Copitas de recio fondo
Era Mon¨°ver conocido por el an¨ªs. Tanto o m¨¢s que por su figura se?era, Jos¨¦ Mart¨ªnez Ruiz Azor¨ªn, que tambi¨¦n trat¨® del aguardiente, pero poco. Solo se le conocen dos incursiones en ese campo, y ambas sutiles. Dec¨ªa Azor¨ªn en su Agenda: "Dieron nombre a Mon¨®var, en tiempos, sus aguardientes; prosiguen, con brillantez, su tradici¨®n. Compiten con las grandes creaciones de Badalona, de Chinch¨®n, de Cazalla, de Rute..." Pero ahora no hay an¨ªs, ni cantueso, ese otro alcohol destilado y mezclado con la planta que le da nombre. Pero es que tampoco hay cantueso del bueno, el llamado Thimus moroderi, hierba de la familia del tomillo, que perfuma el alcohol en el que se macera hasta conseguir el espirituoso licor.
Lo que hay en los campos que constituyen el Medio Vinalop¨® son espartos y tomillos, y sobre ellos los pinos y las encimas, y en el tama?o intermedio, gracias a la agricultura, uvas y almendros, y olivos y olivareros, a los que tambi¨¦n Azor¨ªn dedic¨® unas p¨¢ginas. Complejas tierras en lo orogr¨¢fico, llenas de sierras y valles, donde se alojan la t¨®rtola y la perdiz, y el conejo y el tej¨®n, el jabal¨ª y el gato mont¨¦s, y donde vuelan a placer el ¨¢guila y el halc¨®n, junto a otras de su clase.
Romana primero, mora despu¨¦s, y entre tanto castellana y valenciana, seg¨²n los poderes lo decidiesen, se repobl¨® por orden de Ana de Portugal en el 1611, despu¨¦s de que los moriscos -todos sus habitantes- fuesen expulsados. Su econom¨ªa languideci¨® hasta que el vino vino en su ayuda, y a partir de este hito tambi¨¦n vinieron las f¨¢bricas de jab¨®n y de calzado, las canteras de m¨¢rmol y las f¨¢bricas de zapatos.
Solvente gastronom¨ªa de tierras del interior caracteriza su culinaria, en la que se reproducen los modelos que son propios de estas culturas: fasegures es un cocido hecho con garbanzos y tocino, y algo m¨¢s de cerdo, y chorizos y verduras -jud¨ªas, cardos, apios, patatas y calabaza- y, al fin, las propias fasegures, pelotas de carne picada de distintos tipos, que se sumergen para un hervor en el caldo surgente de la cocci¨®n de todo lo anterior, y as¨ª quedar impregnadas de sus sabores.
Y los alls o ajos, que no son tan solo las lili¨¢ceas. Para los habitantes de esta tierra ¨²nicamente ser¨¢n dignos de ser llamados de ese modo si se combinan, en perfecta armon¨ªa, con pan tostado, ?oras, morcillas, huevos duros e h¨ªgados de pollo machacados, y despu¨¦s aderezados con caldo, sal y pimienta.
Ante tal salva de energ¨ªas los monoveros responden con grandes vinos, en especial con el denominado Fondill¨®n, que fue reconocido incluso por el Rey Sol, ya que, seg¨²n cuenta el Duque de Saint Sim¨®n, cronista oficial en la corte de Luis XIV, aquel pidi¨® antes de morir que le endulzasen la poca vida que le quedaba con unos bizcochos regados por el vino alicantino que nos ocupa.
Pero terminemos la comida con una copa, a la que nos invita con su prosa otra vez el propio Azor¨ªn, quien se?ala que en Madrid sol¨ªa pedir un mon¨®var: "Y enseguida nos pon¨ªan en el cinc una copita -con recio fondo- de nuestro an¨ªs".
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