Olmert busca un acuerdo con Abbas a la desesperada
El primer ministro israel¨ª ofrece una soluci¨®n aplazada para Jerusal¨¦n
A menos de tres semanas de su prometida dimisi¨®n, al primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert, le han entrado las prisas. El gobernante hebreo pretende forzar al presidente palestino, Mahmud Abbas, a firmar un acuerdo de principios que allane el camino para resolver el conflicto que se prolonga desde hace d¨¦cadas.
Seguramente por ello, el dirigente israel¨ª ha planteado la participaci¨®n internacional para resolver el espinoso asunto de Jerusal¨¦n, una propuesta sin precedentes. Eso s¨ª, aplazando la negociaci¨®n sustantiva sobre la ciudad santa para los pr¨®ximos cinco a?os y ci?endo la funci¨®n de pa¨ªses y organismos extranjeros al mero asesoramiento.
Olmert y Abbas se reunieron ayer, probablemente por ¨²ltima vez. "Tenemos que concluir el proceso de Annapolis antes de fin de a?o", se?al¨® Olmert tras la reuni¨®n con el dirigente palestino. Es su ¨²ltimo clavo ardiendo para tratar de salvar un mandato manchado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y por la p¨¦sima gesti¨®n de la guerra contra el movimiento islamista liban¨¦s Hezbol¨¢ en el verano de 2006. Sin logro alguno rese?able, los analistas califican el legado de Olmert de mediocre en el mejor de los casos.
Su proyecto tropieza, sin embargo, con los avatares de la pol¨ªtica interna israel¨ª. Las elecciones primarias en Kadima -el partido de Olmert, fundado por Ariel Sharon- se celebrar¨¢n el 17 de septiembre, y de esos comicios surgir¨¢ un nuevo liderazgo que intentar¨¢ formar Gobierno, lo que permitir¨ªa al primer ministro permanecer en funciones en el cargo durante varias semanas, o algunos meses si fuera necesario convocar a las urnas. Las apuestas apuntan a que la actual ministra de Exteriores, Tzipi Livni, relevar¨¢ al primer ministro.
Y Livni, reacia a numerosas iniciativas de su jefe, no esconde que tiene su propio camino. "No podemos permitir que las restricciones de tiempo nos hagan correr y cometer graves errores para salvar unas diferencias tan grandes... Y tampoco podemos comprometernos sobre los asuntos sustanciales s¨®lo para presentar resultados. No es as¨ª c¨®mo manejo las negociaciones", coment¨® tajante.
La misi¨®n de Olmert se antoja cicl¨®pea. Al margen de la oposici¨®n interna, para Abbas resulta dif¨ªcilmente aceptable cualquier acuerdo que no contemple compromisos firmes sobre las cuestiones cruciales del conflicto: fronteras, refugiados y Jerusal¨¦n. Si firmara un documento pleno de vaguedades y simples promesas, su posici¨®n ante el electorado palestino, a cuatro meses de los comicios presidenciales, quedar¨ªa seriamente debilitada. El jefe del Gobierno israel¨ª tampoco se lo ha puesto f¨¢cil. Aunque hizo de la evacuaci¨®n de asentamientos de Cisjordania el eje de su campa?a electoral de 2006, ha permitido una desmesurada expansi¨®n de las colonias jud¨ªas en el territorio ocupado. Los lamentos de Abbas nunca han sido atendidos.
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