"Ha sido divertido"
El nadador de Baltimore confiesa que se acord¨®de una profesora que le dijo que nunca triunfar¨ªa en la vida
Michael Phelps se sec¨® el agua, se colg¨® el octavo oro y, en pleno delirio de felicidad, escal¨® las gradas hasta donde estaba Debbie, su madre, regordeta, y sus hermanas, Hilary y Whitney. Entre las tres, hace 16 a?os, lo llevaron a una piscina por primera vez. Ahora ¨¦l emerg¨ªa del agua como el gran tibur¨®n blanco de los Juegos de Pek¨ªn, en el paroxismo de la gloria ol¨ªmpica. Abrazados, los cuatro rompieron a llorar con desgarro.
El chico de los suburbios de Maryland, el hijo de los hillbillys que emigraron desde los Apalaches hasta la gran ciudad, hab¨ªa so?ado toda su vida con seguir los pasos de Mark Spitz, el h¨¦roe ol¨ªmpico de 1972. Spitz consigui¨® nueve medallas de oro en dos Juegos sucesivos (dos y siete). Phelps acababa de ganar su oro n¨²mero 14 y la mente se le nublaba en un torrente de im¨¢genes atropelladas. "Me acord¨¦ de una profesora de literatura inglesa", confes¨®, "que me dijo que yo no triunfar¨ªa en la vida".
A sus 23 a?os, casi sin saberlo, en Pek¨ªn, en el aislamiento as¨¦ptico del Cubo del Agua, Phelps se despidi¨® de la primera parte de la juventud. "Todo lo que nos propusimos con mi t¨¦cnico, Bob Bowman, lo conseguimos", dijo; "quisimos hacer mis mejores tiempos y ganar las ocho finales. Aqu¨ª he podido hacer realidad todos los sue?os. Ha sido divertido. Desde los trials, he pasado los dos meses m¨¢s divertidos de mi vida. Vivir en la Villa Ol¨ªmpica fue grandioso. He podido conocer a Federer, a Nowitzki y a Nadal".
Phelps exhibi¨® una mirada sombr¨ªa. "No s¨¦ realmente c¨®mo me siento en este momento", dijo; "hay tantas emociones y tanta excitaci¨®n que tengo ganas de estar con mi mam¨¢". "Me llevo cada gorro, cada par de gafas, cada ba?ador, todos los recuerdos que puedo", a?adi¨®; "mis mejores recuerdos corresponden a mis momentos fuera de la piscina, con mis compa?eros. Ahora mismo veo cada una de las carreras. Cada instante. No quiero olvidarme de nada de lo que me ha pasado".
El h¨¦roe habl¨® como si supiera que el olvido equivale a la muerte. Acto seguido, como intentando olvidarse del olvido, pas¨® a se?alar que su empe?o es hacer con la nataci¨®n lo que Tiger Woods hizo con el golf: un deporte popular. "Si no hubiera sido nadador, habr¨ªa vivido en el mundo real", admiti¨®; "con un trabajo normal en el que probablemente no dar¨ªa la talla. Como nadador, creo que he puesto a este deporte en otra ¨®rbita, al menos en Estados Unidos. Me han dicho que en el estadio de los Ravens 70.000 personas vieron la final del relevo. He escuchado que hicieron un anuncio en el de los Yankees cuando gan¨¦ los 100 mariposa. Ha sido una locura". Sobre su futuro en las piscinas, observ¨® que no tiene claro el programa hasta Londres 2012: "Me gustar¨ªa acortar el repertorio y dedicarme a las carreras de 100 metros", reconoci¨®; "pero Bob
[Bowman, su entrenador y descubridor] no est¨¢ muy entusiasmado".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.