S¨¢hara sin salida
Los enviados de la ONU van cayendo mientras el conflicto se estanca cada vez m¨¢s
Uno tras otro, los enviados personales para el S¨¢hara Occidental del secretario general de la ONU van cayendo y el conflicto de la ex colonia espa?ola, que empez¨® hace 33 a?os, se eterniza. El ¨²ltimo en tirar la toalla ha sido el diplom¨¢tico Peter van Walsum, que anunci¨® con alivio, el jueves en EL PA?S, que Ban Ki-moon hab¨ªa decidido prescindir de ¨¦l. Con su salida, el proceso de paz iniciado hace m¨¢s de un a?o en Nueva York queda a¨²n m¨¢s estancado.
Su predecesor, James Baker, dimiti¨® hace cuatro a?os tras la negativa de Marruecos de poner en pr¨¢ctica su plan para el S¨¢hara pese a haber sido aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad. Rabat rechaza la celebraci¨®n de un referendo que contemple la independencia. Su sucesor se marcha ahora tras ser estigmatizado por el Frente Polisario por instarle a negociar la oferta de Marruecos de conceder una autonom¨ªa al territorio.
Walsum pone el dedo en la llaga. Pese a ser tachado de promarroqu¨ª, deja claro que la legalidad internacional est¨¢ del lado del Polisario, pero, como el Consejo de Seguridad no est¨¢ dispuesto a echar mano del cap¨ªtulo 7 (posible uso de la fuerza) para impon¨¦rsela a Marruecos, el conflicto no tiene soluci¨®n. A menos que el movimiento saharaui se avenga a discutir de una f¨®rmula que no sea la total independencia.
La amarga constataci¨®n de Van Walsum pone de relieve las debilidades de la ONU y hace prever que el conflicto ser¨¢ a¨²n largo. A falta de poder resolverlo, la comunidad internacional, con la ex potencia colonial a la cabeza, debe centrarse de inmediato en aliviar algunos efectos colaterales. Hay que presionar a Argelia para que acepte abrir esa larga frontera con Marruecos que mantiene cerrada desde hace 14 a?os. Hay que presionar a Marruecos para que acabe con los juicios arbitrarios y la tortura que sus fuerzas de seguridad practican a diario en el S¨¢hara. No es razonable que Espa?a y Francia, las dos potencias europeas que llevan la voz cantante sobre el Magreb, hagan la vista gorda ante esas sistem¨¢ticas violaciones de los derechos humanos por parte de un pa¨ªs tan mimado por Europa.
Acaso la primera medida deber¨ªa consistir en luchar por otorgar a la Minurso, esa fuerza de la ONU desplegada en el S¨¢hara para organizar un referendo y vigilar el alto el fuego, nuevas competencias para que haga respetar los maltrechos derechos humanos.
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