Las novedades de agosto
Con cierta prevenci¨®n iniciamos este a?o el mes vacacional por excelencia, agosto. La historia nos muestra que este mes es de poco fiar en el ¨¢mbito econ¨®mico, pues en muchas ocasiones se han producido crisis o perturbaciones financieras importantes (la crisis de las subprime, sin ir m¨¢s lejos). Sin embargo, este agosto se ha saldado con hechos m¨¢s bien positivos, que no van a impedir que la coyuntura recesiva prosiga su camino, pero al menos pueden evitar que la misma se agudice o se alargue m¨¢s en el tiempo. El dato fundamental para m¨ª ha sido la fuerte correcci¨®n del precio del petr¨®leo y de otras materias primas. No es que 105 d¨®lares el barril, el precio al que est¨¢ ahora, sea bajo, pero es mucho mejor que los casi 150 que lleg¨® a alcanzar en algunos momentos en julio. Debido a ello, la inflaci¨®n espa?ola, que las previsiones situaban en el 5,7% para este mes, ha ca¨ªdo al 4,9% y, de consolidarse estos nuevos precios del petr¨®leo (lo normal ser¨ªa incluso que a¨²n bajaran m¨¢s), deber¨ªa seguir cayendo hasta terminar el a?o cerca del 3,5%. Y un un punto de inflaci¨®n equivale a unos 6.000 millones de euros de m¨¢s o menos poder adquisitivo para hogares y empresas.
La ca¨ªda del PIB de la UEM en el segundo trimestre se?ala rasgos preocupantes para lo que queda de a?o
La bajada de tipos abrir¨ªa las puertas a la recuperaci¨®n, que no cabe esperar antes de un a?o
A pesar de estas buenas noticias, la compleja y nada estimulante realidad de la actual coyuntura se va imponiendo y van apareciendo claramente y con toda su crudeza las consecuencias del escenario de ajuste y de mal funcionamiento de los mercados financieros en que estamos inmersos desde hace un a?o. En EE UU los datos de crecimiento del segundo trimestre fueron buenos y mejor de lo esperado, pero los mismos descansan fundamentalmente en la aportaci¨®n de las exportaciones netas, ya que su demanda interna est¨¢ estancada, y esa aportaci¨®n obedece a la fuerte depreciaci¨®n del d¨®lar. Digamos que, una vez m¨¢s, parte de los desequilibrios y malas pol¨ªticas americanas los estamos pagando los dem¨¢s. Y eso explica, al menos en parte, que en Europa las perspectivas se hayan oscurecido, ya que el motor principal del crecimiento, las exportaciones, se est¨¢ parando, al tiempo que el gasto interno no s¨®lo no arranca sino que empieza a retroceder. La ca¨ªda del PIB de la UEM en el segundo trimestre acusa una correcci¨®n t¨¦cnica del crecimiento en el primer trimestre, pero esconde rasgos preocupantes para lo que queda de a?o. Por eso, los organismos internacionales ya se han apresurado a corregir a la baja las previsiones para la zona.
Este escenario de menor inflaci¨®n y mayor debilitamiento econ¨®mico se va pareciendo cada vez m¨¢s a un proceso recesivo t¨ªpico, que tiene la virtualidad, al menos, de facilitar la actuaci¨®n de las pol¨ªticas econ¨®micas, sobre todo la monetaria. El BCE, como buen guardi¨¢n de la ortodoxia, todav¨ªa no da por seguro que la inflaci¨®n se va a reconducir r¨¢pidamente (con el permiso del petr¨®leo, por supuesto) hacia sus objetivos a medio plazo, y tampoco asume de momento un escenario econ¨®mico recesivo en Europa, pero todo se andar¨¢, y yo creo que antes de que acabe el a?o veremos bajadas de los tipos de inter¨¦s. No pensemos que esto arreglar¨ªa r¨¢pidamente, cual b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s, nuestros problemas, pero abrir¨ªa las puertas a los caminos que conducen a la recuperaci¨®n. Recuperaci¨®n que, en todo caso, no cabe esperar antes de un a?o.
Mucho de lo dicho para el escenario internacional vale tambi¨¦n para Espa?a. Tambi¨¦n aqu¨ª el crecimiento del segundo trimestre (v¨¦anse gr¨¢ficos adjuntos) fue mejor del que yo al menos esperaba, pero eso no mejora las perspectivas. En primer lugar, el PIB del segundo trimestre puede estar sobreestimado (estamos en una fase en la que, no s¨®lo las previsiones, sino las estimaciones contables, cuando se revisan, lo son a la baja). En segundo lugar, las tendencias de los indicadores de producci¨®n y empleo, que mayoritariamente est¨¢n ya en n¨²meros rojos, siguen a la baja. En tercer lugar, las variables fundamentales que condicionan la coyuntura (entre otras, el ajuste inmobiliario, el endurecimiento o restricci¨®n del cr¨¦dito, las elevadas cargas financieras sobre los hogares y empresas, la p¨¦rdida de poder adquisitivo y la falta de competitividad internacional) van a estar con nosotros durante bastante tiempo. Por ello, ni otra generosa estimaci¨®n contable nos va a librar de que el PIB retroceda en la segunda mitad del a?o. De todo ello seguiremos hablando la pr¨®xima semana.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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