Schuster: "Sigo contando con Robinho"
C¨¦sped nuevo, locutor nuevo, pero viejas costumbres. El Madrid volvi¨® a pisar el Bernab¨¦u y a demostrar que tiene car¨¢cter, fuerza y fe, la que le hizo ganar con dos jugadores menos. De momento, a falta de esos refuerzos que Bernd Schuster lleva pidiendo desde hace dos a?os, tira de eso.
Robben, al que Schuster casi mata a abrazos, dice que la garra del Madrid es fruto del trabajo. "La segunda parte ha sido fenomenal. Marcamos goles con diez y nueve jugadores... Parec¨ªa que todo daba igual. Y es as¨ª: no pasa nada porque somos el Madrid y sabemos trabajar duro. La calidad hace el resto", explic¨® el holand¨¦s. Para el t¨¦cnico, todo viene de lejos, del curso pasado: "Un equipo tiene que tener una mentalidad y nosotros llevamos desde la temporada anterior demostrando que la tenemos. Me esperaba esa reacci¨®n positiva. Todos los jugadores han seguido creyendo que se pod¨ªa ir a por el partido".
La victoria, seg¨²n Schuster, fue por la voluntad y el atrevimiento t¨¢ctico. "Nunca hab¨ªa vivido esto. Ni como entrenador ni como jugador. Pero s¨¦ que para aprovecharse de la ventaja num¨¦rica hay que tener virtud. Algunos equipos no la tienen. Y el Valencia no la tuvo", matiz¨®.
Antes de marcharse, Schuster aclar¨® la situaci¨®n de Robinho, que ha declarado p¨²blicamente su deseo de irse del Madrid al Chelsea, y mand¨® un recado al presidente, Ram¨®n Calder¨®n. "Fui yo quien decidi¨® no poner a Robinho. Es un caso incomodo, pero espero que se resuelva porque yo sigo contando con ¨¦l y quiero que forme parte de este proyecto. Le convoqu¨¦ porque nunca se sabe lo que va a pasar y quer¨ªa que estuviera cerca del grupo".
Schuster no se resigna a quedarse sin Robinho igual que no va a cerrar los ojos ante la victoria. "La base del equipo es buena, pero vamos a ver si se puede fichar a alguien. Al Madrid siempre le cuesta m¨¢s que a otros", se despidi¨®.
Robinho sufri¨® por la ma?ana sonoros pitos e insultos por parte de aficionados en el propio estadio antes de subirse al autocar con sus compa?eros y luego a la llegada al hotel de la concentraci¨®n. La tercera pitada fue por la noche, cuando el locutor core¨® su nombre en los preliminares del encuentro. El delantero tom¨® precauciones para pasar inadvertido. No sali¨® a calentar con los suplentes y fue el ¨²ltimo en sentarse en el banquillo. Lo hizo cuando los dos equipos ya se estaban saludando en el centro del campo. Pero una avalancha de fot¨®grafos se fue hacia ¨¦l.
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