Jaque mate al aburrimiento

"Ay, pues no s¨¦ qu¨¦ decirte. Est¨¢ muy bien eso de ver tan de cerca c¨®mo juegan, pero a m¨ª se me hace raro. Me siento como una vez que fui con mi marido al zoo de Barcelona a ver a Copito de Nieve: todos le mir¨¢bamos y ¨¦l pasaba de nosotros".

Los maestros toman caf¨¦, pasean y se asoman curiosos a las otras partidas

El revuelo de p¨²blico, autoridades, jugadores y periodistas que se form¨® en torno a una inmensa carpa ha atra¨ªdo a Conchi, de compras por el Casco Viejo, hasta la Plaza Nueva de Bilbao, ocupada por una inmensa urna cuadrada de 8 metros de lado -64 metros cuadrados, tantos como escaques tiene un tablero-, 4 de alto y 15 toneladas. En su interior, aislados del exterior por dos inmensas l¨¢minas de metacrilato, se lanzan dentelladas mentales seis de los ocho mejores jugadores del mundo, entre ellos los tres primeros del ranking, el indio Viswanathan Anand, el ucranio Vasili Ivanchuk y el noruego Magnus Carlsen, el Mozart del ajedrez, n¨²mero 3 con 17 a?os. "?ste es el mejor torneo de la historia, y no es una bilbainada", dice Nikola Lococo, fil¨®sofo y organizador. "Bilbao tiene un Elo de 22, cuando el torneo de Linares lleg¨® a 20 en sus mejores a?os", argumenta. El Elo es una escala que debe su nombre a quien la ide¨®, un f¨ªsico estadounidense de origen h¨²ngaro, a mediados del siglo pasado.

La propuesta del torneo bilba¨ªno es tan ambiciosa como innovadora. "Queremos sacar el ajedrez de su ambiente monacal e introducirlo en los caf¨¦s-teatro", explica Leontxo Garc¨ªa, periodista, eminencia en la materia y miembro de la organizaci¨®n. "Aspiramos a que gente que desconoce totalmente el ajedrez se acerque y disfrute de las partidas", a?ade. Ese prop¨®sito es el que convierte en ¨²nico al torneo de Bilbao. Para alcanzarlo, varios monitores muestran el desarrollo de las partidas mientras Garc¨ªa y Lococo explican a la audiencia t¨¢cticas, jugadas y variaciones. El p¨²blico, que puede sentarse en una mesa y pedir una consumici¨®n, es libre de plantearles preguntas. Ayer, los asistentes contaron con una analista de excepci¨®n, la h¨²ngara Susan Polgar, primera mujer en obtener el t¨ªtulo de Gran Maestro Internacional. "?sta es una gran idea porque el p¨²blico puede hablar, discutir y aplaudir durante la partida, y eso forma parte de la cultura del evento y la diversi¨®n", afirma Polgar.

Por vez primera, los jugadores compiten en una urna instalada en el exterior. Ayer se disputaron las seis primeras partidas, y los no iniciados descubrieron, entre asombrados y divertidos, los tics y man¨ªas de los grandes maestros: unos tomaban caf¨¦ entre movimiento y movimiento, otros bebidas isot¨®nicas; unos se levantaban tras mover ficha para pasear con el gesto contra¨ªdo y la mirada perdida, otros se acercaban a las mesas contiguas para comprobar las evoluciones de las otras partidas. Unos parec¨ªan distraerse con la fren¨¦tica actividad exterior, y casi todos trataban de aislar sus o¨ªdos con manos y dedos, pues al interior de la urna llegaba un hilillo de ruido, circunstancia extremadamente molesta para unos deportistas que requieren de una concentraci¨®n total y absoluta.