El recipiente azul
La plaza Mayor ofrece ocio, arte, comercio y cobijo del sol y de la lluvia
No se sabe si miran o se refugian, y eso explica bien el sentido de una edificaci¨®n como la plaza Mayor de Madrid, que le ofrece su centro al ocio, sus paredes al arte y sus soportales al comercio o, simplemente, los transforma en un lugar donde esperar a alguien cobijados de la lluvia o del sol. Los tres personajes que ocupan el primer plano de esta imagen no parece que tengan una cita, sino m¨¢s bien que descansan, porque su postura es la de quien, tras un largo paseo, vence el cuerpo y se recupera de la factura que suele pasarle al viajero la suma del turismo y el calor. ?Qu¨¦ estar¨¢n mirando, en cualquier caso: la arquitectura de la plaza Mayor o al actor callejero que intenta llamar la atenci¨®n de los paseantes con su traje oriental?
La plaza Mayor ha tenido cinco nombres y tiene nueve puertas, aunque no sabemos por cu¨¢l habr¨¢n entrado a ella esas tres personas, ni qu¨¦ quer¨ªan saber exactamente de ese lugar, pero, por si les interesa, podemos decirles que los or¨ªgenes de la construcci¨®n est¨¢n en la Edad Media, en el siglo XV, que su funci¨®n era acoger el mercado principal de la ciudad -aunque tambi¨¦n ha sido plaza de toros, teatro y lugar destinado a las ejecuciones p¨²blicas- y que su primer nombre fue plaza del Arrabal. Los otros han sido plaza de la Constituci¨®n, plaza Real y plaza de la Rep¨²blica. Felipe II la mand¨® remodelar en 1580, y le encarg¨® el proyecto a Juan de Herrera; y Felipe III remat¨® la faena en 1617, poniendo la obra en manos de Juan G¨®mez de Mora, quien le dio fin dos a?os m¨¢s tarde. Tambi¨¦n les interesar¨¢ saber que la plaza Mayor ha regresado tres veces del infierno, pues sufri¨® tres grandes incendios en su historia, en 1631, 1670 y 1790.
Pero la plaza Mayor es tambi¨¦n otra cosa que se ve muy bien en esta fotograf¨ªa: un recipiente extraordinario para el cielo azul de Madrid, el famoso color celeste que Diego Vel¨¢zquez convirti¨® en la bandera de la ciudad y que uno puede ver como quien contempla un cuadro. Aunque aqu¨ª el azul ha hecho lo mismo que los personajes de la foto, esconderse, e igual que ellos se ponen a cubierto bajo los soportales de la plaza Mayor, ¨¦l lo hace en una nube. Es curioso que ninguna de las personas que vemos mire esa nube. Se pierden lo mejor.
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