38 a?os esperando el estreno

El camino que sigue una pel¨ªcula desde su finalizaci¨®n hasta el estreno puede ser muy tortuoso. Incluso no tener la salida esperada, sin escala en las salas de exhibici¨®n convencionales. En algunos casos, ser¨¢ necesario armarse de mucha paciencia para poder asistir a una proyecci¨®n en cines. El estreno en Espa?a de Vampir-Cuadecuc , del cineasta Pere Portabella (Figueres, 1929) se ha demorado 38 a?os. El filme, vampirizaci¨®n de El Conde Dr¨¢cula de Jes¨²s Franco, lleg¨® este mes a los cines Verdi de Madrid y Barcelona, rompiendo as¨ª una suerte de maleficio que lo manten¨ªa en el circuito de museos y universidades.

Casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s del rodaje, Portabella sigue guardando una memoria muy viva del mismo. Recuerda que, en plena sinton¨ªa con su amigo el poeta Joan Brossa, (quien puso t¨ªtulo al filme, aunque luego se desvincul¨® del proyecto) llevaba tiempo deseando dejar su huella creativa sobre la obra de otro y, m¨¢s concretamente, reescribir un gui¨®n ajeno. Jes¨²s Franco le dio total libertad para que estuviera en las jornadas de rodaje y se sirviera a su antojo de escenas, escenarios y actores, que tambi¨¦n dieron su consentimiento. Christopher Lee, Herbert Lom, Soledad Miranda y Jack Taylor son los protagonistas de una y otra versi¨®n de la historia. "Al principio, el productor del filme de Franco puso ciertos reparos. Pero se tranquiliz¨® cuando le expliqu¨¦ cu¨¢l era mi proyecto", se?ala Portabella. Y aclara que, por las caracter¨ªsticas del mismo, entendi¨® que no hab¨ªa competencia comercial entre ambas cintas.

Se ha dicho que Vampir-Cuadecuc es precursora del making-off porque algunas secuencias muestran al equipo de Franco en pleno trabajo y se desvelan trucos tales como la manera de construir telara?as o hacer volar un murci¨¦lago de pl¨¢stico. Pero la pel¨ªcula va mucho m¨¢s all¨¢ y tiene plena autonom¨ªa, "en un giro hacia el g¨¦nero fant¨¢stico", explica su director.

Se rod¨® con una sola c¨¢mara -"nos dejaron una unos d¨ªas y luego alquilamos otra"-, con presupuesto ¨ªnfimo sobre pel¨ªcula de 16 mm regalada, tres personas en el equipo (el operador de c¨¢mara Manel Esteban, su ayudante y Portabella) y sin sonido. Posteriormente, se le superpuso una inquietante banda sonora de Carles Santos. El filme no recibi¨® la calificaci¨®n oficial para ser estrenada en Espa?a, pero tuvo mejor fortuna en el extranjero. Tras su paso por la Quincena de realizadores de Cannes y los Encuentros Cinematogr¨¢ficos de Avi?¨®n, ambos en 1971, un a?o m¨¢s tarde se estren¨® en el MoMA de Nueva York.

Para Portabella, la llegada de la cinta a las salas es una feliz noticia. Director inquieto y at¨ªpico, su gusto por la subversi¨®n de la forma le ha mantenido al margen de los circuitos regulares. La excepci¨®n le ha llegado recientemente con El silencio antes de Bach, con la que rompi¨® 17 a?os de silencio cinematogr¨¢fico. Su ¨¦xito en salas ha alentado ahora el estreno de Vampir-Cuadecuc y tambi¨¦n la reposici¨®n, hace algunas semanas, de Pont de Vars¨°via . Todo ello ha tenido el efecto de estimular creativamente a Portabella, que ya est¨¢ d¨¢ndole vueltas a una nueva pel¨ªcula. Mientras, se afana en la puesta a punto de su filmograf¨ªa completa, que se editar¨¢ en DVD antes de Navidad.