De Kosovo a Osetia del Sur
Rusia quiere que Osetia del Sur represente para Estados Unidos la misma derrota diplom¨¢tica que para ella supuso Kosovo, cuando se desgaj¨® en 1999 de Serbia, su gran aliada hist¨®rica en los Balcanes. El alto el fuego fr¨¢gilmente suscrito en el conflicto entre Rusia y Georgia -donde est¨¢ enclavado aquel territorio- otorga a Mosc¨² una primera victoria por puntos sobre Washington, porque excluye que, en cualquier caso, Georgia pueda recurrir a la fuerza para recobrar la provincia secesionista.
Desde la desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en 1991, y muy en particular con la llegada a la Casa Blanca del segundo Bush en 2000, la pol¨ªtica exterior norteamericana ha pretendido recoger los dividendos estrat¨¦gicos que cre¨ªa derivados de su victoria en la Guerra Fr¨ªa. Primero, a¨²n bajo el presidente Bill Clinton, se cobr¨® la pieza de Kosovo, la provincia serbia a la que la brutalidad del Gobierno posyugoslavo de Slobodan Milosevic arroj¨® en brazos de Occidente; ya con George W. en la Casa Blanca, sigui¨® la denuncia del tratado sobre limitaci¨®n de misiles de 1972, y ese mismo a?o el presidente anunciaba que no ratificar¨ªa el tratado de prohibici¨®n de pruebas nucleares, ni las modificaciones al SALT II para el desarme at¨®mico; a continuaci¨®n se supo del proyecto de instalaci¨®n de bater¨ªas de misiles en Europa del Este como defensa contra un Ir¨¢n presuntamente nuclearizado, para lo que Washington obtuvo el asentimiento de Praga y la semana pasada el de Varsovia; todav¨ªa en 2001, tras una breve guerra, la aviaci¨®n norteamericana liquid¨® el r¨¦gimen afgano de los talibanes, y en 2003 Estados Unidos invadi¨® Irak, con el consiguiente establecimiento de bases en Asia Central, antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Y en febrero, Kosovo se proclam¨® formalmente independiente bajo patrocinio occidental.
En un caso priva la autodeterminaci¨®n; en el otro, el principio de soberan¨ªa nacional
El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, pod¨ªa entender que Estados Unidos trataba de reeditar el cerco a Rusia de la posguerra, que fue uno de los componentes de la Guerra Fr¨ªa, y ello explica el progresivo acercamiento de Mosc¨² a China, y el poco apetito por adoptar sanciones contra Teher¨¢n. Paralelamente, Bush W. se iba aconchabando con Georgia, que presid¨ªa desde 2003 Mija¨ªl -o Michael- Saakashvili, que ha vivido en Estados Unidos y habla ingl¨¦s norteamericano casi sin acento. La nueva relaci¨®n clientelar llegaba a su apogeo con la participaci¨®n del pa¨ªs cauc¨¢sico en la guerra de Irak, donde su contingente de 2.000 hombres ha sido, hasta su retirada precisamente por la guerra a domicilio, el tercero en efectivos de la coalici¨®n norteamericana.
Lo que resulta dif¨ªcil de explicar es c¨®mo Saakashvili imagin¨® que pod¨ªa recobrar Osetia del Sur por la fuerza -como pretendi¨® a comienzos de este mes- sin que Mosc¨² saliera en defensa de una poblaci¨®n a la que en su mayor¨ªa ha facilitado pasaporte, y que lo que m¨¢s desea es reunirse con Osetia del Norte en el seno de la madre Rusia. La prensa liberal norteamericana ha subrayado la conexi¨®n entre Saakashvili y John McCain, candidato presidencial republicano, notorio por haberse autoproclamado gran experto internacionalista a la vez que no distingu¨ªa entre sun¨ªes y chi¨ªes y que en las numerosas entrevistas que ambos han celebrado haya podido hacer creer al antiguo emigrante que ten¨ªa la provincia perdida al alcance de la mano.
En el caso de Kosovo, Putin no pudo hacer m¨¢s que demorar una independencia que completaba -con Croacia, parte de Bosnia-Herzegovina y Eslovenia- el asedio de Serbia, e, indignado ante lo que considera condena injusta de Occidente por el rigor con que sofoc¨® la rebeli¨®n chechena, esperaba su oportunidad, y es ahora Bush quien tiene que presumir de enojo, pero no llega a mucho m¨¢s. A Mosc¨² le basta con que Osetia sea parte virtual de Rusia y Saakashvili no pueda proclamarse padre de la patria por el restablecimiento de la integridad territorial de Georgia; y todo ello a¨²n sin contar que hay perfecto derecho a preguntarse por qu¨¦ se puede despedazar Serbia y no Georgia; por qu¨¦ en un caso priva el principio de la autodeterminaci¨®n y en el otro, de la soberan¨ªa nacional.
Estados Unidos no ha llenado el vac¨ªo geoestrat¨¦gico evacuado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, por el solo hecho de que ¨¦sta desapareciera, como prueba el fracaso de Irak, el empantanamiento de Afganist¨¢n, y la ventajosa posici¨®n de Ir¨¢n en el Gran Juego de Oriente Medio. Mosc¨² no es una potencia comparable a Washington, ni esto una nueva Guerra Fr¨ªa, pero Osetia del Sur s¨ª que vale lo que Kosovo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.