MADRE Y MINISTRA
Un par de clientes del AC Aitana, un hotel del paseo de la Castellana de Madrid, alucinan con la vista desde su balc¨®n. Son las diez de la ma?ana del 21 de julio y el sol abrasa ya el patio del Ministerio de Defensa. Suena el himno nacional. Una mujer joven, vestida con pantal¨®n negro, chaqueta crema y sandalias de taconazo a la ¨²ltima, pasa revista a la Unidad de Honores de los Ej¨¦rcitos de Tierra, Aire, la Armada y la Guardia Civil en posici¨®n de firmes. Los marineros, en particular, parecen a punto de desnucarse por mirar tan alto. Ella no se queda atr¨¢s. Camina derecha como una vela, mand¨ªbula prieta, escoltada por un viejo general con cuatro estrellas bordadas en la guerrera caqui. Al acabar, exclama a pleno pulm¨®n:
- De orden de su majestad el Rey, mando se reconozca al general del Aire Jos¨¦ Julio Rodr¨ªguez Fern¨¢ndez como jefe del Estado Mayor de la Defensa, respet¨¢ndole y obedeci¨¦ndole en lo que mandare concerniente al servicio. ?Viva Espa?a!
-?Viva!
Carme Chac¨®n Piqueras, de 37 a?os, primera ministra de Defensa de Espa?a, volv¨ªa al trabajo despu¨¦s de parir a su primer hijo y lo hac¨ªa a lo grande. A su estilo. Marcando el territorio. Cambiando de arriba abajo la c¨²pula militar -el veterano general de Tierra F¨¦lix Sanz Rold¨¢n, jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad); y los jefes de Tierra, Aire y la Armada (Jemes)-, que hab¨ªa acogido con "sorpresa y respeto" el nombramiento, el 14 de abril, de una peleona socialista catalana, embarazada de siete meses, al frente de un ministerio que, dicho por el primero al ¨²ltimo de su plantilla, es m¨¢s que un ministerio. El rictus de firmeza de Chac¨®n al recibir los honores de ordenanza despejaba dudas. La nueva titular ordena y manda.
LA SOLEMNE DESPEDIDA de la bandera cierra el acto. Las autoridades civiles y militares rompen filas. La ¨²ltima orden del Jemad saliente a los soldados: "?Adelante, por los sue?os que a¨²n nos quedan!" es la comidilla del d¨ªa. ?se es tambi¨¦n el lema del concurso Operaci¨®n Triunfo. El apreciado general Sanz Rold¨¢n aguanta estoico el tir¨®n. Chac¨®n sonr¨ªe. Bromea. Se reparte un rato por los corrillos y se evapora. Pese a todos los recursos a sus ¨®rdenes, la ministra s¨®lo tiene tres horas de autonom¨ªa. Y se le agotan. Corre a su despacho en la cuarta planta, aborda el ascensor camuflado tras un panel de caoba y pulsa el piso 11?. Por el camino se desabrocha la chaqueta. Antes de llegar ya se oye el berrinche. Miquel, el beb¨¦ que se cr¨ªa en el ¨¢tico del ministerio, pide de comer. Su madre se termina de zafar del traje de ministra y le ofrece el pecho: "Tranquil, fil, ja est¨¤ aqu¨ª la mare". Fin de la crisis. Sin novedad en la cumbre de Defensa.
El Centro Nacional de Inteligencia puede estar tranquilo. Su nueva jefa, la mujer mejor informada del pa¨ªs, sabe guardar un secreto. Entre el 14 de marzo y el 14 de abril de 2008, Carme Chac¨®n vivi¨® con el peso de un bombo de seis meses en la proa y una bomba informativa en la cabeza. El presidente Zapatero marc¨® su m¨®vil cinco d¨ªas despu¨¦s de ganar las elecciones. La cabeza de lista del PSC por Barcelona recib¨ªa su premio por la decisiva cosecha de votos de los socialistas catalanes. Un billete al n¨²cleo duro del Gobierno.
-?Sinti¨® v¨¦rtigo?
-No, sent¨ª honor, gratitud y responsabilidad. Mi marido dice que llevo la responsabilidad incrustada en el cerebro como el tanque al tanquista, y mira d¨®nde he acabado [r¨ªe]. Lo que hice fue ponerme a trabajar.
Sola, sigilosa, Chac¨®n, doctora en Derecho, se propuso meterse el ministerio en la cabeza. "Come informes. Devora papel", dicen sus pr¨®ximos. No era la primera vez. Ya lo hizo con Vivienda, cuando Zapatero la envi¨® en 2007 a reflotar un departamento engullido por la burbuja inmobiliaria. Pero esta misi¨®n, adem¨¢s de secreta, era imponente.
DEFENSA ES UN ESTADO dentro del Estado. La casa de las Fuerzas Armadas, una organizaci¨®n complej¨ªsima con sus tribunales, sus escuelas, sus comunicaciones, sus casas, sus hospitales, sus c¨¢rceles y hasta sus curas propios. Una empresa descomunal que emplea a 125.500 militares y 32.000 civiles. Un terrateniente con millones de metros cuadrados en cartera. El marco de un oficio, el de militar, en el que se ingresa de adolescente y se llega a lo m¨¢s alto -quien llega- al borde de la jubilaci¨®n, pasando por todos los escalones. Donde conviven, jerarquizados por una disciplina f¨¦rrea, obreros no cualificados y estrategas geopol¨ªticos. Mec¨¢nicos y esp¨ªas. Pol¨ªglotas con tres carreras y sargentos que no ven m¨¢s all¨¢ del cuartel. Bur¨®cratas y hombres y mujeres de acci¨®n que se juegan el pellejo en los puntos m¨¢s peligrosos del planeta.
Un engranaje encargado de mantener listos para el combate docenas de barcos, aviones, tanques, submarinos, helic¨®pteros, arsenales ligeros y pesados. Un negocio con una pr¨®spera industria paralela -Espa?a es la octava exportadora mundial de armas- que genera 67.000 empleos. Un Ministerio de Estado con un encargo expreso en la Constituci¨®n. "Las Fuerzas Armadas tienen como misi¨®n garantizar la soberan¨ªa e independencia de Espa?a, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional", reza el art¨ªculo 8,1. Un ecosistema con c¨®digos propios donde hasta hace 20 a?os no hab¨ªa pisado una mujer y las ¨®rdenes no se debaten, se obedecen.
-Dicen que es usted muy izquierdista. La disciplina y la jerarqu¨ªa sin matices del Ej¨¦rcito pueden parecer valores conservadores.
-En absoluto. La disciplina, la autoexigencia, el af¨¢n de servir son valores que han regido mi vida. S¨ª, tengo convicciones profundas. He querido trabajar removiendo obst¨¢culos para que todos tengamos las mismas oportunidades. Pero las cosas en Defensa no van de ser de izquierdas o derechas. Aqu¨ª lo que vale es ser dem¨®crata. ?stos no son los tiempos del intervencionismo militar. Tenemos un Ej¨¦rcito sometido al poder civil, y ¨¦sa es la primera convicci¨®n de quien se pone al frente. Lo primero que le¨ª fue el Manual del soldado. Dice que la patria es un sentimiento, y eso no es de izquierdas ni de derechas.
-Pero usted tiene garantizada la obediencia de sus funcionarios. Los militares no pueden criticarla ni montarle una huelga.
-Los miembros de las Fuerzas Armadas tienen un papel constitucional determinado, y la jurisprudencia ha marcado ciertas l¨ªneas rojas. Quiero aprobar la Ley de Derechos y Deberes de los militares con la unanimidad del Congreso. Es un asunto pendiente que voy a abordar.
Chac¨®n habla bajo, pero claro. Sin saltarse una coma del mensaje que quiere transmitir. El halo de fragilidad que le confiere un esqueleto fino y una mirada miope se esfuma en cuanto habla. No es exactamente simp¨¢tica. M¨¢s bien cordial y firme a la vez. Dura y sensible. Antes se ha emocionado al despedir a los Jemes. "He trabajado a gust¨ªsimo con ellos. Me llevo una inmejorable impresi¨®n profesional y personal. La dimensi¨®n humana es b¨¢sica, tambi¨¦n en esta casa. Y s¨ª, tengo l¨¢grima f¨¢cil, soy de las que lloraron con Titanic", admite.
"Tiene mano de hierro en guante de seda. Es cercana y deja trabajar, pero tiene car¨¢cter y autoridad. Va a mandar mucho, al tiempo", constata un general a sus ¨®rdenes. A ella no le disgusta el retrato. "Es bueno saber lo que uno quiere. Donde hay un fin hay un camino. Intento hacerlo a conciencia, tener la informaci¨®n precisa, pero el tomar decisiones es algo que me acompa?a hace tiempo".
La ministra recibe en la terraza de su domicilio del ministerio. La Seguridad del Estado aconseja a los titulares residir en este piso, de unos 120 metros, en la ¨²ltima planta del edificio. Vol¨²menes variopintos -Qui¨¦n es qui¨¦n en el turismo espa?ol, 1973 o All¨° que el vent s'endugu¨¦ (Lo que el viento se llev¨®, en catal¨¢n)- delatan en la librer¨ªa oficial las lecturas de alg¨²n ex inquilino. ?Fraga? ?Narc¨ªs Serra? La personal rebosa de literatura contempor¨¢nea. Chac¨®n es una lectora omn¨ªvora y sin complejos. De ensayos de cinco dedos -Ideas. Historia intelectual de la humanidad, de Peter Watson reposa en su mesilla- a la ¨²ltima sensaci¨®n editorial: "Henning Mankell" -autor sueco de una popular saga policiaca- "me ayud¨® a desconectar de la tramitaci¨®n del Estatut".
La ministra reconoce que ha sido "una gran ayuda" vivir aqu¨ª durante la lactancia. "Si no, hubiera sido muy dif¨ªcil". Pero en oto?o, cuando destete al ni?o, ella y su marido, Miguel Barroso, planean volver a su casa de la plaza de Santa Ana. Mientras, el inmenso terrado del ministerio es el parque donde mam¨¢ pasea a Miquel al final del d¨ªa. Una piscina de pl¨¢stico y un tendedero con peleles al sol dan fe de que en Defensa hay beb¨¦ a bordo. Barroso, influyente ex secretario de Estado de Comunicaci¨®n del Gobierno socialista, ense?a un Gardfield legionario, uno de los cientos de peluches que llegaron al hospital Sant Joan de Deu de Esplugues de Llobregat, el mismo donde vino al mundo Chac¨®n en 1971. El cambiador port¨¢til, obsequio de la infanta Cristina, est¨¢ en uso.
BARROSO, DIVORCIADO Y PADRE de otras dos hijas de un matrimonio anterior, disfruta unas semanas de baja paternal. Chac¨®n pari¨® a Miquel el 19 de mayo y present¨® en el Congreso su programa como ministra el 30 de junio. La cuarentena pelada. Como el 18% de las directivas, la ministra se reincorpor¨® al trabajo a las seis semanas de baja obligatoria. "Se te parte el coraz¨®n. Pero tambi¨¦n es verdad que un beb¨¦ te absorbe las 24 horas y, junto a la necesidad f¨ªsica de estar con ¨¦l, llegu¨¦ a a?orar mi despacho, un tiempo y un espacio propio. La suerte de las mujeres de mi generaci¨®n es que hemos luchado y logrado un permiso de maternidad y paternidad digno. Este Gobierno ha aprobado la primera ley con ese mensaje: los hijos son de las madres y de los padres".
LA SEDE DE DEFENSA EN MADRID es el t¨ªpico ministerio de los sesenta. Un gigantesco dinosaurio pretecnol¨®gico que se ha adaptado al siglo XXI a base de dejar los cables a la vista. Un ir y venir de civiles y militares que se cruzan por los pasillos con un relajado "almirante" o "mi general" como saludo. M¨¢quinas de fichar. Cantina de personal. Ordenanzas aburridos en los controles. La cuarta planta bulle hoy con el ambiente de las grandes ocasiones. La ministra ha convocado a su nueva c¨²pula militar 24 horas despu¨¦s de nombrarla.
El Jemad y los Jemes cumplimentan a Chac¨®n con un "a tus ¨®rdenes" y un apret¨®n de manos. Se les ve contentos y nerviosos. Ella les conduce al gabinete anexo a su despacho, una pieza presidida por una mesa de 18 plazas vigilada por los retratos de los ministros de Defensa de la democracia hasta Eduardo Serra, y manda cerrar puertas. Enfrente, la sala de visitas es un enjambre de uniformes verdes, azules y blancos. Son los ayudantes de campo de los nuevos jefes de Tierra, Aire y la Armada, de ch¨¢chara mientras aguardan a sus mandos.
Entre todos los varones, una mujer. La capit¨¢n Elena Carri¨®n, de 42 a?os, licenciada en Derecho, interventora de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, es la edec¨¢n -del franc¨¦s aide de champ- de la ministra. Su sombra. La encargada de asistirla en los actos p¨²blicos. De custodiarle el bolso, el discurso, la blackberry. De estar pendiente de lo que pueda necesitar. Profesional y personalmente. "Lo de llevarle el malet¨ªn a la ministra es lo que se ve", puntualiza, "pero no lo que yo obtengo de este puesto: ser testigo de muchas cosas, recibir informaci¨®n, conocer gente. La posibilidad de tener una idea global del Ej¨¦rcito. Para m¨ª es una oportunidad ¨²nica". La capit¨¢n ingres¨® en la milicia a los 32 a?os, despu¨¦s de ejercer la abogac¨ªa en un despacho privado. Su respuesta a la pregunta de si existe sexismo en el Ej¨¦rcito es reveladora: "He sentido m¨¢s machismo fuera. Los militares son exquisitos. En las Fuerzas Armadas la jerarqu¨ªa est¨¢ clara. Un compa?ero de rango inferior se cuadra y dice: 'A sus ¨®rdenes, mi capit¨¢n'. Eso, que puede parecer un cors¨¦, es muy c¨®?modo para trabajar".
TODOS LOS MINISTROS han tenido ayudante. Bono dispon¨ªa de tres: uno por Ej¨¦rcito. Sin embargo, la primera foto de Carri¨®n caminando un paso detr¨¢s de Chac¨®n fue portada de los peri¨®dicos. La imagen era irresistible. Casi tan impactante como la escena de Chac¨®n embarazada pasando revista a la tropa. O la de la ministra gestante comiendo con los soldados destacados en Herat (Afganist¨¢n) y Marjay¨²n (L¨ªbano) a los cinco d¨ªas de su nombramiento. Chac¨®n admite que se emocion¨® al verse en primera p¨¢gina de The Herald Tribune: "Era la segunda portada dedicada a Espa?a despu¨¦s del 23-F". Pero se defiende:
-Hay quien piensa que su designaci¨®n y sus primeros gestos fueron una operaci¨®n para rentabilizar su condici¨®n de mujer y embarazada. Son los que se preguntan, ?y ahora, qu¨¦?
-Pues en eso estamos, trabajando. Esas opiniones definen a quien las emite. Embarazada o no, ten¨ªa claro que mi primera obligaci¨®n era visitar a quienes son capaces de poner su vida en riesgo por valores superiores: la libertad de los otros. Una embarazada no es una enferma. Seguro que es m¨¢s duro ser cajera y estar todo el d¨ªa de pie. Quer¨ªa expresar la gratitud de la sociedad a quienes se arriesgan para que haya paz en regiones de conflicto.
Los edecanes levantan el campamento. El Jemad y los Jemes salen del despacho despu¨¦s de m¨¢s de tres horas de reuni¨®n. D¨ªas despu¨¦s se presentar¨¢n en las bases espa?olas de Herat y Marjay¨²n cumpliendo las primeras ¨®rdenes de la ministra.
EL GENERAL JOS? JULIO RODR?GUEZ, el hombre elegido por Chac¨®n para pilotar "el proceso de modernizaci¨®n e identificaci¨®n de las Fuerzas Armadas con la sociedad", es el primer alto mando militar espa?ol que promete y no jura por Dios su cargo. El nuevo Jemad, un piloto de caza de 60 a?os, es padre de la peque?a Paula, de 7 a?os, y de otros tres hijos veintea?eros de un primer matrimonio. Toda la familia, encabezada por el anciano coronel Rodr¨ªguez, de 90 a?os, a quien su hijo dedic¨® su ascenso, asisti¨® a su toma de posesi¨®n. Parece que el laicismo y la revoluci¨®n familiar han llegado a la milicia.
La obediencia a una c¨²pula militar dise?ada a su medida es la primera orden de calado de la ministra a las tropas desde aquel c¨¦lebre: "Capit¨¢n, mande firmes". Tampoco ese d¨ªa Chac¨®n dej¨® nada al azar. Pidi¨® y estudi¨® v¨ªdeos de sus antecesores. Ensay¨® el ritmo de sus pasos. D¨®nde y c¨®mo mirar. La cadencia y el tono justo de la voz. Alfredo Rodr¨ªguez, teniente coronel en la reserva y jefe de protocolo de Defensa, ten¨ªa orden de estar al quite, por si acaso. No hizo falta. "La jefa lo clav¨®", estima su equipo. S¨®lo ese sempiterno gesto adusto delataba sus ?nervios?, ?intimidaci¨®n ante el nuevo escenario?
"No", dice ella. "Es lo mismo: responsabilidad. No pens¨¦ si ten¨ªa que sonre¨ªr. Ten¨ªa claro lo que quer¨ªa: emitir los primeros mensajes de lo que deseo sea este cuatrienio. Uno: que las mujeres ya no estamos detr¨¢s de los hombres, sino a su lado. Y dos: bienvenidos a las Fuerzas Armadas democr¨¢ticas, al Ej¨¦rcito del siglo XXI".
Parece que Chac¨®n no defraud¨® a su p¨²blico. Es dif¨ªcil pulsar la opini¨®n de los militares. M¨¢s a¨²n de los generales. "En el fondo, piensan que los pol¨ªticos pasan y ellos permanecen. Necesitan que se les mande y valoran a quien tiene autoridad. Pero jam¨¢s criticar¨¢n a un ministro. Llevan la disciplina en el c¨®digo gen¨¦tico", apunta un alto cargo civil. Algunas sensaciones expresadas en privado destilan, sin embargo, un inter¨¦s y una expectaci¨®n crecientes. La ministra, sostienen, apunta maneras.
"No somos una pi?a como creen los pol¨ªticos, cada uno piensa una cosa. Claro que hay machismo, pero nadie lo admitir¨ªa", dice un general de la Guardia Civil. La presencia de Chac¨®n embarazad¨ªsima en la toma de posesi¨®n del nuevo director, Francisco Vel¨¢zquez, gener¨® tal curiosidad, que todo un comandante se salt¨® la orden de no mirar por la ventana con un irrebatible: "Esto tengo que verlo, aunque me corrijan". "La elecci¨®n de la nueva c¨²pula ha sido interesante", sigue el general, "se ha saltado el escalaf¨®n y hay agraviados. No olvide que el sistema es una antigualla basada en la antig¨¹edad: un militar es alguien esperando que caiga uno para subir ¨¦l. Ella no se ha achantado. Por eso y por su perfil pol¨ªtico, creo que har¨¢ cosas. Defensa necesita un ministro, y puede que sea ¨¦sta".
"CARME CAE BIEN. Que sea mujer no es relevante", aporta un veterano almirante. "A un ministro no se le pide que sea un gran t¨¦cnico, sino que tome decisiones ponderadas y marque una l¨ªnea estrat¨¦gica clara. Tenemos un Ej¨¦rcito territorial, con un cuartel en cada pueblo. Las guerras las gana Tierra, pero parece que no va a haber guerra, y, si la hay, no estamos solos. Hay un debate mundial sobre la funci¨®n y la din¨¢mica de los ej¨¦rcitos. El ¨¦xito de Chac¨®n ser¨¢ sentar el futuro de las Fuerzas Armadas de los pr¨®ximos 20 a?os".
Beatriz Rodr¨ªguez Salmones, portavoz de Defensa del Partido Popular, es la encargada de presentar batalla a la ministra en el Parlamento. Salmones, nueva en la plaza, ha tenido que "subir las dioptr¨ªas" de sus gafas para asimilar los fundamentos del Ej¨¦rcito, la "instituci¨®n m¨¢s compleja del pa¨ªs". "Me doy un a?o de inmersi¨®n", admite. La diputada expresa su "respeto" a la competencia de Chac¨®n, pero le observa "cierta tendencia a la escenograf¨ªa". "Entiendo que es una tentaci¨®n rentabilizar medi¨¢ticamente su mandato, pero su objetivo debiera ser que su condici¨®n de mujer deje de ser noticia". La portavoz popular quiere compartir la "gran impresi¨®n" que se ha formado de las Fuerzas Armadas. "A veces, para romper el hielo, aludo al hecho de que ahora somos dos pol¨ªticas en Defensa y no mueven una ceja", relata. "Creo que ha habido un cambio fuera de foco y que los militares son de los colectivos m¨¢s preparados y cosmopolitas del pa¨ªs".
EL FALCON 900 del Ej¨¦rcito del Aire con base en Torrej¨®n espera a la ministra para despegar. El Audi A-8 blindado emerge precedido del coche de escolta. A bordo, con Chac¨®n, el jefe de Seguridad y la capit¨¢n Carri¨®n. El maletero ofrece una vista fugaz de la sillita de Miquel. La ministra sigue con su programa de visitas a las unidades del Ej¨¦rcito. Hoy le toca al dispositivo de la Unidad Militar de Emergencias en Figueirido (Pontevedra). Llegando a destino, la niebla y la lluvia bajan a 20 los 40 grados de Madrid. Ya se divisa la costa cuando la vista se funde a gris plomo. Visibilidad nula. Con el tren fuera, el comandante Delgado ordena "motor y al aire", aborta el aterrizaje y pone morro al cielo. El est¨®mago se sube a la boca. La ministra parece tranquila. No ser¨¢ por pilotos. Adem¨¢s de los dos de cabina, van a bordo el mism¨ªsimo Jemad, aviador de caza, y el jefe de protocolo, instructor de helic¨®ptero. Tras 10 minutos en el aire, el Falcon enfila de nuevo la pista y aterriza sin novedad en Vigo.
En Figueirido, Chac¨®n se cala en la ofrenda en memoria de Idoia Rodr¨ªguez Buj¨¢n, la primera espa?ola muerta en una misi¨®n en el exterior. Ocurri¨® en Afganist¨¢n en 2007. Diluvia y se suspende la visita a la torre de vigilancia antiincendios. En un par de semanas la ministra ver¨¢ fuego real en los incendios de Zuera (Zaragoza) y Honrubia de la Cuesta (Segovia). Aqu¨ª y all¨¢ repite el mismo mensaje de reconocimiento al Ej¨¦rcito. "La visibilidad del trabajo de las Fuerzas Armadas es una de mis prioridades", arguye. "En 20 a?os de misiones internacionales, con 100.000 soldados espa?oles destacados en m¨¢s de 50 puntos en cuatro continentes, no ha habido un solo caso en que nadie se tenga que avergonzar de la conducta de un soldado espa?ol. Seis de cada diez espa?oles est¨¢n orgullosos de su Ej¨¦rcito, mi misi¨®n es que sean diez de diez".
-Paz es la palabra que m¨¢s cita. ?Cu¨¢l es el papel del Ej¨¦rcito en el siglo XXI, una especie de ONG con armas?
-Soy pacifista, y los ej¨¦rcitos del siglo XXI tambi¨¦n lo son. S¨®lo quien conoce el horror de la guerra conoce el valor de la paz. Trabajamos en los ¨¢mbitos multilaterales conscientes de que, hoy, hablar de seguridad y defensa es hablar de paz y estabilidad en el mundo. Es una prioridad de las Fuerzas Armadas. No somos una ONG, pero facilitamos que ¨¦stas puedan trabajar y que la ayuda llegue a los escenarios de conflicto. Las amenazas que ha de prevenir y combatir un Ej¨¦rcito de hoy son las mismas a las que ha de hacer frente un gobernante de hoy: el terrorismo internacional, el tr¨¢fico ilegal de personas, los riesgos del cambio clim¨¢tico, entre otras. Las Fuerzas Armadas est¨¢n supeditadas a las necesidades y retos del poder civil.
DE NUEVO EN MADRID, Chac¨®n llega del Consejo de Ministros. Solbes ha amagado con el borrador de los presupuestos de 2009. Vienen vacas flacas. "La austeridad es algo que va conmigo, pero ahora est¨¢ en la c¨²spide de la pir¨¢mide. En cualquier caso, el Gobierno de Zapatero ha subido un 26% los presupuestos de Defensa la pasada legislatura, lo que ha permitido mejorar los medios materiales y las retribuciones de nuestros militares", dice la afectada. Para quien no lo sepa, un soldado cobra un sueldo bruto mensual de 1.173 euros; un sargento, 1.978; un teniente, 2.503; un coronel, 3.719, y un general de brigada, 4.529. Unos salarios que se doblan en caso de que el receptor est¨¦ destinado en una misi¨®n internacional.
El cr¨¦dito de la ministra en el Ejecutivo est¨¢ por las nubes. Los espa?oles le dan un 5,4, lo que la convierte en la ministra mejor valorada junto a su "admirada" Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Zapatero la pirope¨® en la celebraci¨®n de sus 100 d¨ªas de Gobierno. Chac¨®n es la mujer del momento.
-Dicen que es ambiciosa. Que tiene su carrera dise?ada en la cabeza.
-[Sonr¨ªe]. En poco m¨¢s de un a?o he sido vicepresidenta del Congreso, ministra de Vivienda, he hecho una campa?a electoral embarazada, y ahora soy madre y ministra de Defensa. Hubiera preferido que no me pasara todo de golpe. He querido vivir en plenitud un trabajo por el que siento pasi¨®n, la pol¨ªtica, y tambi¨¦n mi vida personal. Intento compatibilizarlos sin que la culpa me acompa?e.
-Le han pasado varios trenes por delante y los ha cogido todos.
-Bueno, tambi¨¦n hay renuncias detr¨¢s. Y apuestas que pueden salir bien o mal. Creo que existe el factor suerte, pero la suerte se busca, eso lo tengo claro. Recomiendo ver Match Point al respecto.
LO DEB?A DE TENER CLARO ya a los 28 a?os, en la primavera de 2000, cuando la entonces concejal de Esplugues de Llobregat recogi¨® su acta de diputada en Madrid. Ese verano, Zapatero, flamante vencedor del congreso del PSOE, le confi¨® el puesto de portavoz de Educaci¨®n. Con el apoyo en la sombra del ex ministro del ramo, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba -que la sustituir¨ªa en Defensa durante su baja-, la diputada Chac¨®n comienza a descollar. Cheicon, como la llamaban sus colegas, se incorpora a la nueva generaci¨®n de socialistas cercanos al presidente. Leire Paj¨ªn, secretaria de organizaci¨®n del PSOE, comparti¨® piso con ella y la recuerda como hoy: "Seria, trabajadora, comprometida".
En 2004, con el triunfo electoral, Zapatero la env¨ªa a la vicepresidencia del Congreso. Empieza a mandar. Y a surtirse de la colecci¨®n de sastres pantal¨®n y vestidos entallados que gusta usar para vestir el cargo. Las sandalias de taconazo -"las cuido y me duran a?os"- son una concesi¨®n a su evidente coqueter¨ªa, aunque ahora tiene que hacer malabares con la agenda -y la seguridad- para escaparse a retocarse las mechas en la peluquer¨ªa.
En septiembre de 1988, cuando la ley las dej¨®, 25 espa?olas dieron un paso al frente y se convirtieron en las primeras militares del pa¨ªs. Hoy son el 12%. Aunque hay 144 mujeres comandantes, quedan a?os para que se nombre a la primera general. Pero ya es una mujer quien manda en Defensa.
Cae la noche en Madrid. La ministra en persona abre la puerta de su casa con Miquel en brazos. Una bocanada del beb¨¦ le estropea el vestido verde. Le pasa el ni?o a la [sorprendida] visita y corre a cambiarse. En ¨¦stas llega Miguel Barroso. A Chac¨®n se le ilumina la faz. Hoy es el cumplea?os de su marido. Se van a celebrarlo a Kabuki, el restaurante japon¨¦s de moda. La abuela se queda de canguro. Lo ha dicho ella misma. La ministra no quiere perderse nada.
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