El Bolt del fondo
Kenenisa Bekele consigue para Etiop¨ªa el segundo doblete 5.000-10.000 metros 28 a?os despu¨¦s de que lo lograse Yifter
En la ¨²ltima vuelta, el campe¨®n de Europa, solo en la recta, nadie por delante, nadie por detr¨¢s, ech¨® un vistazo a su izquierda al otro lado del estadio, a la entrada de la curva. Por all¨ª llegaba el tren dispuesto a llev¨¢rselo por delante si no se apartaba. Pero no sinti¨® miedo. "Sent¨ª envidia, envidia sana por un atleta que parece que viene de otro mundo", dice Jes¨²s Espa?a; "y tambi¨¦n frustraci¨®n..." Los mismos sentimientos que, seguramente, habr¨¢n sentido algunos de los mejores velocistas del mundo que han sufrido la ley del rey Bolt en los sprints.
A diferencia del campe¨®n de Europa, Kenenisa Bekele, la locomotora del expreso que iba perdiendo vagones a cada zancada, no parece sufrir melancol¨ªa y tampoco parece tener estados de ¨¢nimo. El et¨ªope manej¨® la final de los 5.000 metros con la misma frialdad y precisi¨®n con la que hab¨ªa ejecutado unos d¨ªas antes a toda la oposici¨®n en la de los 10.000. Incluso con m¨¢s eficiencia y dedicaci¨®n. Y, sin embargo, si alg¨²n sentimiento parecido a la frustraci¨®n ha podido sentir el fen¨®meno et¨ªope a lo largo de una carrera en la que ha multiplicado victorias, t¨ªtulos y r¨¦cords de 5.000 y 10.000 metros, seguramente ser¨ªa la de no haber logrado nunca el doblete 5.000-10.000 metros, la impronta que define a los fondistas hors cat¨¦gorie en unos Mundiales o unos Juegos. Es la marca de Zatopek -aunque el checo, en Helsinki 1952, a?adi¨® al doble un tercer elemento absolutamente imposible antes y despu¨¦s: la victoria en el marat¨®n de su debut-, la marca del sovi¨¦tico Kuts en Melbourne 1956, la doble marca de Lasse Viren, el finland¨¦s que tan bien supo manejarse con las transfusiones de sangre los a?os en que estaban permitidas, en M¨²nich 1972 y Montreal 1976, la huella, en fin, de Mirus Yifter, el et¨ªope de Mosc¨² 1980, el compatriota en quien siempre se ha querido mirar. Es la se?al de grandeza eterna que Bekele empez¨® a cortejar en los Mundiales de Par¨ªs 2003, la competici¨®n de puesta de largo atl¨¦tica. Ten¨ªa 21 a?os. Gan¨® el 10.000, pero el 5.000 tambi¨¦n lo deseaba El Guerruj. En la pelea entre los dos grandes orgullos terci¨® Eliud Kipchoge. En su segundo intento, en Atenas 2004, la victoria fue para El Guerruj, autor de un doblete a lo Paavo Nurmi que le sirvi¨® para saciar su sed. Se retir¨® poco despu¨¦s, colmado. Mientras tanto, el hambre de Bekele se hab¨ªa multiplicado.
Ha ganado dos oros con dos r¨¦cords ol¨ªmpicos. Ya eran suyos los mundiales
Para evitar un ritmo lento, utiliz¨® de 'liebre' a su hermano en los primeros 3.000
Ayer, los rivales eran el consabido Kipchoge, el keniano que no le ha vuelto a ganar desde Par¨ªs, y Lagat, otro keniano que corre por Estados Unidos y lleg¨® a Pek¨ªn enfermo y lesionado, pero dispuesto a repetir el logro de los ¨²ltimos Mundiales, la doble victoria en el 1.500 y el 5.000. En el 1.500 no lleg¨® ni a la final. Ayer aguant¨® al et¨ªope desencadenado 4.000 metros. En el 2.500 ya se hab¨ªa desenganchado del convoy Espa?a. "He aguantado hasta que no pod¨ªa m¨¢s y ha sido un error", dijo el fondista de Valdemoro, que aspiraba a repetir su s¨¦ptimo puesto de Osaka; "si me hubiera soltado antes, quiz¨¢s podr¨ªa haber remontado. Pero, de todas formas, con las condiciones que hab¨ªa, no estaba para hacer un 13m 10s".
Remont¨® un poco m¨¢s su compa?ero Alemayehu Bezabeh, el africano que lleg¨® a Madrid sin papeles y que tres a?os despu¨¦s ha debutado con la camiseta roja en la final de unos Juegos. Joven, t¨ªmido, de apariencia somnolienta y bastante tocado en una pierna, Bezabeh, tan et¨ªope como Bekele, se descolg¨® con su amigo Espa?a, con quien coincide en los entrenamientos en el INEF de Madrid, pero despu¨¦s se super¨®, adelant¨® a otro blanco y acab¨® 11?. Tambi¨¦n muy lejos de Bekele, quien no quiso cometer el error de Atenas, aquel ritmo tan lento que hizo las delicias del final explosivo de El Guerruj. Para ello utiliz¨® a su hermano, Tariku, liebre en los primeros 3.000. All¨ª, el Bolt del altiplano tom¨® su destino entre sus manos. Aceler¨®, baj¨® a 2m 30s el siguiente mil y fue soltando lastre vuelta a vuelta. En la ¨²ltima s¨®lo le quiso resistir el habitual Kipchoge. Unos ¨²ltimos 400 metros en 50s, dos 200 clavados de 25s, dieron buena cuenta de su resistencia. En la carrera de Atenas, la marca se qued¨® en 13m 14s. En Pek¨ªn, pese al calor, pese a la humedad, logr¨® bajar de los 13 minutos. La primera final ol¨ªmpica en que se ve.
Bolt, el pollo del Nido, ha ganado tres oros batiendo tres r¨¦cords mundiales. Algo ¨²nico. Bekele, el Bolt del fondo, ha ganado dos oros acompa?ados de dos r¨¦cords ol¨ªmpicos (y el de 5.000 ten¨ªa nada menos que 24 a?os: de Said Auita desde Los ?ngeles), lo que tampoco est¨¢ nada mal. Ni para derrotar a sus rivales ha necesitado m¨¢s ni tampoco ten¨ªa necesidad de lograr plusmarcas mundiales: todas eran ya suyas.
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