La basura nos desborda. ?La quemamos?

Ya no cabe tanta basura. Bolsa a bolsa, los espa?oles producimos unos 25 millones de toneladas de residuos cada a?o (kilo y medio por persona y d¨ªa), y esos desechos no se evaporan: hay que meterlos en alg¨²n sitio. Con unos porcentajes de reciclaje que ni siquiera llegan al 10%, la soluci¨®n (pestilente y t¨®xica) durante d¨¦cadas han sido los vertederos urbanos. Pero ¨¦stos han empezado a colapsarse. Las alertas han saltado y algunas administraciones auton¨®micas apuntan un nuevo rumbo: la incineraci¨®n de residuos, hasta ahora con presencia discreta -y aun as¨ª, muy pol¨¦mica- en Espa?a.

Los ecologistas ponen el grito en el cielo. El Ministerio de Medio Ambiente calla: ya no es competencia suya sino de las comunidades aut¨®nomas. Y la UE apuesta, por primera vez, por la incineraci¨®n porque es una fuente de energ¨ªa: una reciente directiva -a¨²n sin ratificar- da rango energ¨¦tico a las incineradoras y establece que el vertedero debe ser la ¨²ltima soluci¨®n.

"El tema de los residuos en Espa?a est¨¢ descontrolado. El Ministerio de Medio Ambiente ni siquiera centraliza la informaci¨®n. Y son las grandes empresas las que se han hecho con el negocio de hacer desaparecer la basura: por eso optan por incineradoras, no por tratamientos espec¨ªficos para reciclar", afirma Sara del R¨ªo, de Greenpeace. Para ella, "el problema es de partida: en Espa?a, el 90% de los residuos van a vertedero o incineradora, no hay apoyo al reciclaje". "Y as¨ª nos va. Tratar la basura en origen es lo ¨²nico que solucionar¨ªa el problema. Los espa?oles generan cada a?o un 5% de residuos m¨¢s que el anterior, mientras que el reciclaje lleva una d¨¦cada estancado por debajo del 10%; as¨ª, en 2008 nos encontramos con los vertederos colapsados. ?Normal!".

La incineraci¨®n es a¨²n una opci¨®n minoritaria en Espa?a: de los 22 millones de toneladas de basura que se generaron en 2004 (todas las fuentes consultadas elevan ya esa cifra a 25 millones en 2007), apenas el 7% fue quemado en incineradoras. Otro 30%, seg¨²n el Ministerio de Medio Ambiente, se convirti¨® en abono, pero las organizaciones ecologistas aseguran que es una cifra exagerada. La mayor¨ªa, en cualquier caso, va a alguno de los 120 grandes vertederos del pa¨ªs (hay otros menores o no controlados). Y al menos 15 de ellos est¨¢n funcionando al borde del colapso, sobre todo en Valencia, Canarias y Galicia.

Las incineradoras, por su parte, se cuentan con los dedos de las manos: cuatro en Catalu?a, una en Madrid, otra cerca de Bilbao, una m¨¢s en A Coru?a, una en Palma de Mallorca y una ¨²ltima en Melilla. Tambi¨¦n hay una planta en Canarias, aunque con muy escasa actividad. Y la intenci¨®n es aumentar considerablemente la cifra. "En Europa, de media, el 28% de los residuos son incinerados. Dinamarca llega al 60%; en Espa?a no pasamos del 7%. Por eso queremos construir entre 14 y 17 nuevas plantas en la pr¨®xima d¨¦cada, para llegar al menos al 20% de la basura generada", cuenta Alfonso Ma¨ªllo, asesor t¨¦cnico de la Asociaci¨®n Espa?ola de Valorizaci¨®n Energ¨¦tica de los Residuos S¨®lidos Urbanos (Aeversu), que agrupa a las principales empresas del sector.

De acuerdo todo el mundo en que el vertedero no es la soluci¨®n -emite metano a la atm¨®sfera, adem¨¢s de que ya no hay suelo libre disponible- y en que nadie lo quiere cerca de casa, ?qu¨¦ tiene de malo quemar la basura en incineradoras, si adem¨¢s eso genera energ¨ªa? Mucho, responden las organizaciones ecologistas.

"La incineraci¨®n es, sin duda, la peor opci¨®n para tratar los residuos", sentencia Leticia Baselga, de Ecologistas en Acci¨®n. Y ofrece cuatro razones: "Primero, porque es la soluci¨®n m¨¢s cara; segundo, porque, en contra de lo que se dice, no es una alternativa al vertedero: el 30% de la basura que entra se convierte en cenizas t¨®xicas que luego hay que llevar a vertederos especiales; tercero, porque, a pesar de todos los avances tecnol¨®gicos, sigue emitiendo a la atm¨®sfera part¨ªculas contaminantes; y cuarto, porque desincentiva el reciclaje: las empresas incineradoras esperan de los ayuntamientos que les manden cuanta m¨¢s basura mejor, porque ¨¦se es su negocio".

"En realidad, entre tirar la basura a un vertedero y quemarla en una incineradora no hay gran diferencia. Son soluciones finalistas: una vez que nos desborda la basura, lo resolvemos as¨ª, buscando d¨®nde meterla", a?ade la responsable de Greenpeace. "?se es el problema: apostar por soluciones finalistas. Lo que hay que evitar es que se genere ese volumen de residuos tan alto, con programas de concienciaci¨®n ciudadana y mucha m¨¢s inversi¨®n para la red de reciclaje. Poner dinero en ese trabajo previo, no en construir plantas ni vertederos".

Adem¨¢s del efecto disuasorio frente al reciclaje, est¨¢ la cuesti¨®n de las emisiones contaminantes. Los ecologistas admiten que se ha avanzado mucho desde los a?os ochenta y noventa, cuando salt¨® la alarma por los humos t¨®xicos de las incineradoras. Los filtros ahora son mayores. "Pero son m¨¢s de 200 sustancias las que una planta de incineraci¨®n emite a la atm¨®sfera. Y controladas no est¨¢n m¨¢s de 20", asegura Sara del R¨ªo. Baselga abunda en ello: "No hay filtros para los furanos. Y eso no s¨®lo contamina el aire, sino toda la cadena alimentaria. Hay empresas de alimentaci¨®n que, en los contratos con sus suministradores de materia prima, obligan a que las verduras sean de campos donde no haya una incineradora cerca. La industria sabe que el problema existe".

Argumentos que niegan tajantemente no s¨®lo el lobby de las incineradoras sino tambi¨¦n el Instituto para la Sostenibilidad de los Recursos (ISR), una fundaci¨®n privada que lleva 15 a?os asesorando a administraciones y empresas. "En su d¨ªa se fijaron unos l¨ªmites de emisiones, lo que hay que hacer es vigilar que se cumplan esos l¨ªmites. Y en Europa se cumplen. No hay riesgos. Pero, sobre todo, no hay ninguna duda de que el vertedero es mucho m¨¢s contaminante que la incineradora: el 4% de los gases de efecto invernadero proviene de la gesti¨®n de residuos; y, de ¨¦sos, el 90% es de los vertederos", explica Carlos Mart¨ªnez Orgado, ingeniero industrial y director del ISR.

Mart¨ªnez Orgado sostiene, por otra parte, que ¨¦ste de las incineradoras "no es un asunto opinable". "La ¨²ltima directiva de gesti¨®n de residuos, aprobada por el Parlamento Europeo el pasado junio aunque a¨²n no publicada, obliga a dejar el vertedero como ¨²ltima soluci¨®n de gesti¨®n de la basura. El objetivo es que en 2020 los residuos sean o reciclados o convertidos en abono o eliminados obteniendo energ¨ªa. Las incineradoras resuelven eso: queman la basura y generan energ¨ªa. Es una f¨®rmula que la sociedad necesita, m¨¢s ahora que se buscan fuentes de energ¨ªa alternativas", insiste el ingeniero. Aunque concede que los ecologistas llevan raz¨®n en algo: "No debemos sobredimensionar las plantas de incineraci¨®n por puro negocio. Hay que combinar esta opci¨®n con una apuesta por el reciclaje".

La directiva a la que se refiere Mart¨ªnez Orgado ha irritado a los ecologistas. "Por primera vez, Europa cataloga las incineradoras como elementos de aprovechamiento energ¨¦tico, no de eliminaci¨®n de basura. Se olvidan de que incinerar desincentiva el reciclaje, que es la aut¨¦ntica manera de ahorrar energ¨ªa", protesta la responsable de Greenpeace.

"Nada m¨¢s lejos de la realidad", responde Alfonso Ma¨ªllo, asesor de las empresas de incineraci¨®n. "Los pa¨ªses que m¨¢s reciclan de Europa -Alemania, Francia, Dinamarca, Holanda, Suecia- son tambi¨¦n los que m¨¢s porcentaje de basura incineran, y los que menos recurren al vertedero. Justo al rev¨¦s que Espa?a". Ma¨ªllo reconoce que "lo peligroso de las incineradoras son las cenizas volantes que se generan en la combusti¨®n, las pavesas, y los productos que se usan para neutralizar el cloro y el azufre". "Eso s¨ª es t¨®xico, efectivamente", admite, pero, seg¨²n ¨¦l, "s¨®lo representa un 4% de la basura que entra". "Y eso se entierra a los tres d¨ªas en vertederos especiales, guardado en sacos de doble capa".

"Las incineradoras tienen los l¨ªmites m¨¢s estrictos que hay en Espa?a sobre emisi¨®n de contaminantes. Si te pasas de ese l¨ªmite, se para la planta. ?Si le aplicasen a todas las industrias los l¨ªmites de emisi¨®n que nos aplican a nosotros...! Las dioxinas que se emiten proceden de 28 fuentes distintas: industrias, tabaco, tr¨¢fico, incendios... Y s¨®lo el 0,001% es responsabilidad de las plantas de incineraci¨®n", asegura.

Ma¨ªllo no cuantifica el negocio de la quema de basuras, aunque da un dato: "Las administraciones pagan unos 60 euros por tonelada tratada". Las diez plantas que hay queman dos millones de toneladas al a?o: ser¨ªan 120 millones de euros anuales a repartir entre todas (y cada una tiene la concesi¨®n de la planta durante 25 o 30 a?os). A eso habr¨ªa que sumar lo que ingresan vendiendo la energ¨ªa que producen y los materiales residuales que venden a las cementeras.

Los "entre 14 y 17" proyectos para nuevas incineradoras que apuntaba el asesor de Aeversu han empezado a ponerse sobre la mesa y a generar los primeros rechazos: en Valencia, el avance del Plan Integral de Residuos del PP propone "como m¨ªnimo" tres incineradoras (no tiene ninguna), y ya se han manifestado en contra los ecologistas, el Bloc, IU y, m¨¢s t¨ªmidamente, el PSOE. Unos y otros adivinan tras las incineradoras adjudicaciones millonarias, sospechan que se quemar¨¢ basura de otras comunidades y consideran la incineraci¨®n una huida hacia adelante ante el colapso de tres de sus ocho vertederos.

El Pa¨ªs Vasco est¨¢ en tr¨¢mites para levantar su segunda incineradora, en Zubieta (San Sebasti¨¢n), dada la situaci¨®n l¨ªmite en la que est¨¢ el vertedero de San Marcos. La primera, abierta en 2004 en Bilbao, levant¨® tanta pol¨¦mica -IU-EB y los ecologistas presentaron cuatro demandas judiciales- que, pese a su importancia y la elevada inversi¨®n que supuso, no se celebr¨® el menor acto de inauguraci¨®n y sus responsables no han ofrecido una rueda de prensa en cuatro a?os. Trata 220.000 toneladas de basura anuales, procedentes de m¨¢s de un centenar de municipios.

En Andaluc¨ªa, el debate sobre las incineradoras se zanj¨® en 2005 con el triunfo de los grupos que se opon¨ªan a estas plantas, y la Junta asegura que opt¨® por el reciclaje. Pero el porcentaje de residuos reciclados es similar al del resto del pa¨ªs: apenas el 6%.

Catalu?a tiene m¨¢s incineradoras que nadie, pero ha ido reduci¨¦ndolas: hace diez a?os sumaba nueve, le quedan cuatro. Puso freno a esa f¨®rmula tras el esc¨¢ndalo de la planta de Montcada (Barcelona), que alcanz¨® cifras r¨¦cord de contaminaci¨®n en los a?os noventa. Y en Galicia, la paradoja es ¨¦sta: su incineradora, sita en Cerceda, tiene capacidad para digerir como combustible medio mill¨®n de toneladas al a?o, pero recibe el doble de basura; la mitad sobrante se ha ido depositando en un vertedero pr¨®ximo, Areosa.

En Madrid, por ¨²ltimo, le ha salido competidor a la mastod¨®ntica planta de Valdeming¨®mez: el Ayuntamiento de Alcal¨¢ de Henares ha adjudicado a FCC una incineradora de ¨²ltima generaci¨®n en una zona de especial protecci¨®n de aves. El municipio alega que el "inter¨¦s general" prima sobre el medio ambiente.

Con informaci¨®n de Sara Velert, Alberto Uriona, Lidia Jim¨¦nez, Ferran Balsells, Primitivo Carbajo y Amaya Izquierdo.