Los talibanes se ceban con Pakist¨¢n
Un doble atentado contra una f¨¢brica de armas causa 64 muertos cerca de Islamabad - El ataque es el m¨¢s mort¨ªfero desde enero y el segundo desde la dimisi¨®n de Musharraf el lunes
Sumido en una etapa de peligrosa fragilidad tras la reciente dimisi¨®n del presidente Pervez Musharraf, Pakist¨¢n encajaba ayer el mayor golpe terrorista contra un objetivo militar en toda su historia. Un doble atentado perpetrado en una f¨¢brica de armas de la ciudad de Wah (30 kil¨®metros al norte de Islamabad) provocaba al menos 64 muertos y un n¨²mero indeterminado de heridos tras sendas explosiones en los accesos al recinto.
La acci¨®n de los talibanes paquistan¨ªes, grupo que reivindic¨® el ataque, pretend¨ªa arrastrar consigo una abultada cifra de v¨ªctimas, porque las detonaciones se produjeron casi simult¨¢neamente cuando los trabajadores de la f¨¢brica (un total de 40.000) realizaban el cambio de turno.
Esgrimido como una venganza por las muertes de "ni?os y mujeres inocentes" durante las operaciones del Ej¨¦rcito en la turbulenta zona de Bajam -escenario de intensos combates entre las fuerzas de seguridad y los militantes islamistas en las ¨²ltimas semanas-, el atentado quiere forzar una retirada militar de esta ¨¢rea del Punjab. De no mediar ese gesto m¨¢s que improbable, la organizaci¨®n amenaza con apuntar contra n¨²cleos urbanos del pa¨ªs centroasi¨¢tico.
La ofensiva terrorista ha tomado como objetivo el estamento militar -Bajam es el n¨²cleo de un vasto complejo productor de armas y municiones- que, dada su tremenda impopularidad entre la poblaci¨®n, permanece inm¨®vil ante las ¨²ltimas convulsiones pol¨ªticas. El atentado de ayer es el peor registrado desde enero y el segundo desde la salida de Musharraf (el martes pasado, 30 personas murieron en otro ataque talib¨¢n).
Forzado por la amenaza de un proceso de destituci¨®n en el Parlamento, Musharraf acced¨ªa a dimitir el pasado lunes, abriendo con ello la etapa de una dif¨ªcil transici¨®n en la ¨²nica naci¨®n musulmana que posee la bomba at¨®mica. El dirigente que se aferr¨® a las riendas del pa¨ªs de forma inflexible en los ¨²ltimos nueve a?os es un hombre de armas, que arrib¨® al poder a trav¨¦s de un golpe de Estado y compagin¨® la jefatura del Estado con la del Ej¨¦rcito hasta noviembre pasado.
Los aliados occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, han redoblado las demandas para que las fuerzas pol¨ªticas paquistan¨ªes emprendan la v¨ªa de la estabilidad en el pa¨ªs, al que sit¨²an en la primera l¨ªnea de frente de la lucha antiterrorista: su frontera noroccidental con Afganist¨¢n est¨¢ considerada una de las principales bases de los talibanes y de Al Qaeda. Ayer mismo, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llam¨® al primer ministro de Pakist¨¢n, Yusuf Raz¨¢ Guilani, para ofrecerle su apoyo en la lucha contra los extremistas.
Las aguas andan revueltas en los pasillos pol¨ªticos de Islamabad y la unidad puntual que supuso el esfuerzo por derribar a Musharraf parece tener los d¨ªas contados. Las dos formaciones que integran la coalici¨®n de Gobierno tras vencer en las legislativas de febrero, el Partido Popular de la fallecida Benazir Bhutto y la Liga Musulmana, de Nawaz Sharif, mantienen un pulso que toma como pretexto la rehabilitaci¨®n de los 60 magistrados y el jefe del Tribunal Supremo, destituidos por el depuesto presidente. Sharif alega que ambas partes sellaron el pasado mayo un acuerdo que preve¨ªa su restituci¨®n en la judicatura a las 24 horas de la renuncia de Musharraf, extremo en el que el Partido Popular no demuestra premura.
En el trasfondo de ese pulso residen las crecientes especulaciones de que Asif Al¨ª Zardani, viudo de Bhutto y actual l¨ªder del PP, se perfila como el pr¨®ximo presidente de Pakist¨¢n. El interpelado siempre ha denegado tal ambici¨®n, pero el apoyo del grueso de los diputados a su candidatura ha suscitado los recelos de su rival, partidario de que el futuro jefe del Estado sea un hombre de consenso, previo recorte de sus poderes para convertirlo en una mera figura institucional.
La Liga Musulmana amenaz¨® ayer con abandonar el Ejecutivo si hoy mismo los jueces reprimidos en la era Musharraf, en especial el presidente del Supremo, Iftikhar Muhamad Chaudhry, no recuperan sus puestos.
El islamismo violento tomaba nota de esa debilidad del poder pol¨ªtico con su cruento atentado de ayer. El Ejecutivo que sal¨ªa de las urnas el pasado marzo dio un giro a la l¨ªnea antiterrorista de Musharraf, optando por negociar con los grupos insurgentes de la zona fronteriza. Los acuerdos de paz que se suscribieron gracias a la mediaci¨®n de los consejos tribales acabaron convirti¨¦ndose en papel mojado.

Agosto sangriento
- D¨ªa 2.Seis polic¨ªas y tres militares mueren en un atentado con bomba en el valle de Swat, al noroeste.
- D¨ªa 12. 16 polic¨ªas y militares fallecen en un ataque con bomba en la frontera con Afganist¨¢n.
- D¨ªa 13. Un suicida mata a ocho personas en Lahore.
- D¨ªa 19. Un terrorista suicida causa 30 muertos en un hospital de Tank.
- D¨ªa 21. Un ataque suicida en una f¨¢brica de armas en Wah acaba con 64 muertos.
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