"No puedo volver a casa. All¨ª ser¨¦ consciente de que ella se ha ido"
El cansancio y la desesperaci¨®n cunden entre los familiares de los fallecidos
Exhaustos y cada vez m¨¢s hartos. Desesperados. El abatimiento se ha instalado entre muchos de los familiares de los fallecidos en el accidente del vuelo JK5052. Han pasado seis d¨ªas desde la tragedia y no todos han recuperado los cuerpos de sus seres queridos. El hotel en el que se alojan, sobre el que planea una nube de tristeza, est¨¢ cada vez m¨¢s vac¨ªo. Algunos han decidido regresar a sus casas a esperar la llamada que les avisar¨¢ de la identificaci¨®n de su ser querido. El resto, sigue caminando sin rumbo por el hall del hotel, aferrado al tel¨¦fono m¨®vil y con la mirada acuosa. De momento, s¨®lo 98 de los 154 cuerpos han sido identificados.
La mayor¨ªa de los familiares ni siquiera quiere escuchar ya las palabras de los responsables de la aerol¨ªnea, que siguen acudiendo a su cita con los afectados para tratar de despejar sus dudas sobre el siniestro. Las familias s¨®lo quieren retomar su vida normal. Aun as¨ª, tienen miedo. El hueco que dejan las ausencias se notar¨¢. "No puedo volver a casa. All¨ª ser¨¦ consciente de que ella se ha ido", dice a un amigo un hombre de unos 35 a?os que ha perdido a su pareja. Lleva en el hotel Audit¨®rium desde el mi¨¦rcoles. "Este sitio no lo vuelvo a pisar mientras viva", intenta bromear. Lleva ya cuatro caf¨¦s y muchos, muchos cigarros. Probablemente piensa en los supervivientes. Ayer, Roberto, de seis a?os, sali¨® del hospital. Es el primero en ser dado de alta. Su hermana de 16 muri¨® en el accidente.
El primero de los supervivientes sali¨® ayer del hospital. Es un ni?o de seis a?os
La sala donde se re¨²nen las familias est¨¢ casi vac¨ªa. Apenas 50 personas aguardan a Spanair. El director de Recursos Humanos, H¨¦ctor Sandoval, y el subdirector de la aerol¨ªnea, Javier Mendoza, llegaron ayer acompa?ados de Gonzalo Gregori, subdirector de instrucci¨®n. ?ste ¨²ltimo les explica por qu¨¦ un avi¨®n id¨¦ntico al del accidente tuvo que aterrizar de emergencia el domingo en M¨¢laga: "Fue una maniobra por precauci¨®n debida a un problema t¨¦cnico". Las familias casi no escuchan. Abren mucho los ojos, aprietan los pu?os. "?Cu¨¢ndo y c¨®mo podremos recuperar los equipajes de nuestros familiares?", pregunta un hombre de unos 60 a?os. Las ojeras se le marcan en el rostro, moreno del sol de las islas. Todos quieren saber lo mismo. "S¨ª, a ver cuando nos dan las maletas... Va a ser un palo", suspira una mujer vestida de negro. "Necesitamos recuperar algo de ellos", dice su acompa?ante.
Spanair ha contratado a una compa?¨ªa especializada en recuperar estos enseres en cat¨¢strofes como la de Barajas. Ser¨¢ la Guardia Civil quien se los entregue a las familias. Maletas probablemente llenas de los regalos t¨ªpicos del final de un viaje o de ropa que un d¨ªa estuvo limpia y preparada para las vacaciones. "Esa compa?¨ªa trata estos enseres para que se puedan entregar y que no sean peligrosos para la salud", dice Sandoval. Habla de restos del incendio, de queroseno y de "otras cosas".
En el Hotel Audit¨®rium hay ya casi el mismo n¨²mero de voluntarios que de familiares. Pero el hotel no est¨¢ vac¨ªo. Otros viajeros, turistas o visitantes de alguno de los congresos que se celebra all¨ª, se encogen y tratan de adivinar en el rostro de los que pasean la huella de la tristeza. Antonio ya ha dejado lejos el Audit¨®rium, los muchos caf¨¦s y los paseos por sus m¨¢rmoles y alfombras. "Ya estoy en casa. Estamos con las ni?as. Nos llamaron anoche", cuenta sollozando por tel¨¦fono desde Las Palmas de Gran Canaria. Acaba de bajar del avi¨®n. Sus dos hijas, Siomara y Abenauara, y su nieto de 11 meses descansan ya en sus peque?os ata¨²des en la isla que los vio nacer.
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