El Gobierno indio teme una escalada de violencia en Cachemira
Nueva Delhi asegura que la marcha del general beneficiar¨¢ a los radicales
Para India, que desde 1949 mantiene un largo contencioso territorial con Pakist¨¢n, la marcha de Pervez Musharraf es un problema. Ambos pa¨ªses se han enfrentado en tres guerras desde la independencia y casi una cuarta en 2004. Ambos disponen de armamento nuclear y cualquier incidente es potencialmente peligroso. Con Musharraf en el poder hubo un deshielo. Se firmaron acuerdos de paz y econ¨®micos. Nueva Delhi teme que sin instituciones fuertes, Pakist¨¢n no los mantenga. Como un aviso de lo que puede pasar en la disputada Cachemira —territorio dividido entre India, Pakist¨¢n y China— , miles de musulmanes salieron ayer a la calle en Srinagar para exigir la retirada del "ocupante indio".
"Ni siquiera la dictadura militar de Musharraf pudo controlar a los terroristas. Pero sin ¨¦l existe m¨¢s preocupaci¨®n de que su poder aumente", afirma Shiri Shanshak, antiguo n¨²mero dos del Ministerio de Exteriores, a EL PA?S. "Tenemos que esperar, ver c¨®mo evoluciona el proceso y se consolida un Gobierno civil. Nueva Delhi debe buscar ahora un nuevo interlocutor", a?ade.
Las tensiones entre estas dos potencias nucleares han aumentado en estos ¨²ltimos meses, un periodo que ha coincidido con la p¨¦rdida de poder real de Musharraf. El aumento de los choques armados en la disputada frontera y el ataque terrorista contra la embajada india en la capital de Afganist¨¢n, del que Nueva Delhi culpa al ISI, la poderosa agencia de espionaje militar, han creado numerosos roces diplom¨¢ticos.
"Debemos temer que el Gobierno civil en Islamabad no se fortalezca. Y debemos estar atentos para salvaguardar la seguridad del pa¨ªs", sostienen varios analistas en Nueva Delhi. Mientras, la versi¨®n oficial es la diplom¨¢tica. Un portavoz del Ministerio de Exteriores se limit¨® ayer a decir que la renuncia es "un asunto interno de Pakist¨¢n".
Fuentes del Gobierno indio que piden no ser citadas aseguran que el inter¨¦s estrat¨¦gico de Nueva Delhi es apostar por un Gobierno democr¨¢tico en Islamabad, aunque reconocen que el poder real sigue en manos del Ej¨¦rcito y de sus servicios de informaci¨®n, a los que Estados Unidos culpa de tender v¨ªnculos hist¨®ricos con los talibanes afganos.
"El vac¨ªo [dejado por la dimisi¨®n de Musharraf] nos preocupa profundamente porque deja a los extremistas una gran libertad para hacer lo que quieran, no s¨®lo entre Pakist¨¢n y Afganist¨¢n, sino tambi¨¦n en nuestro lado de la frontera", afirm¨® en una reciente rueda de prensa con los medios de comunicaci¨®n indios M.K. Narayanan, asesor de Seguridad Nacional,
En los dos ¨²ltimos meses se ha vivido en Cachemira la mayor escalada de violencia en los ¨²ltimos a?os. Han muerto 21 manifestantes a manos de la polic¨ªa.
"Detr¨¢s de cualquier problema en Cachemira est¨¢ Pakist¨¢n. Es sabido que apoyan moralmente y con dinero recaudado en madrasas a los separatistas", dice el director del Instituto de Manejo de Conflictos, Ajai Sahni.
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