Cerrojazo en origen

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, anunci¨® ayer de manera precipitada e imprecisa la eliminaci¨®n de la contrataci¨®n de trabajadores extranjeros en origen, reforzada durante la pasada legislatura como parte de un paquete para combatir la inmigraci¨®n clandestina. La contrataci¨®n en origen constitu¨ªa, junto con la ayuda al desarrollo y la cooperaci¨®n en la gesti¨®n de fronteras, el reverso de una pol¨ªtica que, en su otra vertiente, reforzaba los controles de entrada y aumentaba el ritmo de deportaci¨®n de los extranjeros sin permiso de residencia y trabajando en condiciones de ilegalidad.

Corbacho hizo estas declaraciones coincidiendo con la publicaci¨®n de unas preocupantes cifras de paro, que convierten a Espa?a en el pa¨ªs con la peor tasa de la UE. El momento escogido por el ministro no pod¨ªa ser m¨¢s inoportuno, puesto que invita a vincular las eventuales modificaciones de la contrataci¨®n en origen con la lucha contra el desempleo y, por tanto, a establecer una relaci¨®n directa entre inmigraci¨®n y paro, seg¨²n sostienen, en contra de toda evidencia contrastada, los grupos populistas y de ultraderecha favorables a la "preferencia nacional". Es de esperar que el Gobierno no ceda a la tentaci¨®n de utilizar el desempleo como coartada para endurecer la pol¨ªtica de inmigraci¨®n, un objetivo que parece perseguir de manera encubierta desde las elecciones de marzo.

Tras m¨¢s de una d¨¦cada de bonanza recibiendo trabajadores extranjeros, empezar por llamar la atenci¨®n sobre los empleos que ocupan o que podr¨ªan ocupar cuando llegan los momentos de dificultades es jugar con fuego. Puede que el Gobierno lo est¨¦ haciendo para cerrar el flanco a las cr¨ªticas del PP, que convirti¨® a la inmigraci¨®n en chivo expiatorio de problemas como la saturaci¨®n de los servicios. Pero los tiempos que se avecinan exigen responsabilidad. El cada vez m¨¢s necesario pacto en materia de inmigraci¨®n no ser¨¢ tan eficaz si, en vez de dirigirse contra los empleadores que los contratan ilegalmente, se centra en qu¨¦ hacer con los extranjeros que trabajan o pretenden trabajar en Espa?a. Si el PP desea alejarse de su imagen radical, tendr¨ªa que revisar la idea de inmigraci¨®n como chivo expiatorio. Y har¨ªa bien el Gobierno en caminar tambi¨¦n en esa direcci¨®n para favorecer el acuerdo, en lugar de buscarlo tanteando en direcci¨®n contraria.

La cifra de contratos en origen durante todo el a?o pasado fue sensiblemente menor que la de los empleos destruidos en el ¨²ltimo mes, lo cual demuestra la escasa relevancia de este mecanismo para la evoluci¨®n del mercado laboral. Por esta raz¨®n, los cambios anunciados por Corbacho responder¨ªan, de confirmarse, al deseo de hacer alg¨²n gesto demag¨®gico en direcci¨®n a los espa?oles que hayan ingresado en las listas del paro m¨¢s que a mejorar de manera significativa sus expectativas de trabajo. Y otro tanto cabr¨ªa decir sobre la posible modificaci¨®n de la lista de empleos a la que pueden acceder los extranjeros ante la imposibilidad de cubrirlos con espa?oles.

Puede que Corbacho haya hecho estos anuncios de manera irreflexiva, y, en ese caso, nada mejor que rectificar. Pero si son resultado de una decisi¨®n meditada, tendr¨¢ que explicar por qu¨¦ la ha adoptado sin contar con empresarios y sindicatos, despreciando un mecanismo de consenso que hasta ahora hab¨ªa dado buenos resultados. Espa?a ha adquirido adem¨¢s compromisos con terceros pa¨ªses para favorecer la contrataci¨®n en origen, y no parece conveniente desatenderlos; menos a¨²n a trav¨¦s de los m¨¦todos expeditivos por los que parece sentir una rara predilecci¨®n el titular de Trabajo.

No es momento de improvisaciones y bandazos en ninguna materia, pero menos que en ninguna, en inmigraci¨®n.