Volley pol¨ªtico
"Me embarg¨® una especie de sed insaciable de novedad, de cambio de lugares, de impresiones generales, sint¨¦ticas, panor¨¢micas, en perspectiva" escribe Dostoievski en sus Notas de invierno sobre impresiones de verano. Y, aunque en aquella ¨¦poca no estaba tan socialmente extendido el veraneo, esta frase parece contener el deseo humano b¨¢sico o el instinto b¨¢sico de las vacaciones estivales: novedad, cambio de escenario y, sobre todo, impresiones ensanchadas, despegadas de las perspectivas y apegos habituales, liberadas del ¨¢ngulo nuestro de cada d¨ªa (que es a menudo un rinc¨®n). ?se es el pedir, pero luego viene el verano con su propia oferta. Y en Euskadi la propuesta pol¨ªtico-estival de este a?o no est¨¢ resultando particularmente generosa ni en novedades ni en cambio de escenarios ni, desde luego, en anchura de perspectivas. Nuestros gobernantes siguen mirando la realidad vasca como a trav¨¦s de un tubo y reduciendo por ello su visi¨®n, y nuestra imagen, a un circulito estrecho donde no cabe nada m¨¢s que la consulta, es decir, un espacio m¨ªnimo de donde se sale o queda excluido todo lo dem¨¢s: no s¨®lo las preocupaciones reales, y m¨¢s acuciantes que nunca, de los vascos, sino los principios del edificio democr¨¢tico, esa otra forma de Estado de bienestar que para la ciudadan¨ªa representa el respeto de sus dirigentes por la legalidad y las reglas del juego.
Nuestros gobernantes siguen mirando la realidad vasca como a trav¨¦s de un tubo
En fin, que el debate p¨²blico vasco nos est¨¢ alimentando el verano con el men¨² de siempre, con el mismo men¨² que desde hace a?os (?o son siglos?) es el de todos los d¨ªas. La ¨²nica novedad que aprecio es una cierta relajaci¨®n en el tono de los intercambios tripartitos. Un reblandecimiento: las r¨¦plicas de EA (sus llamadas a la desobediencia civil o al no acatamiento de una eventual decisi¨®n del Tribunal Constitucional contraria a la consulta de Ibarretxe), las contrarr¨¦plicas de la direcci¨®n del PNV, las manifestaciones en ausencias o impl¨ªcitos del lehendakari, el coro (como de tragedia griega) de EB, todo ello se representa deshilvanadamente, en inercias y enunciados clonados, como con desgana. Y a m¨ª me da, veraniegamente, por pensar que ese reblandecimiento es producto del aburrimiento. Que el inmenso tedio que a una gran parte de la ciudadan¨ªa vasca le inspiran las obsesiones tripartitas est¨¢ empezando a contagi¨¢rseles tambi¨¦n a los propios integrantes del Gobierno de Lakua, a los propios protagonistas de ese eterno y monotem¨¢tico follet¨ªn. El verano pasado, el lehendakari afirm¨® que la sociedad vasca estaba "cansada de todos nosotros, de m¨ª tambi¨¦n". Pues este verano son ellos los que parecen estar cansados de s¨ª mismos, aburridos de su mismo cantar.
Y que se van pasando la pelota del s¨ª vamos o el no vamos a acatar la decisi¨®n del Tribunal Constitucional, y del s¨ª vamos a acatarla, pero no vamos a quedarnos quietos, y del s¨ª vamos, pero tambi¨¦n vamos a acudir a instancias europeas; se van pasando esa pelota aburridamente, como en un partido amateur de volley-playa: palmada aqu¨ª, pase atr¨¢s, saltito, palmada all¨¢. Sin fundamento. Lo malo es que los suelos pol¨ªticos nunca son, ni siquiera en verano, de arena. Que en pol¨ªtica lo que cae, por lo menos para el ciudadano vasco, cae en duro. En una cruda y dura realidad que no necesita ser consultada, sino tomada en cuenta, de una vez, y atendida.
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