Angola aspira a cerrar las heridas de la guerra con la primera votaci¨®n en 16 a?os

La econom¨ªa angole?a creci¨® el a?o pasado por encima del 24% del PIB gracias al aumento imparable del precio del petr¨®leo, que junto a los diamantes concentra el 80% de los ingresos del pa¨ªs africano. Sin embargo, una minor¨ªa de los 17 millones de habitantes siente los beneficios de tan espectacular cifra.

Tres partidos de la oposici¨®n denuncian caos organizativo y piden repetir el voto

El 68% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de pobreza, seg¨²n la OCDE. La tremenda desigualdad social y la corrupci¨®n en la pesada maquinaria estatal son caracter¨ªsticas de Angola, una naci¨®n con aspiraciones de disputar a la potencia surafricana el liderazgo del continente. Ayer y hoy, 8,3 millones de electores tienen la oportunidad de aprobar o rechazar en las urnas el curso pol¨ªtico marcado por el Movimiento Popular de Liberaci¨®n de Angola (MPLA), en el poder durante 33 a?os. Estas elecciones legislativas, las segundas desde que el pa¨ªs proclam¨® la independencia de Portugal en 1975, servir¨¢n para elegir por cuatro a?os a los 220 diputados de la Asamblea Nacional.

El MPLA, fundado en 1956 como un partido marxista-leninista para combatir contra las tropas coloniales portuguesas, se convirti¨® tras la independencia en el ¨²nico partido de gobierno, mientras sus soldados luchaban sobre el terreno contra las otras fuerzas independentistas en una guerra civil que se hizo interminable.

No puede decirse que los angole?os est¨¦n acostumbrados a votar. Llevaban 16 a?os en un desierto electoral. Los comicios anteriores fueron en 1992, y desembocaron en una reanudaci¨®n de las hostilidades al no reconocer el principal partido de la oposici¨®n, la Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), el resultado. La paz no se firm¨® hasta 2002, tras la muerte en combate de Jonas Savimbi, l¨ªder hist¨®rico de la UNITA. Con algunas treguas, durante m¨¢s de dos d¨¦cadas la guerra civil destruy¨® y desangr¨® el pa¨ªs, que qued¨® con extensas zonas sembradas de minas antipersonas.

Durante los ¨²ltimos meses, el Gobierno se ha esforzado por transmitir al mundo que es capaz de organizar y garantizar unas elecciones seguras. Para ello ha llevado a cabo una operaci¨®n de desarme de la poblaci¨®n, y asegura haber recogido 30.000 armas. Unos 150 observadores extranjeros, la mayor¨ªa de la UE, est¨¢n sobre el terreno para verificar la limpieza de los comicios. Anoche, acabada la primera jornada de voto, tres partidos de la oposici¨®n denunciaron graves carencias organizativas en la celebraci¨®n de los comicios y pidieron que se anulara el voto y se convocara una nueva cita electoral. Entre ellos figuraba el UNITA, que subray¨® que muchos colegios abrieron sus puertas en retraso, mientras que otros permanecieron abiertos considerablemente m¨¢s del horario establecido.

Un total de 32 fuerzas pol¨ªticas participan en la consulta, aunque s¨®lo una, el MPLA, tiene garantizada la victoria. Salvo una sorpresa may¨²scula. Jos¨¦ Eduardo dos Santos, l¨ªder del partido, presidente de la Rep¨²blica y jefe del Estado, es el protagonista indiscutible de la pol¨ªtica angole?a. El Gobierno ha anunciado para el a?o pr¨®ximo la celebraci¨®n de elecciones presidenciales, en las que pocos descartan la candidatura de Dos Santos, que est¨¢ al frente del pa¨ªs desde 1979.

Durante la campa?a, el presidente se ha mostrado confiado en obtener una mayor¨ªa de dos tercios para el MPLA. Un resultado de estas caracter¨ªsticas le permitir¨ªa reformar la Constituci¨®n. La oposici¨®n teme que una mayor¨ªa absoluta s¨®lo sirva para aumentar los poderes del presidente.

Para los inversores extranjeros, procedentes mayoritariamente de China, Brasil y Portugal, el triunfo del MPLA dar¨¢ estabilidad y abrir¨¢ nuevas oportunidades de negocios. Su visi¨®n optimista contrasta con la de organizaciones de derechos humanos, que alertan sobre la violencia pol¨ªtica y otras se?ales preocupantes, como los obst¨¢culos a la prensa extranjera para cubrir el voto.