Mundo peligroso
La derecha cristiana tiene motivos para sentirse feliz. La pasada semana el candidato republicano, John McCain, estaba barajando la posibilidad de elegir un compa?ero de candidatura partidario de la libertad de aborto para captar el voto centrista y liberal que pudiera escap¨¢rsele a Obama, y ahora se encuentran con el regalo llegado de Alaska de la se?ora Sarah Palin, antiabortista radical que ha predicado con el ejemplo en dos ocasiones recientes: consigo misma, al dar a luz a un ni?o con s¨ªndrome de Down; y con su hija de 17 a?os, embarazada de cinco meses a la que ha animado a proseguir con el embarazo. Son numerosos los portavoces de los movimientos religiosos extremistas que han expresado su euforia, traducida tambi¨¦n en un aumento de las donaciones para la campa?a de McCain y en un mayor entusiasmo entre sus votantes ya convencidos, detectado por los sondeos de opini¨®n. Hay mucho de autoafirmaci¨®n en todo ello: las encuestas tambi¨¦n detectan por el contrario el despegue de la intenci¨®n de voto para Obama como resultado de una brillante convenci¨®n de unidad dem¨®crata y de una ca¨®tica y tempestuosa Convenci¨®n Republicana.
La victoria de McCain abrir¨ªa las puertas a la prohibici¨®n del aborto, m¨¢s de 35 a?os despu¨¦s
Son abundantes los detalles de la vida de la se?ora Palin que permiten poner en duda el m¨¦todo de selecci¨®n de la candidata a la vicepresidencia. No tan s¨®lo el anecdotario biogr¨¢fico m¨¢s conflictivo (es dudoso que la militancia juvenil de la gobernadora en un partido que propugna la independencia de Alaska case muy bien con el patriotismo a machamartillo de los conservadores). Su corta experiencia pol¨ªtica y su nula visi¨®n internacional son especialmente relevantes trat¨¢ndose de la persona destinada a sustituir al presidente en caso de fallecimiento, posibilidad nada remota a la vista de los 72 a?os ya cumplidos de McCain y sus enfermedades y achaques. (Las probabilidades de que fallezca dentro del primer mandato presidencial han sido ya objeto de truculentas evaluaciones por parte del diario digital Politico.com mediante tablas actuariales al uso por las compa?¨ªas de seguros: est¨¢n entre el 14,2% y el 15,1%). Tampoco dice mucho a favor de Sarah Palin -sobre todo desde la ¨®ptica moralizante de la derecha cristiana- su escasa eficacia a la hora de promover la abstinencia sexual entre los j¨®venes como alternativa a la contracepci¨®n, idea con la que hizo campa?a para gobernadora. Lo mismo cabe decir de su autoridad como madre, f¨¢cilmente trasladable a la vida pol¨ªtica. Adem¨¢s del contraste entre las ideas de la se?ora Palin y los comportamientos de sus hijos, hay una realidad estad¨ªstica todav¨ªa m¨¢s cruda: la mitad de las j¨®venes estadounidenses entre 15 y 19 a?os han mantenido relaciones sexuales, de las que anualmente 750.000 quedan embarazadas y 217.000 abortan.
Todas estas cuestiones, sin embargo, no hacen mella en el n¨²cleo conservador m¨¢s radicalizado contra el aborto, cuyos militantes est¨¢n dispuestos a pasar por alto los abundantes inconvenientes pol¨ªticos que acompa?an a sus preferencias morales. No les importa la sensaci¨®n de desgobierno y de falta de liderazgo de McCain, perjudicial para la venta de su imagen como comandante en jefe. Ni la neutralizaci¨®n del argumento acerca de la experiencia y la fiabilidad como comandante en jefe de Obama, pr¨¢cticamente inutilizado con esta candidata tan biso?a y con tan altas probabilidades de verse obligada a sustituir al titular. Ni el cambio del foco de atenci¨®n medi¨¢tica, centrada hasta ahora en las peleas entre los Clinton y los Obama y en el escrutinio de la biograf¨ªa del candidato dem¨®crata, y s¨²bitamente desplazado al ex¨®tico culebr¨®n ¨¢rtico de la se?ora Palin.
Bush les ha dicho a sus conciudadanos que McCain es el mejor candidato ante el mundo peligroso en el que vivimos. Pero su partido, en correspondencia con las turbulencias de un mundo donde Estados Unidos no puede ni sabe poner orden, se enroca en las profundidades de su identidad moral y religiosa, poni¨¦ndole las cosas m¨¢s dif¨ªciles al candidato. Como comandante en jefe, queda identificado directamente con la continuidad: no es la respuesta al mundo que viene, para contrarrestar el declive americano que Bush precipit¨®, sino un alargamiento cuatro a?os m¨¢s de ese mundo que est¨¢ en trance de desaparici¨®n. La elecci¨®n de Sarah Palin tambi¨¦n ofrece un mensaje sin confusi¨®n: con la misma tranquilidad la derecha cristiana le impondr¨¢ al senador, si llega a ser presidente, la elecci¨®n de jueces ultraconservadores para el Tribunal Supremo en cada ocasi¨®n en que se plantee la eventualidad. Si venciera McCain ver¨ªamos c¨®mo Estados Unidos prohib¨ªa el aborto, m¨¢s de 35 a?os despu¨¦s de la famosa e hist¨®rica sentencia Roe vs. Wade que lo reconoci¨®. Ser¨ªa un movimiento tect¨®nico que convertir¨ªa la actual fosa entre la Am¨¦rica liberal y la Am¨¦rica conservadora en una sima invencible y peligrosa. Tan peligrosa como el mundo.
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