Archivos militares
La desclasificaci¨®n de documentos debe facilitar su consulta y asegurar la conservaci¨®n
El Ministerio de Defensa se propone desclasificar documentos de los archivos hist¨®ricos militares considerados a¨²n hoy como secretos, entre los que se encuentran numerosos consejos de guerra celebrados durante los primeros a?os del franquismo. La iniciativa supone una inmejorable ocasi¨®n para resolver los problemas que siguen afectando a estos archivos, y que van desde las dificultades que enfrentan los investigadores para consultarlos hasta la simple conservaci¨®n de unas fuentes documentales imprescindibles para enriquecer el conocimiento del reciente pasado. Tambi¨¦n, por supuesto, para conocer las falsedades y los insostenibles argumentos jur¨ªdicos con que fueron condenadas, y muchas veces ajusticiadas, personas cuyo ¨²nico delito consist¨ªa en haber participado en la vida democr¨¢tica del pa¨ªs.
La regulaci¨®n del acceso a los archivos militares supone la correcci¨®n de una anomal¨ªa que, seg¨²n los propios investigadores, se ha venido resolviendo en algunos casos por la buena disposici¨®n de los funcionarios encargados de la custodia. Su actitud refleja, en realidad, un sentimiento extendido dentro y fuera de las Fuerzas Armadas: por injustos que puedan ser los actos que quedan reflejados en esos documentos, en absoluto comprometen a ninguna instituci¨®n actual. Aunque los archivos se encuentren en dependencias del Ej¨¦rcito, el Ej¨¦rcito de hoy nada tiene que ver con el de entonces, y de ah¨ª que la gesti¨®n de estos documentos deba regirse por un sistema reglado, transparente y profesional.
La conservaci¨®n de los archivos es otro de los argumentos que avalan la iniciativa del Ministerio de Defensa. Ahora no existe riesgo de que, como en el pasado, se destruyan documentos por ignorancia de su valor y, menos a¨²n, por razones pol¨ªticas, con un af¨¢n de ocultar episodios comprometedores, como todav¨ªa sucedi¨® a mediados de los a?os sesenta. Los peligros que acechan a estos archivos son los mismos que corre cualquier otro: el deterioro por el paso del tiempo y, sobre todo, la fragmentaci¨®n y el desorden, que pueden convertirlos en masas de papel en gran medida inutilizables.
El proceso que culminar¨¢ con la actual iniciativa del Ministerio de Defensa se inici¨® en los noventa. Fue entonces cuando buena parte de los responsables de la custodia de los archivos militares empez¨® a facilitar el acceso de los investigadores. Antes del final de la dictadura no siempre fue as¨ª. Tras la cortina del secreto, muchos documentos fueron destruidos, hasta el extremo de que existe un importante vac¨ªo entre 1931, fecha de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, y 1945, a?o en el que, tras la victoria de los aliados, el r¨¦gimen de Franco tuvo que borrar a toda prisa las huellas de su colaboraci¨®n con la Alemania nazi y la Italia fascista. Pero tambi¨¦n se dio el caso contrario: documentos que la dictadura quiso destruir se salvaron gracias a la labor de funcionarios conscientes de su deber.
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