Inagotable Almudena

Fue a Pek¨ªn a pasar un buen rato, a despedirse de la gimnasia como una gran dama, y ha hecho historia. La espa?ola Almudena Cid logr¨® ayer la clasificaci¨®n para la final individual de gimnasia r¨ªtmica, lo que la convierte en la primera gimnasta en lograrlo en cuatro Juegos Ol¨ªmpicos consecutivos. De Atlanta a Pek¨ªn. De 1996 a 2008 sin desfallecer.

A los 28 a?os, la vitoriana es de lejos la gimnasta m¨¢s veterana de una competici¨®n cuyas participantes tienen una edad media de 19,95 a?os. Y eso que ha subido con respecto a Atenas. Hace a?os que se acostumbr¨® a que la miraran diferente, a que la pidieran aut¨®grafos a cada paso, como si fuera una de las mejores gimnastas del mundo. No lo era, pero su caso, un caso raro en un deporte dominado por ni?as longil¨ªneas de impresionantes piernas y habilidades de contorsionista, era para aplaudir. Era un experimento, como ella misma se define, y la mejor representante de la gimnasia de antes, la que primaba el ballet y la capacidad art¨ªstica frente al circo y las acrobacias de hoy en d¨ªa.

Resiste con 28 a?os en una competici¨®n en la que las rivales tienen de media 19,95

Para lograr este equilibrio, Cid no ha renunciado a nada. Se entrena como una atleta de ¨¦lite, unas seis horas diarias, pero vive como una chica de su edad. Una chica cuyo trabajo es la gimnasia. Por eso en lugar de vivir en un piso tutelado, como hizo en sus comienzos en el equipo nacional, en ese Madrid de mediados los 90, tiene su propio apartamento y aunque mantiene su habitaci¨®n en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona), s¨®lo se queda en ella cuando est¨¢ tan cansada que le da pereza conducir hasta casa.

El cuerpo tambi¨¦n la ha respetado. De constituci¨®n menuda y sin problemas de peso -1,68 metros y 46 kilos oficiales-, no ha tenido problemas para mantenerse en la ¨¦lite, entre las 10 mejores gimnastas del mundo en una edad en la que otras chicas se enfrentan a la b¨¢scula y a las redondeces de las mujeres de su edad. Otras ven¨ªan, ganaban y se retiraban, y ella segu¨ªa ah¨ª. Solamente se queja de no poder llevar tacones. Demasiado para sus tobillos.

Hasta Pek¨ªn. En la capital china ni la emoci¨®n de saber que es su ¨²ltima competici¨®n, ni un problemilla con el aro, le han impedido pasar a la final. Aunque tuvo sus dudas. Y las expres¨® llorando a moco tendido tras acabar su ¨²ltimo ejercicio, el de la cinta. Luego se arrodill¨® y bes¨® el tapiz, como en una despedida, como hab¨ªa prometido: "He llorado porque pens¨¦ que era el ¨²ltimo ejercicio de mi vida", explic¨® despu¨¦s a la agencia Efe. Se clasific¨® en d¨¦cima posici¨®n, la ¨²ltima plaza para la final.

En una competici¨®n muy emotiva, arropada por un p¨²blico que la ovacion¨® porque sabe que no volver¨¢ a verla, la vitoriana ha dado lo mejor de s¨ª misma. Le quedan los cuatro ejercicios de la final. Composiciones elegantes, muy femeninas e impecables, con un par de gui?os en forma de m¨²sica china. Maillots que realzan esas composiciones, hechos a mano y a la medida de la vitoriana. Y aparatos adornados por la propia gimnasta.

Sus 66,825 puntos no le dan opci¨®n de medalla -la rusa Evgeniya Kanaeva manda con 74,075-, pero tampoco ven¨ªa a eso. Ven¨ªa a divertirse y a despedirse como una estrella. Le quedan cuatro ejercicios para hacerlo. Ser¨¢ hoy a las 12.00 de la ma?ana.