Attila revienta a Cal

Sopl¨® viento de costado, la carrera se hizo lenta y David Cal no pudo con el pelirrojo Attila Vadja, el h¨²ngaro poderoso, el campe¨®n, el que acab¨® gritando fantastic mientras se besaba los b¨ªceps. El duelo de la final de C-1 1.000 metros era un mano a mano: o ganaba el gallego de Cangas de Morrazo o el palista de Szegedm, no hab¨ªa otra opci¨®n en el canal de Po de Shuny, a una hora de Pek¨ªn en coche. Gan¨® Attila Vadja, sin opci¨®n para Cal: se impuso porque fue mejor y complet¨® la prueba en 3m 50,467s, con una canoa y media de ventaja sobre el espa?ol, a dos segundos insalvables.

Mucho Attila incluso para Cal, medalla de oro en Atenas 2004, el palista del rostro impert¨¦rrito, el atleta que gane o pierda mira sin transmitir ninguna sensaci¨®n, el mismo que cuando habla no se sabe si est¨¢ contento o triste, imposible saber si la plata es un buen premio al trabajo concienzudo y bien hecho o una decepci¨®n. Mar¨ªa Jos¨¦, la madre de Cal, que sabe del esfuerzo del hijo, lo aclar¨®, por si acaso, a pie de canal: "?Tiene que estar muy contento, hombre! Ahora se lo voy a decir. Otros no ganan nunca y ¨¦l ya conquist¨® la tercera medalla. ?De plata?, pues de plata, as¨ª que ?bien contentos!". Y la se?ora, tan feliz, con el ramo de flores que acababa de recoger su hijo en el podio.

"Estoy contento, pero esta medalla no sabe tan bi¨¦n como la de oro"

"Estoy contento, pero no sabe tan bien como la medalla de oro. He hecho mi carrera y ya ver¨¦ si estuvo bien. Qued¨¦ segundo y es lo que cuenta", afirm¨® Cal. Los que vieron la carrera desde fuera, incluido su entrenador, Suso Morl¨¢n, estaban convencidos de que David no hab¨ªa estado mal; sencillamente, Vadja estuvo mejor. El oro de Atenas, en cualquier caso, se hab¨ªa vuelto plata en Pek¨ªn. "Pod¨ªa imponerse cualquiera de los dos", concret¨® el preparador de Cal, "y, con viento, el h¨²ngaro lleva cierta ventaja". Pura f¨ªsica: menos envergadura, abajo, el viento le frena menos. Aunque no lo pareciera, Cal ni siquiera arranc¨® mal, por mucho que pasara sexto los primeros 250 metros, a m¨¢s de un segundo del sorprendente l¨ªder inicial de la prueba, el uzbeko Menkov. Simplemente, ten¨ªa que regular. Curtido como est¨¢, fue a la suya. "Otros salieron muy fuertes y no llegaron. Yo sal¨ª bien", explic¨®. "Lo importante es c¨®mo llegas y lo hice segundo porque el h¨²ngaro iba mejor que yo y fue m¨¢s r¨¢pido", dijo el palista espa?ol. El h¨²ngaro, que pas¨® octavo en el primer tramo, tambi¨¦n fue a m¨¢s y, aunque le vio la espalda durante unos metros al espa?ol, result¨® incontestable en los ¨²ltimos 100. "Revent¨¦ y a ¨¦l le quedaban fuerzas", razon¨® Cal, consciente de que las condiciones clim¨¢ticas le complicaron la vida.

El viento no era muy fuerte, pero s¨ª lo suficiente como para ralentizar la carrera a raz¨®n de cuatro d¨¦cimas cada 100 metros. Al final, tres o cuatro segundos por encima de lo que le viene bien al gallego: "Por encima de 3m 50s no queremos ni ver la carrera y esa es la que toc¨®", explic¨® el entrenador. Pura frecuencia -na-die en el mundo da m¨¢s paladas que ¨¦l sin viento- y mucho m¨¢s t¨¦cnico -los hay m¨¢s fuertes, pero no m¨¢s constantes-, ayer Cal marc¨® un ritmo entre dos y tres paladas menos por minuto de lo que es capaz en otras condiciones m¨¢s favorables. Puede alcanzar las 66-65 por minuto, y ayer no super¨® las 62, seg¨²n su entrenador: "Eso no significa que lo haya hecho mal. Attila no es manco; es muy bueno. O sea, que felicidades y a celebrar la plata".

El otro componente clim¨¢tico, el calor, estaba asumido desde la concentraci¨®n en el embalse salmantino de Saucelle. "Al calor lo empatamos entren¨¢ndonos. Aunque aqu¨ª hace m¨¢s humedad, no afect¨®. Pero contra el viento no hay pelea; si sopla, malo". Cal, en cualquier caso, pas¨® p¨¢gina: "Tengo otra oportunidad para el oro en 500 metros". El rival ser¨¢ hoy (8.45) Maxim Opalev, y el pron¨®stico, id¨¦ntico al de ayer. El ruso es m¨¢s pesado que Cal y si la carrera es lenta, tiene m¨¢s opciones. Por debajo de 1m 47s, gana Cal. "A 1m 50s, a sufrir", anunci¨® Morl¨¢n.