Robinho, a pesar de todo

A veces, uno se espera la tormenta del siglo y resulta que, al final, no caen ni un par de gotas. Schuster acostumbra a arrasarlo todo como un hurac¨¢n cuando hay asuntos que le mosquean. Pero ayer debi¨® de hacer ejercicios de relajaci¨®n antes de irrumpir en la sala de prensa. Eso, 24 horas despu¨¦s de que Robinho declarara en una entrevista a Efe que su ciclo en el Madrid se ha acabado y que quiere irse al Chelsea. "No estoy sorprendido. Es m¨¢s, esperaba esas palabras mucho antes. All¨ª est¨¢, tampoco hay que dramatizar. Tengo cosas mucho m¨¢s importantes en las que pensar ahora", solt¨® de golpe el t¨¦cnico.

Nadie le cree cuando dice que Robinho no se ir¨¢ a ning¨²n sitio. Pero tampoco nadie se cree que Schuster es tan ingenuo como para decir eso. Menos a¨²n despu¨¦s de que el brasile?o -ayer ni se entren¨®, se qued¨® en el gimnasio despu¨¦s de reunirse con Mijatovic- declarara que para el partido de vuelta contra el Valencia (Tele 5, 22.00) era mejor que Schuster no contara con ¨¦l para evitar que la gente le acusara de tener la cabeza en otro sitio.

El alem¨¢n ha convocado a Robinho para tratar de remontar el 3-2 que da ventaja al Valencia de la ida. "Si no quiere jugar, que me lo diga a m¨ª, no a terceros". Que el Bernab¨¦u le pite o no, no es problema suyo. Es m¨¢s, puede que sea su plan maquiav¨¦lico para castigar al jugador y evitar que su representante -al que Schuster ni siquiera llama por su nombre, sino "¨¦se que est¨¢ ah¨ª"- lo utilice como arma de presi¨®n.

"?La afici¨®n se enfadar¨¢ con ¨¦l? Hay que estar en todas: en lo c¨®modo y lo menos c¨®modo", coment¨® ir¨®nicamente. Es el ¨²nico que nunca pens¨® en deshacerse de Robinho, ni siquiera si hubiese llegado Cristiano Ronaldo. Eso de "hacer caja" nunca entr¨® en la cabeza de Schuster. Y ahora se resiste a dar por perdido al brasile?o incluso despu¨¦s de que ¨¦ste dijera que se quiere ir. "?Se siente defraudado por un jugador al que siempre defendi¨®?, le preguntaron. [CONDONES]"No, porque conozco a Robinho. S¨¦ que est¨¢ a gusto aqu¨ª y s¨¦ que la decisi¨®n no es suya. Todo es un negocio que va por encima del jugador". La palabra "decisi¨®n" en boca de Schuster suena a despedida. Pero est¨¢ convencido de que puede ganar el pulso a "¨¦se que est¨¢ ah¨ª".