Francia otorga personalidad jur¨ªdica al feto

Las francesas que aborten (por causa natural o m¨¦dica) entre las 16 y 22 semanas de gestaci¨®n podr¨¢n inscribir a los fetos en el Registro Civil. Dos decretos publicados por el Ministerio de Justicia reconocen esta posibilidad, igual que la de hacerlos constar en el libro de familia como "ni?o nacido muerto". Sobre el papel, las normas resuelven el vac¨ªo jur¨ªdico que acompa?aba a esos fetos, hasta ahora incinerados tras su paso por el quir¨®fano. Pero en la pr¨¢ctica podr¨ªan crear un embrollo legal importante.

De entrada, el reconocimiento de la personalidad jur¨ªdica del feto da otra dimensi¨®n legal a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Se tratar¨ªa de un acto contra un "ser" con entidad jur¨ªdica. La frontera que separa el aborto de un acto criminal se hace m¨¢s tenue. Obviamente, los decretos no afectan al derecho a abortar, pero rodean esa pr¨¢ctica de un cuestionamiento jur¨ªdico impl¨ªcito que viene a sumarse al moral y religioso ejercido por las asociaciones antiabortistas.

Con esta normativa se quiere poner fin a la pol¨¦mica desatada por tres sentencias del Tribunal de Casaci¨®n que admit¨ªan que fetos nacidos sin vida pod¨ªan ser inscritos en el Registro Civil. Queda por ver qu¨¦ sucede si alguien plantea inscribir uno de 14 semanas (el l¨ªmite del aborto seg¨²n la ley francesa) o menos. Y la terminolog¨ªa empleada, que habla de "seres" en vez de "personas", sin duda ser¨¢ cuestionada por los movimientos antiabortistas, exigiendo una mayor precisi¨®n. Otra cuesti¨®n es que se permita dar sepultura a los fetos, una demanda perfectamente comprensible.

?ltimamente, el Ministerio de Justicia franc¨¦s parece embarcado en causas irresolubles, como asegurar el derecho a juicio de personas irresponsables judicialmente. La presidencia de Nicolas Sarkozy, comenzada sobre la voluntad de "prestar mayor atenci¨®n a las v¨ªctimas", corre el peligro de embarrancarse en delicados pantanos legislativos.