluntad pura?, ha recordado en m¨¢s de una ocasi¨®n Fidel Castro. ?Era un hombre muy pesado?, asegura el realizador Steven Soderbergh. "Ten¨ªa una determinaci¨®n muy poderosa, muy viva. Detr¨¢s de ese duro revolucionario hab¨ªa un ser humano?, a?ade el actor Benicio del Toro. Hay opiniones para todos los gustos, pero en lo que todos coinciden es en la fuerza y el compromiso total, consciente, de este m¨¦dico argentino, enfermo de asma, de actuar sobre aquello en lo que realmente cre¨ªa. "Hay muchas personas que pueden compartir sus ideas, pero bien pocas dispuestas a arriesgar su vida por ellas?, cuenta el realizador. "Es un h¨¦roe irrepetible. Jam¨¢s volveremos a ver otra revoluci¨®n comparable a la revoluci¨®n cubana".
La fecha del 13 de julio de 1955 no es una referencia hist¨®rica conocida, pero deber¨ªa serlo. Ese d¨ªa, en un modesto apartamento de la ciudad de M¨¦xico, se conocieron Ernesto Guevara, m¨¦dico argentino, y Fidel Castro, un abogado que se encontraba exiliado en el pa¨ªs centroamericano. Ese d¨ªa, en presencia de otros j¨®venes cubanos, bien trajeados con pantalones oscuros y camisas blancas, algunos con gafas de concha negras, naci¨® la revoluci¨®n cubana. Desde ese d¨ªa, Ernesto Guevara fue apodado Che, una conocida expresi¨®n argentina.
Diecis¨¦is meses despu¨¦s de ese d¨ªa, en una noche fr¨ªa y tormentosa, ochenta rebeldes, a bordo del Granma, un barco de dos motores, surcaron de noche el r¨ªo Tuxpan, en el Estado de Veracruz, para salir a mar abierto en direcci¨®n a Cuba, a la playa de Las Coloradas. S¨®lo sobrevivieron 12. Fidel Castro y el Che, entre ellos. Fue el n¨²cleo que se atrincher¨® en Sierra Maestra y que comenz¨® la guerra de guerrillas en contra de la dictadura cubana del general Fulgencio Batista.
Fueron poco m¨¢s de dos a?os de combates, muertes y victorias. El d¨ªa de A?o Nuevo de 1959, las tropas rebeldes celebraron la victoria revolucionaria en Santa Clara, derrocando al dictador. El Che pas¨® de dedicarse a la medicina a convertirse en comandante del ej¨¦rcito rebelde y, finalmente, en h¨¦roe revolucionario.
?Su intenci¨®n a la hora de embarcarse en esta pel¨ªcula era descubrir algo nuevo del personaje?
"Quer¨ªamos saber qui¨¦n era este hombre, lo que hizo, su historia. Creo que el mito no se lo hizo ¨¦l mismo, sino la gente del pueblo de Cuba, a la que ¨¦l ayud¨® incansable. A mucha gente olvidada por la miseria y la pobreza, ¨¦l les tendi¨® una mano. El revolucionario hace la revoluci¨®n, pero tambi¨¦n la revoluci¨®n crea al revolucionario. Sin la gente, ¨¦l nunca habr¨ªa sido el Che".
?Qu¨¦ lado oscuro le ha encontrado?
"Es dif¨ªcil juzgarlo. No puedo yo sentarme aqu¨ª en Madrid y juzgar a una persona que de verdad se sacrific¨® por la gente y sus ideales. No puedo criticarlo. Quiz¨¢ podr¨ªa en una barra de bar con dos whiskys, pero no en una entrevista. De todas maneras s¨ª podr¨ªa decir, porque ya lo han dicho otros antes que yo, que era una persona que actuaba con demasiada precipitaci¨®n. Pod¨ªa haber tenido algo m¨¢s de paciencia a veces. A lo mejor estar¨ªa vivo ahora si hubiera tenido m¨¢s paciencia".
?Era, entonces, poco reflexivo?
"No. Era reflexivo, pero precipitado. Hay que ver tambi¨¦n al Che como un producto de los a?os sesenta, en los que el mundo iba muy r¨¢pido. Y ah¨ª estaba ¨¦l. El mundo cambi¨® gracias a lo que hicieron todos esos personajes en los a?os sesenta".
?Cree que el Che estar¨ªa hoy de acuerdo con el r¨¦gimen de Fidel Castro y Ra¨²l?
"Eso es una conversaci¨®n distinta. Creo que no se puede hablar s¨®lo de la dictadura de Fidel Castro sin a?adir el embargo al que tiene sometido Estados Unidos al pueblo cubano. Es una peque?a isla ahogada sin motivo, nunca invadi¨® Estados Unidos, nunca ha realizado actos de terrorismo, nunca ha declarado la guerra al Gobierno norteamericano. El Che tendr¨ªa su propia opini¨®n, y yo no soy la persona adecuada para decir lo que pensar¨ªa".
El Che era un hombre enfermo. El asma que padec¨ªa desde joven le marc¨® toda su vida. Las escenas de los ataques de asma en el filme son de verdad impactantes. Benicio del Toro estaba preocupado a la hora de abordar este aspecto tan significativo. La producci¨®n contrat¨® incluso a un m¨¦dico especialista en asma y el actor lo trabaj¨® mucho, ya que el sonido del asma es muy dif¨ªcil de recrear cuando uno no tiene un verdadero ataque. Del Toro est¨¢ convencido de que esta enfermedad explica mucho de la manera de ser del Che. "Desde chico le prohibieron hacer muchas cosas a causa del asma. Prohibir algo a alguien en edad adolescente es como incitarle a hacerlo. Desde siempre se mostr¨® como una persona obsesionada por saltarse todos los obst¨¢culos que le pon¨ªan", explica Del Toro.
Durante los duros entrenamientos a los que se sometieron los rebeldes en M¨¦xico, antes de aventurarse al mar en direcci¨®n a Cuba, una de las pruebas era la de subir cada semana al volc¨¢n Popocatepetl. El Che sab¨ªa que nunca podr¨ªa llegar a la cima, que su asma se lo impedir¨ªa, pero nunca dej¨® de intentarlo. Emprend¨ªa todas las semanas la subida junto a sus compa?eros. ?Nunca lleg¨® arriba, pero nunca dej¨® de intentarlo?, dice con tono de admiraci¨®n el actor. ?A lo mejor me mueve eso hacia el Che, hacia la gente que sigue y sigue aunque no llegue?.
El Argentino tiene claramente diferenciadas dos partes. La luminosa y colorida de la selva y la urbana, dura, en blanco y negro, de Nueva York, cuando el Che pronuncia su discurso ante la ONU y se somete a una entrevista con una periodista norteamericana en una cadena de televisi¨®n. El color brillante de la selva frente al asfalto de la ciudad. La intenci¨®n de Soderbergh fue siempre la de filmar lo m¨¢ximo posible utilizando s¨®lo luz natural. Gran parte de la acci¨®n de ambas pel¨ªculas tiene lugar en exteriores. Se utiliz¨® iluminaci¨®n artificial en muy pocas ocasiones.
El director ha introducido un elemento nuevo en el rodaje: la utilizaci¨®n de la llamada c¨¢mara RED, un aparato de cine digital de alto rendimiento con la calidad de un rollo de 35 mil¨ªmetros y la comodidad de una c¨¢mara digital. ?Filmar con RED es como escuchar a los Beatles por primera vez?, asegura el realizador. "Alg¨²n d¨ªa espero descubrir c¨®mo consiguen exactamente que algo tan avanzado tecnol¨®gicamente tenga un aspecto tan armonizado con el fen¨®meno m¨¢s natural, la luz".
Un elemento tecnol¨®gico que facilit¨® un rodaje que, insiste Soderbergh, estuvo lleno de dificultades. "Cada paso y cada proceso ha sido dificil¨ªsimo", reconoce. "Desde la propia escritura de los guiones. Ten¨ªamos tant¨ªsimo material, que era muy complicado condensarlo y hacer un gui¨®n. Tardamos muchos a?os en intentar meter todo ese material en una sola pel¨ªcula, hasta que, habiendo fracasado en el intento, llegamos a la conclusi¨®n de que hac¨ªa falta hacer dos pel¨ªculas. ?sa fue tambi¨¦n una decisi¨®n cargada de pol¨¦mica dentro de la producci¨®n, porque ya se hab¨ªan hecho acuerdos de distribuci¨®n con empresas de todo el mundo para una sola pel¨ªcula. La financiaci¨®n tambi¨¦n fue un problema tremendo. Yo he hecho pel¨ªculas muy caras y tambi¨¦n de bajo presupuesto, pero jam¨¢s he tenido tanta presi¨®n a nivel financiero como con esta pel¨ªcula. Siempre parec¨ªa que faltaba dinero", confiesa Soderbergh, nacido en Atlanta (Estados Unidos) en 1963 y autor de t¨ªtulos poderosos, tanto a nivel comercial como independiente, como Sexo, mentiras y cintas de v¨ªdeo, Erin Brockovich o las tres partes de la serie que comenz¨® con Ocean's eleven.
Fidel Castro no ha visto la pel¨ªcula. Tampoco su hermano Ra¨²l, actual presidente del Consejo de Estado de Cuba. Soderbergh no ha llegado a conocer a los Castro, a pesar de que las veces que estuvieron en Cuba siempre les hablaron de la posibilidad de que Fidel les llamara para verles. Nunca se produjo esa llamada. Benicio s¨ª le conoci¨®. "Le vi una vez y fue de pasada", cuenta. "?l sab¨ªa que hab¨ªamos hecho un estudio sobre el Che, que nos hab¨ªamos reunido con mucha gente que le conoci¨®, pero no s¨¦ si ha llegado a leer el gui¨®n".
Al actor no le preocupa en exceso la opini¨®n de la pel¨ªcula cuando se estrene en Cuba, ni tampoco los juicios ideol¨®gicos, adem¨¢s de los cinematogr¨¢ficos, que puedan verterse sobre ella. Sabe que hay opiniones encontradas y apasionadas sobre el h¨¦roe cubano, pero ¨¦l es un int¨¦rprete que defiende lo que ha hecho. "Esto es una pel¨ªcula. Se han escrito libros, se han hecho canciones, camisetas, fotos y m¨¢s pel¨ªculas?, dice. ??sta no es la primera y tampoco ser¨¢ la ¨²ltima. Es otra m¨¢s. El Che hizo su vida. Steven y yo, la nuestra. Nos conocemos, hacemos Traffic, estamos en Hollywood, pensamos en el Che, nos dan unos visados para viajar a Cuba, hacemos un estudio como cineastas, nos implicamos en el proyecto en busca de algo original, basado en la verdad? Y ya est¨¢. Eso s¨ª, quien lo origin¨® todo fue el Che".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.