El hast¨ªo sale car¨ªsimo
Marco M¨¹ller renueva su cargo de director de un certamen agonizante
Si el viajero que llega al aeropuerto de Venecia decide coger un taxi acu¨¢tico que le traslade en 20 minutos a la isla del Lido, sede de la Mostra, le cobrar¨¢n la m¨®dica cantidad de 100 euros. Otros 100 por alquilar una bicicleta durante los 11 d¨ªas que dura el festival. La bajada de bandera de los taxis de tierra es de 5 euros y 10 c¨¦ntimos. Una raci¨®n de pollo al curry en el m¨ªtico Harry?s Bar de Venecia cuesta 60 euros, y 18 una cerveza en la terraza del tambi¨¦n legendario caf¨¦ Florian que est¨¢ en la plaza de San Marcos.
Evidentemente, existen otras muchas opciones para mont¨¢rselo en una ciudad en la que hasta respirar cuesta dinero. A saber: pillar el vaporetto com¨²n, no alquilar bici, ir a pie o en autob¨²s, alimentarse de bocadillos y de trozos de pizza. Pero existe algo de lo que forzosamente no puede prescindir el asistente a la Mostra, y es de la necesidad de un techo para pasar las noches, ducharse, dejar la ropa. Las surrealistas tres estrellas de los hoteles del Lido, imagino que impuestas por el exclusivo capricho de sus due?os y no en funci¨®n de los servicios y el bienestar que ofrecen, imponen el abusivo precio durante el festival de entre 250 y 280 euros diarios por habitaci¨®n, hospedaje por el que en Espa?a no se pagar¨ªan m¨¢s de 50 euros.
Por supuesto, esos hoteles los est¨¢n pagando las empresas de los medios de comunicaci¨®n de medio mundo presentes en la Mostra. Tambi¨¦n el viaje, las dietas y las facturas de sus trabajadores. Y sospecho que no lo hacen por altruismo, para pagarle unas vacaciones cin¨¦filas a los currantes, sino para la l¨®gica amortizaci¨®n de ese desembolso, para llenar los peri¨®dicos, radios y televisiones con noticias, cr¨®nicas y entrevistas sabrosas, con personajes y pel¨ªculas que merezcan el inter¨¦s de su p¨²blico.
Pues bien, la noticia m¨¢s relevante que destacaban todos estos medios el domingo sobre lo que hab¨ªa ocurrido en el festival es que Carlos Saura hab¨ªa exhibido cinco minutos de su adaptaci¨®n al cine de la ¨®pera Don Giovanni. El notici¨®n del lunes era que la excelente actriz Natalie Portman hab¨ªa presentado aqu¨ª el primer cortometraje que ha dirigido. Imag¨ªnense c¨®mo est¨¢ el patio cuando hechos tan nimios tienen que alcanzar obligatoriamente el protagonismo.
En cuanto a las pel¨ªculas de la secci¨®n oficial, que es de lo que yo me ocupo, la sensaci¨®n est¨¢ entre lo catastr¨®fico y lo grotesco. En veintitantos a?os que llevo dando vueltas por los festivales de cine m¨¢s trascendentes, jam¨¢s me he encontrado (con la excepci¨®n de un a?o de San Sebasti¨¢n en la infausta ¨¦poca en el que lo dirig¨ªa Rudy Barnet) con un desastre semejante al de esta imborrable Mostra. Es absurdo que les hable durante 11 d¨ªas de mediocridades o nader¨ªas, de pel¨ªculas que en el 90% de los casos nunca se van a exhibir comercialmente en Espa?a, que ni el distribuidor m¨¢s audaz se atrever¨ªa a comprar ya que su suicida exhibici¨®n durar¨ªa un par de d¨ªas, suponiendo que algunos espectadores incautos picaran en el anzuelo de las cr¨ªticas laudatorias de los tarados o esnobs con disfraz de vanguardistas.
El responsable de esta intolerable programaci¨®n se llama Marco M¨¹ller. Me cuentan que le han renovado su contrato para seguir dirigiendo la agonizante Mostra. Ante semejante disparate, ya no me puedo escandalizar de que Silvio Berlusconi siga ganando las elecciones en Italia.
Y me voy corriendo a ver la segunda pel¨ªcula japonesa de dibujos animados que est¨¢ a concurso. No me queda espacio para describir lo que nos tragamos ayer, las pel¨ªculas del alem¨¢n Werner Schroeter, el ruso Alexsei German Jr. y el et¨ªope Haile Gerima, aunque la del ¨²ltimo era m¨¢s que tolerable. ?A que les suena much¨ªsimo el ilustre nombre de estos directores? ?A que tienen una enorme ansiedad por acceder a sus ¨²ltimas y fascinantes criaturas? Si no hay m¨¢s remedio, se lo contar¨¦ ma?ana.
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