"No me quiero ir sin medalla"
Si la veteran¨ªa es un grado, si un hombre puede cambiar de arriba abajo un partido, si alguien personifica el carisma, bastar¨¢ con mirar el v¨ªdeo del Espa?a-Corea para encontrar a ese personaje fuera de lo com¨²n. Se llama David Barrufet y est¨¢ a un paso de poder decir "fue bueno hasta que dur¨®". Pero lo va a alargar tanto como pueda: uno o, quien sabe, dos partidos. Los aficionados le hicieron signos de reverencia en la pista como si se tratara de una divinidad y sus compa?eros, ya en el t¨²nel de vestuarios del OSC Gimnasio de Pek¨ªn, sal¨ªan dando voces, coreando su nombre. "?La gasolina de Barru ah¨ª est¨¢!", gritaba Iker Romero.
Su compa?ero en el Bar?a se deten¨ªa un segundo para reflexionar: "Es un fen¨®meno. Ha sido el salvador. Me alegro por ¨¦l porque ha pasado un a?o muy duro. No le he visto parar de esta manera durante los diez o doce a?os que llev¨® vi¨¦ndolo. ?Las paraba hasta con la cabeza!". Se refer¨ªa Iker a las lesiones que han martirizado a Barrufet. La ¨²ltima le tuvo cuatro meses apartado de las canchas. Pero ¨¦l, con los Juegos entre ceja y ceja, se recuper¨® hasta reencontrarse con su mejor forma y poder aportar toda su experiencia -18 a?os de carrera y 265 internacionalidades- y una calidad que le vali¨® ser nombrado el mejor portero del mundo en 2000 y 2001.
"El equipo ha defendido como hac¨ªa tiempo que no lo hac¨ªa. S¨®lo hab¨ªa ah¨ª un huequecito y hab¨ªa que taparlo", resum¨ªa Barrufet, para dar m¨¦ritos a sus compa?eros. "Despu¨¦s de una primera fase irregular estamos aqu¨ª. Ahora vamos a jugar contra Islandia. Nos conocemos muy bien. Tenemos que disfrutar en ese partido, jugarlo con alegr¨ªa. No me quiero despedir sin una medalla", confesaba el portero catal¨¢n de 38 a?os, que compite en sus cuartos Juegos y que logr¨® la medalla de bronce hace ocho a?os en Sidney, en la segunda ocasi¨®n que Espa?a ha subido al podio (antes fue bronce en Atlanta 96). "Ha hecho un gran partido y le he felicitado. No me gusta individualizar", afirm¨® el seleccionador Juan Carlos Pastor. Buena parte de la culpa de que el equipo que dirige contin¨²e en la brecha, acariciando la medalla, la tiene David Barrufet, en algunos partidos, mucho m¨¢s que un portero.
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